tag:blogger.com,1999:blog-41230487342457428082024-03-01T00:39:15.118-05:00TersitesJorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.comBlogger208125tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-24042244106666399792018-11-22T16:06:00.002-05:002018-11-22T16:07:22.146-05:00Presentación de Leve historia de Cuba<br />
<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: Times; font-size: medium; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: 400; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
</div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJqycP3lCwqeqwNgmFCD32H2uSjD3TaUGTmh34i4sFoMVlkoVlbBzuQfsliwtrIMe1EilvczxGlwwdrBTUVQQV9ZuLOWNcr_EwsamvC-cIGM3yYQdPRBXUwdPyL3Xh5JCB_9FZdHsT0YrI/s1600/lhc+%25282%2529.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="757" data-original-width="546" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJqycP3lCwqeqwNgmFCD32H2uSjD3TaUGTmh34i4sFoMVlkoVlbBzuQfsliwtrIMe1EilvczxGlwwdrBTUVQQV9ZuLOWNcr_EwsamvC-cIGM3yYQdPRBXUwdPyL3Xh5JCB_9FZdHsT0YrI/s400/lhc+%25282%2529.png" width="287" /></a></div>
<h4 style="-webkit-text-stroke-width: 0px; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
<span style="color: blue; font-family: "courier new" , "courier" , monospace;">Una de esas cosas por las que uno da gracias hoy: Anoche en NYU dije las palabras de presentación del libro <i>Leve historia de Cuba</i>, de <a href="http://enrisco.blogspot.com/">Enrique del Risco</a> y Francisco García. En mi presentación traté de responder la pregunta obvia: ¿Por qué debería uno leer esta <i>Leve historia de Cuba</i>? Aquí está mi respuesta.</span></h4>
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<span style="color: blue; font-family: "courier new" , "courier" , monospace; font-size: x-small;"><br /></span></div>
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<h2>
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><b><i>Leve historia de Cuba</i></b></span></h2>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">En su libro <i>San Cristóbal de La Habana</i>, publicado en 1920, Joseph Hergesheimer dice: “En La Habana las iglesias no eran ricas en tradición ni belleza, y los conventos de antaño habían sido convertidos en almacenes. En fin, no era una ciudad avasallada por su historia”.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div>
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Lo que dice Hergesheimer de las iglesias y conventos podría decirse también hoy. Su referencia a la historia, de repetirse ahora, sería más una burla que un piropo. </span></div>
<div>
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Hablar de la levedad de la historia de Cuba setenta años después de Hergesheimer, en La Habana dura de los noventa, era una provocación.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">El libro de Enrique del Risco y Francisco García, <i><a href="https://www.amazon.com/Leve-historia-Spanish-Enrique-Risco/dp/194851737X/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1542895131&sr=8-1&keywords=leve+historia+de+cuba+hypermedia">Leve historia de Cuba</a></i>, escrito en esos años, aunque no se publicaría por primera vez hasta 2007, parece hoy más fresco y relevante que en los años del Maleconazo.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">La “levedad” que los autores endilgan a la historia en el título es, de alguna manera, “otredad”. Anuncian que van a contar otra historia de Cuba. ¿Otra en contraposición a cuál? ¿Cuál es la “pesada” historia de Cuba a la que el título haría referencia?</span></div>
<div>
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">La historia de un país, la que se enseña en las escuelas, es siempre una leyenda áurea regurgitada por el poder, una manipulación de los hechos para que sirvan como justificación de sus antojos pasajeros.</span></div>
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</div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">La historia oficial es como un cuento de niños narrado con la voz engolada del gobierno. Cuanto más omnímodo y largo sea el gobierno, más engolada será su voz, más arcaicos sus ceremoniales, más almidonadas sus guayaberas totémicas, más ridículas se volverán sus liturgias. </span></div>
<div>
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div>
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Hay un punto en que la omnipresencia y la duración de ciertos poderes hace inútil rebatirlos seriamente. Tomarlos en serio sería ya una concesión. Hay que recurrir al sarcasmo para mostrar su ridiculez.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Sin embargo, aunque esta <i><a href="https://www.amazon.com/Leve-historia-Spanish-Enrique-Risco/dp/194851737X/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1542895131&sr=8-1&keywords=leve+historia+de+cuba+hypermedia">Leve historia de Cuba</a></i> tiene un componente irónico, no es la ironía lo que la hace más relevante hoy que cuando se escribió.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div>
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><i>Leve historia de Cuba </i>es, entre otras cosas, el re-cuento de los pasajes clave de la historia de siempre, aquella que nos hacían tragar con la leche en polvo. Unas veces la narración se teje a partir de supuestas “fuentes primarias”, fragmentos en que los autores imitan el estilo literario, la voz de los protagonistas para contar lo que ellos nunca tuvieron tiempo de contar… o contaron y luego fue suprimido, como las páginas perdidas del Diario de Martí, que están aquí recobradas del fuego, para explicarnos en detalle qué se dijo y que pasó en la reunión de La Mejorana.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">La recreación no es reverente en el sentido oficioso, pero sí rigurosa en los datos y en el estilo narrativo. No es reverente, pero es en el fondo más respetuosa que la historia oficial.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Cada uno de esos fragmentos es, en sí mismo, el desmontaje del mito. El mito en el sentido de la manipulación del poder —el manoseo de los mandantes; esa alquimia por la que el poder convierte a los personajes históricos en figurines útiles, y cada hecho histórico en una justificación del capricho que tendrán mañana a media tarde. </span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">***</span></div>
<div style="text-align: center;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Tenía hace años un buen amigo uruguayo que detestaba a los evangelistas de la televisión. Solía decirme que cuando a un televangelista lo sorprendían con la secretaria o le descubrían que se había robado un millón de dólares de la comunidad, siempre habría después un discurso lacrimoso de arrepentimiento y promesa de absoluta enmienda. “Ese sermón no es tan divertido”, me decía mi amigo. “El que uno no se puede perder es el que dará el evangelista cuando lo sorprendan con la segunda secretaria o el segundo millón robado”.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Y eso es lo que hace relevante este libro hoy. Nuestros televangelistas tropicales, después de haber manoseado y amoldado la historia patria a su gusto por varias décadas, han descubierto que el figurín que moldearon necesita ser continuamente reajustado para que no pierda su utilidad a la hora de justificar sus nuevos y recurrentes caprichos vespertinos. </span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Decir que Céspedes al liberar los esclavos era un precursor de la Ofensiva Revolucionaria, por ejemplo, requiere cierta dosis de imaginación. Ahora, pararse medio siglo después y explicar que el discurso de La Demajagua no profetizaba en realidad la Ofensiva Revolucionaria sino, digamos, el alquiler de médicos o jonroneros como sirvientes por contrato, es una hazaña retórica mucho más encomiable. Es como el segundo sermón del televangelista. </span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><i>Leve historia de Cuba</i> nos describe cómo funciona el mecanismo original de ese manoseo que ahora ha alcanzado, para decirlo el términos leninistas, su fase superior.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Hay otra razón por la que la relectura de <i>Leve historia de Cuba</i> más iluminadora hoy que cuando fue escrita.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">En el imaginario del gobierno cubano de los últimos sesenta años, el poder siempre se ha identificado con cualquier cosa del pasado que consideraran buena. Y han profesado la noción improbable de que todos los “buenos” de la historia aprobarían cada tontería que se les ocurriera a ellos decir o hacer. Y que también darían su visto bueno cuando mañana se les ocurriera hacer lo contrario.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">De ahí que el gran timonel de la Ofensiva Revolucionaria —que estatizó los carritos de algodón de azúcar y las quincallerías— dijera ese mismo año de 1968, refiriéndose a Céspedes y compañía, aquello de que “Nosotros entonces hubiéramos sido como ellos; ellos hoy hubieran sido como nosotros”. </span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div>
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><i>Leve historia de Cuba</i>, establece una serie de paralelos más interesantes y convincentes para hallar a los verdaderos “gemelos”. Y los gemelos son los hombres que ejercen el poder como si fuera su sistema respiratorio. La relación del poder con la historia, o con su adaptación continua, será en realidad lo único en lo que “nosotros hubiéramos sido como ellos”, no importa si se trata de fusilar filibusteros o ahorcar vegueros o perseguir cimarrones.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Hay otro detalle que le da a este libro una extraña frescura. En los últimos años hemos visto en ciertas universidades una especia de renacimiento puritano. No es religioso, por supuesto, pero es puritano. Su puritanismo se basa en la convicción de que han llegado a un estado de nitidez moral absoluto que les permite juzgar cada generación anterior de manera implacable, inapelable.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Esa extraña creencia no es tan sorprendente para quienes crecimos leímos manuales de marxismo desde la secundaria. Podíamos juzgar nosotros, “pertrechados de una ideología científica”, cualquier hecho, cualquier personaje histórico, y descubrirle sus pecadillos retrógrados o, como decían nuestros maestros, “sus limitaciones burguesas”.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div>
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><i>Leve historia de Cuba</i> nos presenta una lectura inversa. Mira el presente desde cada momento anterior de la historia de Cuba y nos muestra por qué los protagonistas de antaño podrían mirar con desprecio a quienes descubrieron luego la alquimia del gobierno eterno. </span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">A ratos, <i>Leve historia de Cuba</i> parece una carta desesperada desde el presente a los personajes de la pesada historia nuestra de los últimos cinco siglos. Una advertencia quizás, o una disculpa.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;">Nuestras vidas han estado avasalladas por esa historia cuyo peso Joseph Hergesheimer no sentía al caminar en 1920 por la calle Obispo. "La Habana”, dice él arrobado, “era por el momento, y en un sentido muy profundo, la capital del mundo”. <i><a href="https://www.amazon.com/Leve-historia-Spanish-Enrique-Risco/dp/194851737X/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1542895131&sr=8-1&keywords=leve+historia+de+cuba+hypermedia">Leve historia de Cuba</a></i> es quizás la explicación de cómo esa frase, que en 1920 era solo una exageración, se convirtió con el tiempo en un chiste.</span></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif;"><b>Nueva York, 21 de noviembre de 2018</b></span></div>
</div>
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-8909057329235037592018-05-04T23:59:00.001-04:002018-05-04T23:59:46.765-04:00 De la costumbre de tener por musa a un policía
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<!--StartFragment-->
<br />
<h3>
<b style="color: blue; font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: small;">[Texto leído en presentación de la antología <i>El compañero que me atiende</i>, de Enrique del Risco, en la Universidad de Nueva York el 4 de mayo de 2018.]</b></h3>
<div>
<b style="color: blue; font-family: "Courier New", Courier, monospace; font-size: small;"><br /></b></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj76dvc9dOJZ3s7wHcJHXxwAltkx6XAaB2ywSE2DiB5FMhcXutPN6JjGQ_S5f7-KDtifiwDXecNpcv5AOVTrtBAuku8PqFR26GTgjYE0TPh3nxIbTTPbbppc8aGIxnipiv6rXWgnXEPSbE_/s1600/J._Sprenger_and_H._Institutoris%252C_Malleus_maleficarum._Wellcome_L0000980.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><img border="0" data-original-height="1450" data-original-width="1024" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj76dvc9dOJZ3s7wHcJHXxwAltkx6XAaB2ywSE2DiB5FMhcXutPN6JjGQ_S5f7-KDtifiwDXecNpcv5AOVTrtBAuku8PqFR26GTgjYE0TPh3nxIbTTPbbppc8aGIxnipiv6rXWgnXEPSbE_/s400/J._Sprenger_and_H._Institutoris%252C_Malleus_maleficarum._Wellcome_L0000980.jpg" width="281" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">En el año
del Señor de 1486, <span style="mso-bidi-font-weight: bold;">Pico della Mirandola
escribe el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Discurso sobre la dignidad del
hombre</i>, o “el manifiesto del Renacimiento”, como se ha dado en llamar. Al
año siguiente, en 1487,</span> dibuja Leonardo su <i><span style="mso-bidi-font-weight: bold;">Hombre de Vitruvio</span></i> o <i><span style="mso-bidi-font-weight: bold;">Estudio de las proporciones ideales del cuerpo humano. </span></i><span style="mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-font-weight: bold;">Cualquier
historiador de las ideas diría que “el espíritu del Renacimiento flotaba sobre
las aguas”. Esas aguas a las que se echaría en Moguer cinco años más tarde “el
genovés de los ojos obstinados”.<o:p></o:p></span></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;">El optimismo tiende siempre a las
generalizaciones “leibnizianas”. El diablo, sin embargo, está en los detalles,
como dicen los anglosajones.</span><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">En aquel mismo
año de 1487, por ejemplo, los monjes dominicos Heinrich Kramer, inquisidor del
Tirol, Salzburgo, Bohemia y Moravia, y Jacobus Sprenger, inquisidor extraordinario
para las provincias de Maguncia, Tréveris y Colina, publican el<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Malleus Maleficarum </i>o<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> Martillo de las brujas</i>, un manual
destinado a ayudar a sus colegas inquisidores en la ardua labor de buscar,
descubrir y procesar, interrogar y torturar herejes. Dice el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Malleus</i>:<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: .5in; margin-right: .5in; margin-top: 0in;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;">Hay que responder que aun hoy existen muchos que se equivocan en
grande en este sentido, que excusan a las brujas y cargan toda la culpa sobre
las artes del demonio, o atribuyen los cambios que aquéllas provocan a alguna
alteración natural. Estos errores pueden aclararse con facilidad, primero, por
la descripción de las brujas que San Isidoro ofrece en su </span></i><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;">Etimologice<i style="mso-bidi-font-style: normal;">, cap. 9: "Las brujas se llaman así
debido a lo negro de su culpa, es decir, que sus actos son más malignos que los
de cualquier otro malhechor". Y continúa: "Agitan y <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">confunden</b> los elementos con la ayuda
del diablo, y crean terribles tormentas de granizo y tempestades". Más
aun, dice que <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">confunden</b> la mente de
los hombres, que los empujan a la locura, a un odio insano y a desmesurados
apetitos.<o:p></o:p></i></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEij-VTD08N7rnerGPsEpF81RPNQc0C_K2seI19FWPDcwM8Q7Y4fB1n17N6UZPRXOEJpZ_jU8J5AwsFwtgQX78IbfAN3jesk-ainbzSaqEF8SCnqfg39kyeIPo5eQIsPFuJj4FCBGs9Z8pz2/s1600/ElCompanero.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><img border="0" data-original-height="866" data-original-width="1131" height="489" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEij-VTD08N7rnerGPsEpF81RPNQc0C_K2seI19FWPDcwM8Q7Y4fB1n17N6UZPRXOEJpZ_jU8J5AwsFwtgQX78IbfAN3jesk-ainbzSaqEF8SCnqfg39kyeIPo5eQIsPFuJj4FCBGs9Z8pz2/s640/ElCompanero.jpg" width="640" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Y esa
confusión, que los demonios traman sin descanso, y ese desvelo de los
inquisidores por disiparla, son los mismos de los que se ocupa Enrique del
Risco en su prólogo de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El compañero que
me atiende</i>:<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: .5in; margin-right: 45.0pt; margin-top: 0in;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Lo que intento explicar acá es la
condición profundamente paternalista de cualquier régimen totalitario, su
dedicación profunda a hacer felices a todos los seres humanos, aunque no lo
quieran. De ahí que, una vez superada la dura etapa de la lucha de clases en
general<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="color: red;">,</span></b>
la policía secreta, al acercarse a los elementos sospechosos de alguna
deslealtad, insistieran en su bondad intrínseca achacando sus desvaríos a
simple y pura <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">confusión</b>. Explica que
racionalizaran sus acciones como un intento de redimir a sus investigados,
devolverlos a su natural condición de pureza. Incluso en el caso de que hubiese
que castigarlos.<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">El
optimismo, otra vez, podría hacernos pensar que, después de tanto batallar
contra la confusión, las brujas y los herejes habrían sido confinados ya al
infierno o al basurero de la historia, según el gusto de cada cual. Y cuando digo
“después de tanto de batallar”, el lector es libre de pensar en el año que
prefiera, sea 1497 o 1959, como el del inicio de esa batalla.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Gracias a
Dios, tengo la sana costumbre de leer el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Granma</i>
cada mañana, un acto siempre iluminador. Hoy por ejemplo, cuando pensaba en lo
que iba a decir esta noche, abrí la página cultural de Granma y esta era la
noticia que la encabezaba: <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: .5in; margin-right: .5in; margin-top: 0in;">
<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Nada hará perder la fe de los artistas en nuestro proceso social,
defensor del arte y la cultura<o:p></o:p></span></span></b></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: .5in; margin-right: .5in; margin-top: 0in;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: .5in; margin-right: .5in; margin-top: 0in;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Con el propósito de rechazar «cualquier intento de entorpecer o
manipular la gestión institucional y los proyectos de artistas de Cuba y otros
países que están en marcha de cara a la XIII Bienal de La Habana», la
Presidencia de la Uneac y la Dirección de la Asociación Hermanos Saíz emitieron
ayer una Declaración en la que se expone la absoluta negativa a que se
desvirtúe el esperado suceso de las artes plásticas en la Isla.<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: .5in; margin-right: .5in; margin-top: 0in;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: .5in; margin-right: .5in; margin-top: 0in;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">El texto denuncia «la autotitulada Bienal 00, que se enmascara detrás
de una fraseología demagógica y cínica, y se organiza con fondos de la
contrarrevolución mercenaria, cuyo único propósito es descaracterizar al
sistema institucional, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">confundir a los
artistas</b> y crear un clima propicio para promover los intereses de los
enemigos de la nación y de la obra revolucionaria que ha gestado e impulsado la
Bienal de La Habana y muchos otros eventos de gran arraigo popular».<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: .5in; margin-right: .5in; margin-top: 0in;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0in; margin-left: .5in; margin-right: .5in; margin-top: 0in;">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">[…] ningún comentario malintencionado ni tergiversación de la política
cultural cubana como tampoco patraña alguna, elaborada por personas sin
escrúpulos, «hará perder <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">la fe</b> de
los artistas en un proceso social que ha defendido el arte y la cultura como
una de las más nobles proezas».<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuJQUIp5fvZ3LB3RtqZ_8s0WMSXk8RZtTqp5mwVtek042T15dnX9LTNwvrq6thDgkl_AEqpWNAxlU8wrJ5z2qVWqhOknjfJQOEZ8_5djG0pz00NigWdQlpfhI99_cxsACKH76_aRSDnkUC/s1600/Screen+Shot+2018-05-04+at+11.41.24+PM.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><img border="0" data-original-height="954" data-original-width="1600" height="379" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuJQUIp5fvZ3LB3RtqZ_8s0WMSXk8RZtTqp5mwVtek042T15dnX9LTNwvrq6thDgkl_AEqpWNAxlU8wrJ5z2qVWqhOknjfJQOEZ8_5djG0pz00NigWdQlpfhI99_cxsACKH76_aRSDnkUC/s640/Screen+Shot+2018-05-04+at+11.41.24+PM.png" width="640" /></span></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">La
confusión —que pone en peligro la fe— y de la que hablan el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Malleus</i>, el prólogo de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El compañero</i> y el artículo de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Granma</i>, supone tres personajes, como el
teatro bufo cubano. En lugar del negrito, el gallego y la mulata, tenemos en
este caso al hereje o contrarrevolucionario que siembra la confusión, el
creyente o artista que se deja confundir, y el inquisidor o insomne centinela
de la patria que nos libera de sus confusiones heréticas.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;">El
compañero que me atiende </span></i><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;">es la memoria, escrita a muchas
manos, a muchas voces, de esa <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ingeniería
del alma</i> que, con paciencia y solicitud paternal, ejercen los dueños de la
verdad para sacar de la niebla de las dudas a sus compatriotas confundidos. </span><span style="line-height: 120%;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">La
antología que Enrique del Risco ha arrebañado me recuerda la anécdota de San
Agustín y el niño ángel que intentaba meter el océano en un hoyo que había
cavado en la arena. Porque aunque esta antología tiene 478 páginas, parece ser
una estratagema de niño ángel. Él mismo lo reconoce en el prólogo cuando dice:
“Lo que intenta este libro es recopilar una mínima parte de las aportaciones
cubanas a un subgénero anunciado ya por Kafka desde las primeras páginas de su
inconclusa novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El proceso</i>.”<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;"><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;">“Mínima”, añadiría
yo, porque las aportaciones se pueden hallar también en cuentos y novelas y
poemas y obras de teatro que nada [explícitamente] tienen que ver con este
tema. La santificante influencia de los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">órganos</i>
está también en las películas, las declaraciones de los deportistas, los libros
de colorear, los anuncios de permutas y los carteles políticos, en las
respuestas que dan los niños en las pruebas de historia, las conversaciones por
teléfono, las consultas con el santero, las cartas oficiales, los mensajes de
correo electrónico, las canciones de los trovadores y los raperos, la sudorosa
promiscuidad de las guaguas, las notas que dejan los devotos a los pies de la
Virgen del Cobre, las declaraciones de amor, las conversaciones con el mecánico
de ventiladores, las homilías dominicales, y lo que susurran las hojas de los
árboles mecidas por los vientos de cuaresma.</span><span style="line-height: 120%;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Pero a la
misma vez, esa presencia minuciosa y trascendente, se va haciendo parte de la
vida cotidiana hasta confundirse con ella; o más bien, emponzoña la vida diaria
hasta un grado en que ya no podemos sentir más el olor a azufre que su alquimia
rinde. Este libro es eso, es el intento de hacer que no se nos olviden ni el
hedor ni la asfixia. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Escribir
los detalles de esa alquimia es a la vez una venganza y un exorcismo. Hay una
anécdota que cuenta <span style="mso-bidi-font-style: italic;">Anna Ajmátova y que
quisiera recordarles esta noche aunque todos ustedes se la sepan de memoria.
Dice la poetisa en <i>Requiem</i></span>:<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">En los
terribles años de Yezhov hice cola<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Durante
siete meses delante de las cárceles de Leningrado.<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Una vez
alguien me reconoció. Entonces<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Una mujer
que estaba detrás de mí, con los labios<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Azulados,
que naturalmente nunca había oído mi nombre,<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Despertó
del entumecimiento que era habitual en todas nosotras<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Y me susurró
al oído (allí hablábamos todas en voz baja):<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">—¿Y usted
puede describir esto?<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Y yo dije:<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">—Puedo.<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<i><span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Entonces
algo como una sonrisa resbaló <br />
en aquello que una vez había sido su rostro.<o:p></o:p></span></span></i></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Se nos ha repetido que “los vencedores escriben la historia”. La anécdota
que cuenta Anna Ajmátova supone una relectura del viejo dicho. A su luz
podríamos decir que la derrota es el destino de quienes no escriben su historia.
Al escuchar la respuesta de Ajmátova —<i>puedo</i>— aquella otra mujer,
adherida de frío y de miedo, sonríe, porque sabe que de alguna manera ha
vencido. Ha vencido, en medio de su espanto, y gracias a un poema todavía
invisible de Anna Ajmátiva, al compañero que la atiende. Y de eso se trata.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<span lang="ES-TRAD" style="line-height: 120%;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: small;">Muchas gracias.<o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 120%;">
<br /></div>
<!--EndFragment--><br />Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-86900976246841027372017-01-13T10:35:00.000-05:002017-01-13T10:35:12.869-05:00Barack Obama: el Donald Trump de los cubanos<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlQqAw8pklt6kBPLtYSLhE2e7xsBWgHbcuiyhsBGFu20L8keLA4IfwcaVkOiE-xqafCAu2a2agYk4XGDBHXQT4VCxTznEWpZvcouuM576F5mTZaFfoEEE6at7LS53-5Qv98yFObmPTW634/s1600/trump-obama-white-house-meeting-photoshoped-2-768x346.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="288" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhlQqAw8pklt6kBPLtYSLhE2e7xsBWgHbcuiyhsBGFu20L8keLA4IfwcaVkOiE-xqafCAu2a2agYk4XGDBHXQT4VCxTznEWpZvcouuM576F5mTZaFfoEEE6at7LS53-5Qv98yFObmPTW634/s640/trump-obama-white-house-meeting-photoshoped-2-768x346.png" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Imagen tomada del sitio web http://www.youthensnews.com/</td></tr>
</tbody></table>
<span style="color: #222222; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 13.2px;"><br /></span></span>
<span style="color: #222222; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 13.2px;">A una semana de dejar el cargo, de un plumazo —como es su costumbre— el presidente Obama acaba de construirle a los cubanos el muro que tanto escándalo produjo cuando Trump se lo prometió a los mexicanos. Muchos se escandalizaron y denunciaron a Trump por racista, troglodita e inhumano cuando comenzó a amenazar con construir su muro. Es curioso que ahora algunos de ellos “entiendan” la decisión de Obama, que convierte el Estrecho de la Florida en el muro más ancho del mundo.</span></span><br />
<span style="color: #222222; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 13.2px;"><br /></span></span>
<span style="color: #222222; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 13.2px;">Olvidemos por un momento la historia de la Ley de Ajuste Cubano. Olvidemos “detalles” como el hecho de que en Cuba hace 60 año existe una autocracia en la que el mandante siempre tiene el mismo apellido. Olvidemos que esa autocracia tuvo armas nucleares en su territorio y que su líder rogó a la Unión Soviética que las usara para un ataque nuclear “preventivo” contra Estados Unidos que diera inicio a la Tercera Guerra Mundial. </span></span><br />
<span style="color: #222222; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 13.2px;"><br /></span></span>
<span style="color: #222222; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 13.2px;">Vayamos al caso que nos ocupa armados de amnesia. Consideremos que Cuba es un país igual que cualquier otro —México, por ejemplo. Consideremos entonces las razones que se dan para la decisión de enviar de vuelta a la Isla a cualquier balsero que sea sorprendido en los Estados Unidos sin visa. </span></span><br />
<span style="color: #222222; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 13.2px;"><br /></span></span>
<span style="color: #222222; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 13.2px;">1. Dice Obama —y el gobierno cubano y quienes apoyan a alguno de los dos— que los cubanos gozaban hasta ayer de un privilegio inmerecido: poder quedarse en Estados Unidos sólo por el hecho de llegar. “Que sean como todos los demás”, dicen. Es la misma lógica en la que se basa Donald Trump para construir su muro. ¿Por qué los mexicanos, por hecho de tener la frontera, deben ser privilegiados y venir a Estados Unidos cuando les dé la gana y, luego de unos años, poder recibir estatus legal?, dirá Trump. ¿No es eso una injusticia con los indonesios, por ejemplo? Pues que todos sean indonesios: así todos seremos iguales. Sólo así se hace justicia.</span></span><br />
<span style="color: #222222; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 13.2px;"><br /></span></span>
<span style="color: #222222; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 13.2px;">2. Dice Obama —y el gobierno cubano y quienes apoyan a alguno de los dos— que la emigración entre Cuba y Estados Unidos debe hacerse de forma ordenada y legal, respetando a pie juntillas las leyes de ambos países; que no puede permitirse ese relajo de que cualquier cubano entre a Estados Unidos cuando le dé la gana, caray. Es exactamente la misma lógica que usa Donald Trump —y los que votaron por él— para proponer que se haga un muro en la frontera con México y se deporte a los indocumentados.</span></span><br />
<span style="color: #222222; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 13.2px;"><br /></span></span>
<span style="color: #222222; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 13.2px;">3. Dice Obama —y el gobierno cubano y quienes apoyan a alguno de los dos— que permitir a los cubanos que se queden tras cruzar el Estrecho de la Florida en una balsa es una manera de asesinarlos, pues muchos mueren en la travesía. Y el estado de cosas vigente hasta ayer alentaba el tráfico humano y miles de actos ilegales o riesgosos. Lo mismo —exactamente lo mismo—, podría decir Trump para justificar su muro: también en los desiertos de la frontera mueren muchos indocumentados y miles de coyotes se aprovechan de la desesperación de los posibles inmigrantes ilegales. Hacer el muro y deportar a todos los indocumentados —podría decir Donald Trump si quisiera— evitaría todas esas muertes y esas ilegalidades.</span></span><br />
<span style="color: #222222; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 13.2px;"><br /></span></span>
<span style="color: #222222; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 13.2px;">La única diferencia entre ambas posiciones es que Trump ha propuesto sus medidas antes de ser presidente, para que los votantes pudieran decidir si estaban de acuerdo o no con su plan antes de votar por él. Obama ha hecho lo mismo, pero de una manera que huele a traición y cobardía: de un plumazo, una semana antes de salir de la Casa Blanca. (Trump dice ahora que se propone deportar “sólo” 2 o 3 millones de indocumentados: exactamente los mismos que deportó Obama.)</span></span><br />
<span style="color: #222222; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 13.2px;"><br /></span></span>
<span style="color: #222222; font-family: verdana, sans-serif;"><span style="font-size: 13.2px;">Dirá alguno que hay razones políticas y legales para defender el plumazo de Obama. Efectivamente, son las mismas que se usan para justificar el muro y las deportaciones de Trump. Lo que parece absolutamente irrazonable y mendaz es decir que Trump es inhumano y racista cuando quiere ponerle muros a los mexicanos y luego defender a Obama cuando de un plumazo le levanta el muro a los cubanos.</span></span><br />
<div>
<br /></div>
Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-86806728146149197782015-11-17T18:04:00.002-05:002015-11-17T18:05:41.167-05:00El horror y la sobremesa<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxD0vJ4xGkDpI9wkzWxeH5a-7EmmV6KU99MiSUf2hKNnC5JVtJ_Jae3k1JGCDRddpt72mH5zh7Ey_Mfa1SILyAuGU6TUVaerufolDorlVj2CJxCv8lG_6VJI71LNy7Kt-qb15Rh4acfiaj/s1600/20173468249_f45a4d8301_o.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxD0vJ4xGkDpI9wkzWxeH5a-7EmmV6KU99MiSUf2hKNnC5JVtJ_Jae3k1JGCDRddpt72mH5zh7Ey_Mfa1SILyAuGU6TUVaerufolDorlVj2CJxCv8lG_6VJI71LNy7Kt-qb15Rh4acfiaj/s640/20173468249_f45a4d8301_o.jpg" width="422" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Dicen algunos
amigos de Facebook (y algunos que son amigos míos fuera de Facebook también: no
estoy usando aquí la palabra “amigo” de modo irónico), repito, dicen algunos
amigos que al analizar la masacre de París no hay que hacer condenas simplistas
o maniqueas, que hay que considerar los matices, los antecedentes, las
motivaciones de esos muchachos que asesinaron a 129 personas; esos muchachos
que degüellan a los cristianos y a los arqueólogos y a los extranjeros al
conquistar una ciudad; a esos muchachos que dinamitan Palmira; a esos muchachos
que asesinan a 43 musulmanes en Beirut por pequeñas diferencias teológicas. Hay
que comprenderlos, dicen. No hay que ser maniqueos. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Y ahí
es donde se necesita quizás una aclaración. Sí, los seres humanos somos “simplistas”
y “maniqueos”. Si Ud. dice, por ejemplo, que “bueno, Pinochet asesinó a casi
3000 personas de la manera más brutal pero hay que ver que mejoró la economía
chilena, que Allende iba a llevar al país al desastre y que Pinochet evitó el
comunismo”; o si usted dice que “la dictadura argentina desapareció a 50000
personas pero hay que considerar que los montoneros mataban también y que mucha
gente en Argentina apoyaba la dictadura, hasta Borges….”, si Ud. dice
cualquiera de esas cosas, la gente —simplista y maniquea que es— va a entender
que usted apoya o justifica esos horrores. <o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: "verdana" , sans-serif;">Porque
todos los horrores tienen “precedentes” y “atenuantes”, pero hay un límite en
que la ética nos dice que, más allá de todos los precedentes y atenuantes, hay
actos absolutamente inadmisibles, absolutamente inmorales. No es por
desconocimiento de ciertos detalles históricos, ni por colonialismo mental, ni
por moda —ni por cualquiera de las otras deficiencias mentales que nos achacan
los “mesurados” o “antimaniqueos”—, que uno se opone radicalmente a los autores
de la masacre de París. Es porque a uno le parece un hecho tan repugnante que
no es posible “comprenderlo”.</span></span><br />
<span style="font-family: verdana, sans-serif;"><br />Hay
quienes “lo comprenden”, como en su momento hubo gente que comprendió a
Pinochet y a Videla también, gente que podía hacer un juicio mesurado,
equilibrado, pausado de esos horrores —y ver su atenuantes. Pero, repito, hay
otros a los que nos parece que ciertos horrores están más allá de cualquier
entendimiento; y que el ocurrido en París el viernes es uno de ellos. Ustedes
quizás lo comprenden; para mí sería inmoral comprenderlo. Ni siquiera digo que
tengo la razón; sólo quiero aclarar dónde radica la diferencia.</span></div>
Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-41271801901594645642015-10-23T16:20:00.000-04:002015-10-23T16:20:25.813-04:00Jorge Valls ha muerto<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFlz_b6vQMH6VScpJd7bmSObKN1AFyqdnueo9PQnhhqRwpeN4y0ha0yA-rvyfZ5HGTsO50actB71Zoq_W-ViEN_oWcqSWBIvusOhHByqSERLJMVUYG_7U5FVmv7W4VUOiQZtbV6in371Zf/s1600/10575132_10203183351959566_4158132130132677340_o.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="398" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFlz_b6vQMH6VScpJd7bmSObKN1AFyqdnueo9PQnhhqRwpeN4y0ha0yA-rvyfZ5HGTsO50actB71Zoq_W-ViEN_oWcqSWBIvusOhHByqSERLJMVUYG_7U5FVmv7W4VUOiQZtbV6in371Zf/s400/10575132_10203183351959566_4158132130132677340_o.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><b>Jorge Valls (1933–2015)</b>. Foto: Geandy Pavón. </td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Amanecimos con la noticia de la muerte de Jorge Valls. Tengo para mí que era el mejor de los cubanos. (Aunque, pensándolo bien, eso no parece un buen halago.) Su muerte no fue una sorpresa, sino simplemente una noticia terrible. Jorge Valls era una de las pocas personas que realmente me parecieron ‘distintas’ en esta vida. (Y lo digo en pasado no porque asuma que estoy a la puerta del sepulcro, sino porque pienso que las probabilidades de que se repita la experiencia son exiguas.)</span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Cuando lo veía y escuchaba, siempre pensé que haberlo encontrado me permitió —por primera vez, por única vez— imaginar lo que sentían aquellos cubanos decimonónicos cuando iban al Hardman Hall a escuchar a José Martí. No es una comparación de personajes, es la explicación de una experiencia. Jorge Valls te daba la impresión de que la hombría de bien y el honor —practicados en grado heroico— eran la condición natural del ser humano. (Esto lo ha dicho, en menos palabras y mucho mejor, <b><a href="http://enrisco.blogspot.com/2015/10/jorge-valls-1933-2015.html">Enrique del Risco</a></b> hoy en su blog.)</span></div>
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<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Los datos de su vida ilustran, pero no muestran, esa fibra que era arrasadoramente evidente al estar con él.</span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"> </span><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Su camisa de pobre, su cuerpo de asceta, sus cabellos de hippie medieval, sus zapatos náufragos, su voz de locutor de radionovelas, su mirada infinita… eran solo el preludio de su palabra, y la palabra se hacía carne, no en sus magros músculos, sino en su gesto, en la coherencia de su vida.</span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">“La gente se entretiene”, me dijo alguna vez, “pero no se tiene”. Había en él la vocación radical de “tenerse” y entregarse, una vocación consciente y explícitamente cristiana, católica. Una vocación en la que se combinaban su intelecto aquinatense con una sencillez, un candor, una voluntad de inocencia que evocaban al Poverello de Asís. </span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">"Yo vivo en Cuba, pero pernocto donde me llegue la noche", me dijo al final de una velada en casa amiga. En cualquier otra boca la frase hubiese sido un disparate o una desfachatez. Pero cuando él lo dijo supe que era tan verdad como el color de sus ojos. </span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Jorge Valls creyó en la eternidad del alma y en la resurrección del cuerpo —y en la de su patria. Así sea.</span></div>
Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-86533358875216228132015-10-17T12:29:00.000-04:002015-10-17T12:29:07.829-04:00Cuba a vuelo de pájaro: ‘Unseen Cuba’<span style="font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><b>Este artículo se publicó originalmente en <a href="http://www.eldiariony.com/2015/10/15/cuba-a-vuelo-de-pajaro-unseen-cuba/"><span style="color: blue;">El Diario de Nueva York</span></a> el 15 de octubre de 2015. Es el primero de dos artículos que escribí sobre el libro de </b></span><span lang="ES-TRAD"><b><a href="http://unseencuba.com/"><span style="color: blue;">Marius Jovaiša</span></a> para la presentación en Nueva York auspiciada por el <a href="http://www.cubanculturalcenter.org/">Centro Cultural Cubano</a>.</b></span></span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><b><br /></b></span></i></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><b>El <a href="http://www.cubanculturalcenter.org/"><span style="color: blue;">Centro Cultural Cubano de Nueva York</span></a> presenta hoy, </b></span></i></span><i style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD"><b>sábado 17 de octubre, </b></span></i><i style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><span lang="ES-TRAD"><b>el libro de fotografías de Marius Jovaiša. Tras la presentación habrá una sesión de preguntas y respuestas con el autor.</b></span></i><br />
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="270" src="https://www.youtube.com/embed/BbovvN-gY5o" width="480"></iframe><br />
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<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Le costó cinco años y un millón de dólares, afirma Marius Jovaiša refiriéndose a su libro de fotografías <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Unseen Cuba.</i> Tomó 50.000 fotografías y eligió 400 para este álbum de recuerdos. Después de ver el resultado, habrá que admitir que todo valió la pena.<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Jovaiša es un fotógrafo lituano nacido de 1971 y con vocación para mirar las cosas con una perspectiva novedosa. Antes de este libro sobre Cuba, había hecho ejercicios similares en Lituania, Belice, la Riviera Maya y Cancún.<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Haber nacido en Lituania, nación invadida y anexada por la Unión Soviética, le dio el entrenamiento necesario para lidiar con la burocracia —y la cleptocracia— de la Cuba actual. Uno de los milagros de Jovaiša fue haber obtenido los permisos necesarios para tomar fotografías aéreas en Cuba, como él mismo cuenta en su sitio web.<o:p></o:p></span></span></div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaFL3FID96gMDm1b3iklcvpKYOPSAbbVjPywt41u8vTsvQL_Wi_PFAcloxDWR7QLBqg1eTQndwV1UnQfMQnA7DGldnw1sAyYJf8U9NG8a4g8DxfaskNyY0jswAqDJd_zmYmcXI3MMX35X2/s1600/ACD_6992.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="425" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaFL3FID96gMDm1b3iklcvpKYOPSAbbVjPywt41u8vTsvQL_Wi_PFAcloxDWR7QLBqg1eTQndwV1UnQfMQnA7DGldnw1sAyYJf8U9NG8a4g8DxfaskNyY0jswAqDJd_zmYmcXI3MMX35X2/s640/ACD_6992.jpg" width="640" /></a></div>
<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br />La novedad del libro es esa: estos paisajes y edificios, harto conocidos, nunca habían sido fotografiados desde el aire. Jovaiša ofrece, literalmente a vuelo de pájaro, una visión inédita de Cuba. Pero sería injusto reducir la magia de su libro a la novedad de la perspectiva. Sus fotos del valle de Viñales, el Capitolio o la Torre Iznaga son verdaderas evocaciones poéticas de la memoria vegetal o pétrea de cada lugar, de cada edificio; son retratos del alma de los lugares. Será difícil ver con los mismos ojos los mogotes de Viñales después de haberlos visto a través del lente de Marius Jovaiša. Será difícil ya mirar a Cuba con los mismos ojos.<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Los cubanos tendremos que agradecerle a Marius Jovaiša habernos regalado esta prueba tangible de una belleza que a veces nos resulta sólo una nostalgia o un sueño difuso y asfixiado por los rigores de la historia y de la vida cotidiana. De alguna manera, Cuba se salva en este libro.<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Y todo el que tenga interés en Cuba o en la fotografía tendrá que agradecerle sus cinco años de trabajo, su infinita energía y paciencia y su disposición a dilapidar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>una fortuna para hacer este libro; pero sobre todo habrá que agradecerle su talento inusual, su capacidad para mirar lo que todo el mundo había visto por cinco siglos y hallar una hermosura secreta que esperaba por su lente. Habrá que agradecerle el descubrimiento de una belleza inocente y limpia, una belleza prendada de la frescura y la nitidez que hicieron a Colón escribir “esta es la tierra…”.<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Jorge I. Domínguez-López<o:p></o:p></span></span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Unseen Cuba</span></i></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><o:p></o:p></span></b></span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Presentación organizada por el<br />Centro Cultural Cubano de Nueva York: </span></b><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Sábado 17 de octubre a las 6:00 p.m.<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">JOHN JAY COLLEGE<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">524 West 59th Street, bet. 10th &<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>11th Aves., NYC<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Lobby, SCREENING ROOM L-63<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Entrada gratis<o:p></o:p></span></span></div>
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<span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;"><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">RSVP: cccofny@aol.com<o:p></o:p></span></span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Para ver una muestra de las fotos del libro,<br />visite el sitio web </span><a href="http://unseencuba.com/"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">http://unseencuba.com</span></a><span lang="ES-TRAD" style="color: #3366ff; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><o:p></o:p></span></span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">Centro Cultural Cubano de Nueva York: </span><a href="http://www.cubanculturalcenter.org/"><span lang="ES-TRAD" style="mso-ansi-language: ES-TRAD;">http://www.cubanculturalcenter.org/</span></a></span></div>
Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-77372015785965108672015-06-12T15:06:00.002-04:002015-06-12T17:30:30.698-04:00Armando Guiller: Patterns and Beauty<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsul2QU3-bEMCdP5PajE827AHJTQpItbYMtBd6daxZoZZYrUdzdoZVxfJCXEKKaqHYg0CcRLogmGDPZ-IdzJyrS9pKcqm-y104QrGlgc7KzUJi_AZitVxhYGByTahBMBfOXefeIBi4DzNC/s1600/hw6_Guiller.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsul2QU3-bEMCdP5PajE827AHJTQpItbYMtBd6daxZoZZYrUdzdoZVxfJCXEKKaqHYg0CcRLogmGDPZ-IdzJyrS9pKcqm-y104QrGlgc7KzUJi_AZitVxhYGByTahBMBfOXefeIBi4DzNC/s400/hw6_Guiller.jpg" width="267" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><b><i>Helical Work #6</i></b>. Armando Guiller.<br />
Steel and birch plywood. 70 x 18 x 18</td></tr>
</tbody></table>
<span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><b>Last night a reception was held at Meridian Design Associates, an architectural firm, to present "Helical Work #6", a sculpture of Armando Guiller recently bought by </b></span><b style="color: blue; font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">Meridian Design Associates</b><span style="color: blue; font-family: Helvetica Neue, Arial, Helvetica, sans-serif;"><b>. Armando asked me to write a presentation, which you can read here now. Special thanks go to Frank Guiller for letting me use his pictures from last night. (As readers of this blog know, I have also written about Frank Guiller in this blog: "</b><u><b><i><a href="http://tersitesexcathedra.blogspot.com/2012/07/frank-guiller-el-cristal-con-que-se-mira.html">Frank Guiller: el cristal con que se mira</a></i></b></u><b>")</b></span><b style="color: blue; font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">. This is what I said last night about Armando Guiller's sculptures:</b><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Two weeks ago Armando Guiller called me to find out when I was going to finish writing this presentation. Trying to explain away my procrastination, I told him I was busy helping my daughter prepare her trip to Switzerland. Of course, he asked about the trip and I gladly boasted that she was going to Geneva to spend the summer working at the Large Hadron Collider. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">“What exactly is she going to be doing there?”, Armando immediately asked with genuine interest. I told him she was going to be coding. “Coding for what?,” he asked. “Well, Armando, as we know, when protons collide they send showers of particles in all directions, right? [Full disclosure: Of course, I do not know anything about colliding protons—I was just parroting what my daughter have explained to me several times during the last few months.] She is trying to find certain patterns on those showers of particles, she and her colleagues are trying to make sense of them,” I told him. And Armando replied: “Man, that is exactly what I try to do with my art, but I look for beauty in those patterns.” He was referring to a particular series of sculptures he did some time ago, but I guess this is the best definition you could find about his work as a whole. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">For the last forty years, some artists, critics and writers have tried to talk like scientists. The result is at the same time hilarious and boring. Armando is the exact opposite of that trend. He talks like a person who knows a lot about physics and engineering and is just using the language of art to explain certain facts to the scientifically challenged. And he does it with remarkable humility. He really thinks he is talking about something his interlocutor probably knows. That’s not the case, of course.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYYPQ4CvpFmvmjdSNXGLeiRn6QbZ7aX6W3u2OfDqRJrPkfiG_YQCRjZs3rvPzrF7vyqSISB9aVTqfnNi04wPFpgYIkg-y8Z8ZQCdb00-72kyVR83xw6TZuRvw_aZJyKM_0sv_O8fEaOeJG/s1600/ArmandoGuillerInvitation.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYYPQ4CvpFmvmjdSNXGLeiRn6QbZ7aX6W3u2OfDqRJrPkfiG_YQCRjZs3rvPzrF7vyqSISB9aVTqfnNi04wPFpgYIkg-y8Z8ZQCdb00-72kyVR83xw6TZuRvw_aZJyKM_0sv_O8fEaOeJG/s400/ArmandoGuillerInvitation.jpg" width="183" /></a></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">One hundred years ago, futurist artists were fascinated by the beauty of the mechanical power of modern machines. Bicycles, cars and planes suddenly replaced saints, the Madonna, noblemen, sunflowers, naked lunches, and card players as the subject matter of painting. Artists like Giacomo Balla or Benedetta Cappa, among others, tried to show us the aesthetics of aerodynamic lines and the magic of pure velocity. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">“We affirm that the world’s magnificence has been enriched by a new beauty: the beauty of speed”, Marinetti declared in his <i>Manifesto</i>. We all remember his famous phrase: “A racing car […] is more beautiful than the <i>Victory of Samothrace</i>.” It turned out to be a childish fascination. They all marveled at something they didn’t understand, like the baby spreading his food on the screen of an iPad. Maybe that innocence was the reason most of the futurists ended up fascinated with Fascism. “And like young lions we ran after Death”, says Marinetti in the <i>Manifesto</i> without knowing he was describing his own destiny.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">One hundred years ago too, Marcel Duchamp was trying to reconcile art with life. He wanted painting to be useful again, not just an object of empty, frivolous beauty. The urinal in the museum was not simply a new definition of art. It was not just a rejection of the traditional role of the artist as creator—it was also a rejection of the museum as the natural, final destination on any relevant work of art. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">The museum, for Duchamp was a Western abomination. “All exhibitions of painting or sculpture make me ill. And I’d rather not be involved in them,” he wrote to a friend. He wanted art to return to the gothic cathedral, where each painting, each stained-glass window told a story and showed the illiterate Medieval Christians the essence of their faith. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLdEq-ziTjmVi2_57RXfk-Bqt1z9eCdar1gttPCvBYu4xshNlJc-7TVRsbRFlQ4WrzP8cHuB_xZa-mmEQ0Ha_yGiAZvSHt7bpPPcm4WH8OC7BlW1s_RTFBQ28qSymWH_C_Q6c1kZm6rrrW/s1600/11416686_880149565385471_158874341_o.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjLdEq-ziTjmVi2_57RXfk-Bqt1z9eCdar1gttPCvBYu4xshNlJc-7TVRsbRFlQ4WrzP8cHuB_xZa-mmEQ0Ha_yGiAZvSHt7bpPPcm4WH8OC7BlW1s_RTFBQ28qSymWH_C_Q6c1kZm6rrrW/s320/11416686_880149565385471_158874341_o.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="font-size: 12.8000001907349px;">Photo: Frank Guiller</span></td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Art was supposed to be a learning tool, not a mystery that only a chosen few could understand. Art was not supposed to be explained—art was the explanation. At the end, realizing that the reconciliation of art and life was impossible, Duchamp and his Dadaist friends decided that Western art was dead—as dead as the God of Friedrich Nietzsche had been for twenty years; as dead as that ‘old bitch gone in the teeth,’ the European civilization. And that was when the Dadaists started giving axes to the public at their art shows so they could destroy the paintings hanging from the walls.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">I was thinking about both Marinetti and Duchamp after talking to Armando about those colliding protons he and my daughter find so captivating. There is a contradictory relationship between his clean sculptures and the dreams Duchamp, Marinetti and company were dreaming in the year of 1915.</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Of course, Armando Guiller’s sculptures more often than not have the flavor, the lines and the finish of complicated industrial objects. But his is not the Futurist’s wide-eyed admiration for some modern contraction. It is rather it’s exact opposite. Armando Guiller is not an artist who dabbles in mechanics, but a technician and inventor who produces art in order to show us what he clearly sees in the intrinsic logic of machines and nature. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Giacomo Balla’s purpose was to portrait the beauty of the racing car hood, the aesthetic quality of its aerodynamic design. Armando Guiller just wants to show us the spectacular elegance of an internal combustion engine or a subatomic storm. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">He says he looks for beauty in nuclear reactions and industrial objects. “My work,” he explains, “brings Mechanics Principia into aesthetical and perceptual examination.” But when you observe his sculptures you don’t get the impression he is looking for anything. He seems to have found what he was looking for a long time ago. He seems to know something—in a deep, powerful sense, he seems to know it. He is just showing us what he knows. His work reminds me of Ezra Pound’s dictum: “But I'm not arguing, my friend, I'm just telling you!” </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">One of the basic concepts of Armando Guiller’s recent work is the helix. “I’m fascinated with the Helix, to me is the equation that best describes the process of human development,” he declares. This sculpture, in particular, is part of a series he calls “Helical Works.” The materials are steel and birch plywood. On close examination, the sculpture is a collection of numerous, almost identical pieces. The brutal exactitude and the surgical smoothness of the surfaces give the work an industrial quality. </span><br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBoIHe_ik3Wev37rw2zm6QYsAQmeR2V6JD0_V4qK3KRH86Lpg_zNjp4f8BgQLJuqC5d2rNJ0N7LMjFtv_07F0NMwqQ0r623YGaftdKJCemEsSB7ctulIVJ_KUjdrlrCFYj9AaOANXpOPZ1/s1600/11420301_880149575385470_485429744_o.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBoIHe_ik3Wev37rw2zm6QYsAQmeR2V6JD0_V4qK3KRH86Lpg_zNjp4f8BgQLJuqC5d2rNJ0N7LMjFtv_07F0NMwqQ0r623YGaftdKJCemEsSB7ctulIVJ_KUjdrlrCFYj9AaOANXpOPZ1/s320/11420301_880149575385470_485429744_o.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Jorge I. Domínguez-López (Tersites), <br />
sculptor Armando Guiller and his <br />
<i>Helical Work #6</i>. Photo: Frank Guiller</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">But there is nothing industrial in the organization of those pieces. The artist patiently ensembles them together until they take the shape he imagined or saw before he designed the interchangeable pieces. Describing his work, Armando explains: “The sculpting process consist of stacking a chosen material in sections to form a complex body, where the body refers to life and the sections to those experiences that can turns its course.” We wish we could have life experiences so polished and stackable, so logically interconnected. We wish our lives were perfect helical progressions instead of almost perfectly hellish nightmares. But what he is telling us is that such perfection does exist. He has seen it, and he is also capable of portraying it in wood and steel. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">You can look at this piece, <i>Helical Work #6</i>, as an assortment of wood and steel pieces. But it could be a contemporary rendition of Boticelli’s Birth of Venus—you only have to imagine the newborn goddess prudishly covering her sex with her right hand instead of her left. Or it could be a wood and steel rendition of one of Modigliani’s languid girls. <i>Helical Work #6</i>, beyond its Pythagorean precision and its ‘Jeff-Koonsian’ impeccable finish, projects a delicate, human, feminine, almost maternal image. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">In a recent conversation, Armando told me that he had decided to start this series after he noticed that his work was lacking geometry. “What about theology?,” I asked him with a chuckle. I was playfully referring to Ignatius Really, the protagonist of <i>A Confederacy of Dunces</i>, who claims “The United States needs some theology and geometry, some taste and decency.” I don’t know yet about theology, but we know for sure that Armando Guiller’s works have plenty of geometry, taste and decency. With those elements and his talent, he has translated the Euclidian beauty of perfect curves into a language of steel and wood. His sculptures are not supposed to be explained—they are his explanation. His is not arguing, my friends, he is just telling us something he knows. We just have to listen to him with wide-open eyes. </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Thank you.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdIBtrt9siVRNe7jOv1JwH8npQeKDV5rfCb7iG05mMngd1bW0NHMorHPDTlWmrSANVVigcuHH8AMIOcNZ2UEtSPYat8t8iXqWiPs1rH-nnoGPbfVvZxTZ_FysDXZG0LPFN7lOT5S2c6Pwl/s1600/11542516_880149562052138_994563683_o.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdIBtrt9siVRNe7jOv1JwH8npQeKDV5rfCb7iG05mMngd1bW0NHMorHPDTlWmrSANVVigcuHH8AMIOcNZ2UEtSPYat8t8iXqWiPs1rH-nnoGPbfVvZxTZ_FysDXZG0LPFN7lOT5S2c6Pwl/s640/11542516_880149562052138_994563683_o.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Photo: Frank Guiller</td></tr>
</tbody></table>
<br />Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-49159384830519622382015-03-01T15:39:00.000-05:002015-03-01T15:44:17.130-05:00Kluivert Roa o la importancia de saber elegir a tus asesinos<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVBu79ncgbyU2KpgSvO-QsLx_Sb0SnhssN5vjvQNu4iquOg-fjvXTvtPRjSXnkv9rkVw622w__8agF4RssPkCIa1-1ZoACCkFM7ibkjUSqgLtUUcFqeZzyWn_bP0B_1RNSbwfUEs7dA3R-/s1600/Kluivert+Roa.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVBu79ncgbyU2KpgSvO-QsLx_Sb0SnhssN5vjvQNu4iquOg-fjvXTvtPRjSXnkv9rkVw622w__8agF4RssPkCIa1-1ZoACCkFM7ibkjUSqgLtUUcFqeZzyWn_bP0B_1RNSbwfUEs7dA3R-/s1600/Kluivert+Roa.jpg" height="320" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Kluivert Roa </td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Kluivert Roa era un chico venezolano de 14 años de edad. Vivía en San Cristóbal, en el estado de Táchira. La semana pasada, el martes 24 de febrero, salió de la escuela y en las calles se encontró con una manifestación que habían organizado los estudiantes de la Universidad Católica del Táchira contra el gobierno. Tuvo la mala suerte de toparse con un miembro de la Policía Nacional Bolivariana. El policía sacó su pistola y le disparó a quemarropa y a la cabeza. La bala le hizo añicos el cráneo. Su cerebro saltó en pedazos, como confetti, rociando la calle con su masa encefálica. Kluivert Roa tenía catorce años y acababa de salir de la escuela, iba camino a su casa.</span><br />
<div>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Si Nicolás Maduro fuera un tipo de derechas, ya Silvio Rodríguez habría escrito una canción al niño asesinado por las 'sanguinarias hordas' de Maduro; la cancillería cubana habría sacado un mensaje de condena al 'gobierno fascistoide' de Venezuela; mis amigos de Facebook de simpatías zurdas habrían cambiado la foto del perfil por la de Kluivert Roa para mostrar su repulsa moral ante el crimen; en la Plaza de la Revolución probablemente habrían puesto una inmensa foto ("gingatografía" dicen en La Habana) de Kluivert Roa, con un letrero rojo también inmenso que dijera "¡Asesinos!".</span></div>
<div>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span></div>
<div>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Pero Kluivert Roa era un chico con mala suerte, evidentemente. Maduro no es de derechas; y por lo tanto a Silvio Rodríguez no lo va a conmover el hecho de que el cerebro de Kluivert Roa saltara en mil pedazos y salpicara una calle de San Cristóbal; ni le importa a la cancillería de Cuba ni a la de Bolivia ni a la de Ecuador; ni pondrán su foto inmensa en las plazas ni habrá un letrero que llame asesinos a sus asesinos. Porque a nadie le conmueve que el cerebro de un niño de catorce años salpique una calle de una ciudad cualquiera; a nadie, ni de un bando ni del otro... a menos que se pueda aprovechar para beneficio propio.</span></div>
Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-28453225772621582092015-01-28T08:21:00.001-05:002015-01-28T20:09:55.607-05:00Martí camina sobre la nieve<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Ha amanecido Nueva York cubierto de nieve. Por alguna razón no se acostumbra uno a pensar en Martí andando a paso rápido —de "ardilla", diría Enrique Collazo— sobre las aceras nevadas de Nueva York. Recordamos con más insistencia ese "moriré de cara al sol" que el implícito "pero viviré en New York". Sus últimos pasos en la ciudad donde escribió su vida fueron precisamente sobre los diminutos cristales de hielo que hoy la adornan. Uno se resiste a imaginar a Martí de sombrero y sobretodo, caminando sobre una acera nevada, tomando el tren elevado, paseando por un Central Park que aún no tiene su estatua de mármol muriente. Uno se resiste a la verdad. Y hoy la nieve viene a recordárnosla.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Martí salió definitivamente hacia su destino el 30 de enero de 1895. (Estoy convencido del dato aunque el lector hallará numerosas fuentes donde se indica el 29 como día de la partida.) La noche del 28, su último cumpleaños, comenzó a nevar al atardecer, como nos sucedió a nosotros hace dos días, para luego arreciar a media noche. Aquí pueden leer la noticia... e imaginar a Martí caminando sobre la última nieve de su vida, el día mismo en que cumplió 42 años.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="color: blue; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><u><b><a href="http://query.nytimes.com/mem/archive-free/pdf?res=9800EEDA123DE433A2575AC2A9679C94649ED7CF">New York Times: <i>Snow Add to the Discomfort</i></a></b></u></span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">29 de enero de 1895</span><br />
<br />Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-87909345055945387712014-09-12T11:24:00.002-04:002014-09-13T19:40:42.663-04:00"La apertura cubana", una novela de Alexis Romay<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8z0sIR5rBTcjU2iyKo0fDme1eVZVMeXC2mOYnnuBvC_f0nrm5VqWaYAtm130OhhjP2oVxbTzMf2C2bUs-EsxpZj29MNDu6R36gZVXDIcfRjlODjDVwnLF56Ne0ujHyR8cgUmi_z1SUhwX/s1600/la-apertura-cubana-maqueta.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8z0sIR5rBTcjU2iyKo0fDme1eVZVMeXC2mOYnnuBvC_f0nrm5VqWaYAtm130OhhjP2oVxbTzMf2C2bUs-EsxpZj29MNDu6R36gZVXDIcfRjlODjDVwnLF56Ne0ujHyR8cgUmi_z1SUhwX/s1600/la-apertura-cubana-maqueta.png" height="320" width="247" /></a></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;"><b>Palabras leídas en la presentación de la novela <i><u><a href="http://www.amazon.com/apertura-cubana-Spanish-Alexis-Romay/dp/1938978420/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1410534319&sr=8-1&keywords=La+apertura+cubana">La apertura cubana</a></u></i>, de <u><a href="http://belascoainyneptuno.com/">Alexis Romay</a></u>, el viernes 29 de agosto de 2014 en la librería <a href="http://libreriabarcodepapelny.com/donde-estamos/" style="text-decoration: none;">Barco de Papel</a>, en Queens, New York. Una vez más, agradezco a Alexis Romay que me haya pedido presentar su novela. </b></span><br />
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El 22 de octubre de 1862 se jugó en La Habana la partida de ajedrez más singular que se haya librado en la Isla. De un lado del tablero, con los ojos vendados y las piezas blancas, estaba el genio ajedrecístico más grande del siglo XIX, el norteamericano Paul Morphy. Del otro lado estaba un joven esclavo negro, el cubano José María Sicre, con las piezas negras.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Paul Morphy era el jugador más famoso del mundo. Sureño de New Orleans, tras servir brevemente en los ejércitos de la Confederación, había <em>burlado el bloqueo</em> para huir del caos de su patria rumbo a Cuba. No lo sabía aún, pero su largo viaje terminaría en el caos de la locura.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">José María Sicre, sin libros ni maestros, había aprendido los secretos del ajedrez observando jugar a su amo, el campeón cubano Félix Sicre. Morphy ganó la partida, como ganó todas durante aquella visita habanera, pero Sicre sería recordado por la excelente defensa francesa que ensayó aquella noche ante el sureño afrancesado.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Morphy, me imagino, jugaría aquella partida defendiendo un pasado que ahora probaba ser efímero: el Sur esclavista y su reinado del ajedrez estaban en el ocaso. José María la habrá jugado soñando con una gloria de alfiles y peones que le deparara un futuro distinto al prefijado por su mundo.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La partida de Morphy y Sicre puede ser vista como una metáfora del amor por el ajedrez, los meandros de la injusticia, la ceguera voluntaria, la violencia que divide a un país, el exilio, la larga y complicada relación entre Cuba y los Estados Unidos, el deseo de reinvención personal, la eterna posibilidad de hallar un terreno común…</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">En esos poderes evocadores del ajedrez pensaba mientras leía <em><b><u><a href="http://www.amazon.com/apertura-cubana-Spanish-Alexis-Romay/dp/1938978420/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1410534319&sr=8-1&keywords=La+apertura+cubana">La apertura cubana</a></u></b>, </em>la novela de Alexis Romay. Su <em>Apertura</em> es también una partida de ajedrez a ciegas. Y es una reflexión dolorosa y aguda —valga la "redundancia"— sobre la historia reciente de Cuba, sobre el precio que ciertas fronteras imponen, y sobre el precio cierto que se paga al imponer fronteras.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La novela se desarrolla como dos narrativas paralelas: el diario de una adolescente habanera —"la camilita"— escrito en 1986, y las transcripciones de un interrogatorio al que las autoridades cubanas someten a una veinteañera —"la neoyorquina"— en 1996.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Ambas historias se pueden leer como sendas partidas de ajedrez. Por una parte, la camilita juega la suya con la vida: trata de descubrirse y dibujar su identidad en un hogar, una escuela, un entorno que intentan predefinirla. Como José María Sicre, la camilita mueve sus torres y caballos para escapar de esa rígida y aburrida cuadrícula que su maldita circunstancia le ha deparado como sucedáneo de la vida.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La neoyorkina, que ha llegado a la Isla porque el avión en que viajaba a Bahamas ha sido secuestrado, juega su partida contra un interrogador que intenta imponerle una identidad que ella rechaza. La neoyorkina juega la partida de Morphy: está defendiendo su pasado, las penas y las glorias de su vida como ella las recuerda.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La camilita se defiende de un futuro que otros han inventado para ella y quieren imponerle. La neoyorkina, por el contrario, enfila sus trebejos contra un pasado que sus interrogadores le adjudican y que ella no acepta. La tensión entre esos dos relatos, el suspenso policiaco que los enlaza, serían suficientes para jalonar la lectura.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Pero la novela no agota su metáfora ajedrecista ahí: está también el tablero sobre el que se juegan las partidas, los cuadros blancos y negros que, en el caso de <em>La apertura cubana</em>, son el lenguaje y la memoria. Algunas novelas se leen por las peripecias de la trama, otras por los malabarismos del lenguaje. <em>La apertura cubana</em> regala una bien medida mezcla de ambos.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Hace dos décadas, al llegar a Miami, leí de un tirón las novelas y las memorias de Reinaldo Arenas que no había tenido antes. Una de mis sorpresas fue descubrir allí el lenguaje de mi infancia: aquellas frases, aquellas palabras que ya nadie usaba en Cuba pero que para Arenas, exiliado en 1980, conservarían siempre la frescura de la última foto de la fiesta. Fue una experiencia "afocante", como diría Arenas.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Leer <em>La apertura cubana</em> de Romay me ha recordado esas lecturas. Vivimos en una época en que se considera de buen gusto decir que uno tiene "mala memoria". La falta de memoria es, digamos, socialmente aceptable, <em>cool</em>. Pocas veces, sin embargo, te encuentras personas que te digan que les falta inteligencia. Detrás de esa dicotomía se esconde la noción que la memoria es la hermanita pobre del binomio. ¿Para qué quiere memoria quien tiene acceso a Wikipedia?</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Los novelistas saben que esa dicotomía es una falacia. El único rasgo de inteligencia que un novelista necesita es saber disfrazar los recuerdos como frutos de la imaginación. Un novelista sin memoria sería más inútil que un submarino boliviano. En su <em>Apertura</em>, Alexis Romay demuestra tener una memoria fotográfica. O, para ser exactos, una pésima memoria fotográfica.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Los personajes de <em>Apertura</em> recrean el lenguaje popular cubano de los ochenta. El autor hace aquí un alarde de memoria que recuerda también las simultáneas a la ciegas que hicieron famoso a Paul Morphy. Este es un enunciado que se debe matizar. La literatura cubana actual abunda en historias narradas en lenguaje popular. A veces el lector se lleva la impresión de que nuestros novelistas se rinden a ese lenguaje porque es el único que entienden, usan o dominan.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La <em>Apertura</em> de Romay es ave de otro plumaje, y es ese un detalle que se agradece. Los personajes de Romay re-crean el lenguaje de la Cuba de los 80: se trata de un caso de literatura, no de ecolalia.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Y esa recreación del lenguaje popular juega también su partida de ajedrez con una obsesión evocativa —la de Romay y sus personajes— que van armando en la novela el retrato conceptual —en el sentido lato de la palabra— de La Habana de los 80 y los 90. Un retrato que recuerda, por lo obsesivo, las nostalgias habaneras de Cabrera Infante o la furia con que Arenas recordaba aquella ciudad que fue su enemiga.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Pero para Cabrera Infante y Arenas, las calles, los bares, la cárcel, la bohemia y las aventuras sexuales son los puntos de referencia a partir de los que se describe la ciudad. La novela de Romay es menos carnal, menos tangible. Su ajedrez nostálgico se juega en una Habana más reducida y cerebral, y más joven. La camilita, que seguramente es la adolescente más culta y más "leída" del Occidente cristiano, va desglosando en su diario una sarta de evocaciones que abarcan los libros, las frases, las canciones, las películas, los versos, las imprecaciones, los programa de radio, los grupos musicales, las modas, los peinados, los gestos de la mano izquierda y las rutas de guagua que eran el destino del habanero promedio de 1986.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Ese retablo de los milagros, ese museo de todo lo que importa y de todo lo baladí, de todo lo que se salva por la bondad o la belleza y de todo lo que debería ser condenado al olvido, debe ser obra de la mala memoria. Tener buena memoria es saber olvidar algunas cosas. En <em>La apertura cubana,</em>el lector se lleva la impresión de que Romay es dueño de una pésima memoria fotográfica. Para él nada parece ser desechable, cualquier olvido es pérdida, por saludable que pudiera ser olvidar ciertos detalles.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Al comentar la locura de Paul Morphy, sus contemporáneos proponían dos tesis encontradas: unos decían que había sido la derrota del Sur, la pérdida de aquel mundo que era el suyo, lo que lo había hecho perder el juicio. Otros, en cambio, aseguraban que fueron sus simultáneas a ciegas —aquellas hazañas que Morphy imponía a su memoria portentosa—, la causa de su locura.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Alexis Romay parece estar en su sano juicio, pero su novela revela una nostalgia y una capacidad de acumular recuerdos que no serían indignas de Morphy. Romay habría soñado con tener el genio ajedrecístico de aquel sureño errante. Sus lectores, sin embargo, le van a agradecer su nostalgia díscola, su memoria matemática y, sobre todo, su talento para poner a esas dos enemigas a jugar ajedrez en un libro.</span></div>
<div style="font-size: 15px; line-height: 22px; margin-bottom: 15px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 15px;">
<br /></div>
Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-22006880988948727662014-08-28T15:24:00.002-04:002014-08-28T15:24:41.794-04:00Presentación de "La apertura cubana"<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Amigos:</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><b><a href="http://belascoainyneptuno.com/">Alexis Romay</a></b> acaba de publicar su segunda novela: <i><b><a href="http://www.amazon.com/apertura-cubana-Spanish-Alexis-Romay/dp/1938978420/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1409253387&sr=1-1&keywords=la+apertura+cubana">La apertura cubana</a></b></i>. El autor presentará su libro mañana viernes 29 de agosto a las 6:00 de la tarde en la librería <b><a href="http://libreriabarcodepapelny.com/donde-estamos/">Barco de Papel</a>, </b>en Queens, New York<b> </b>(4003 80th St. Elmhurst, NY 11373). A invitación de Alexis mañana diré unas palabras sobre su novela a modo de introducción. Quedan todos invitados a asistir... y a comprar y leer esta obra.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1oamFr44vPs59zUGqh11yoz5Kk5OfTp5xLTkN-LAE6OOoYXFvIVQheMnmgXUccy-4XBib_b2CtMx3d4gjaSnYPQG1NSL0UY4U5EZnBV2M7BHOXHAJOXxU1SS8Q4di2NaoUeevvfdREW4/s1600/alexis+romay+barco.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1oamFr44vPs59zUGqh11yoz5Kk5OfTp5xLTkN-LAE6OOoYXFvIVQheMnmgXUccy-4XBib_b2CtMx3d4gjaSnYPQG1NSL0UY4U5EZnBV2M7BHOXHAJOXxU1SS8Q4di2NaoUeevvfdREW4/s1600/alexis+romay+barco.jpg" /></a></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-34089033591120726282014-06-27T19:09:00.000-04:002014-06-27T20:53:26.687-04:00Ernesto Tamayo: talento y valor<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Como saben los lectores de este blog, en marzo del año pasado escribí sobre el guitarrista cubano Ernesto Tamayo, a quien unas semanas antes le habían descubierto un tumor cerebral terminal. Los que deseen leer el artículo lo pueden hacer aquí: <b><span style="color: blue;"><u><a href="http://tersitesexcathedra.blogspot.com/2013/03/ernesto-tamayo-la-pieza-mas-dificil.html">Ernesto Tamayo, la pieza más difícil</a></u></span></b>.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Ernesto ha tocado esa pieza tan difícil con la maestría con que tocaba antes las más difíciles piezas de Leo Brouwer y las transcripciones de Scarlatti. Con la misma elegancia, con un valor inaudito. Algún día contaré en detalle el increíble coraje, la elegancia ejemplar con que ha vivido él este calvario. </span><br />
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La última vez que nos vimos antes de enfermarse nos habló de su versión del <i>Requiem</i> de Mozart, que el huracán Sandy le impidió estrenar en la fecha acordada. Era inimaginable entonces que él lo necesitaría tan pronto.</span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"> </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La suite de su vida, a los cuarenta y dos años, por desgracia se acerca a la coda. Ernesto está en un hospicio en Baltimore. No tiene familia en Estados Unidos. Lo acompaña un largo desfile de amigos. Sus padres deben llegar en breve desde Cuba. </span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Para cubrir los gastos de ese viaje y de su funeral, tristemente cercano, Madelca Domínguez ha iniciado una recaudación de fondos. En las primeras 54 horas se han recaudado $4000.00. Deseo agradecer aquí a los lectores de este blog que generosamente donaron en la campaña del año pasado y a los que han donado en esta. Quien pueda colaborar, puede hacerlo en el enlace que les adjunto más abajo. Agradezco también a los que han dado publicidad a la campaña poniendo el enlace en sus muros de Facebook o en sus blogs. </span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El enlace a la campaña que puse abajo no se ve en algunos equipos móviles. También pueden acceder al sitio de la recaudación de fondos pulsando este enlace: <b><u><span style="color: blue;"><a href="http://www.gofundme.com/apv0k8">Recaudación de fondos para Ernesto Tamayo</a></span></u></b></span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br />Y aún más abajo les dejo un ejemplo de la gracia con que sus manos acariciaban las seis cuerdas que han definido la vida de este hombre bueno, valiente y talentoso.</span><br />
<br />
<br />
<object classid="clsid:D27CDB6E-AE6D-11cf-96B8-444553540000" height="338" title="Click Here to donate!" type="application/x-shockwave-flash" width="258"><param name="movie" value="//funds.gofundme.com/Widgetflex.swf" /><param name="quality" value="high" /><param name="flashvars" value="page=apv0k8&template=0" /><param name="wmode" value="transparent" /><embed allowScriptAccess="always" src="//funds.gofundme.com/Widgetflex.swf" quality="high" flashVars="page=apv0k8&template=0" type="application/x-shockwave-flash" wmode="transparent" width="258" height="338"></embed></object><br />
<br />
<br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/oygSm4i-mK0" width="560"></iframe>Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-42464302527497656642014-06-06T15:44:00.002-04:002014-06-11T12:25:23.996-04:00Reportaje de NY1 Noticias sobre "La última casa de José Martí"<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Rosarina Bretón, reportera del canal NY1 Noticias, hizo este reportaje sobre mi charla "La última casa de José Martí" el pasado 17 de mayo. La charla estuvo organizada y patrocinada por el Centro Cultural Cubano y tuvo lugar en Swing 46, un club de jazz que se halla en la casa sobre la que trataba la charla. Vaya aquí mi agradecimiento a todos los que la hicieron posible.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Les adjunto el enlace al video del reportaje así como el artículo (en azul) que apareció en el sitio web de <b>NY1 Noticias</b>.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Video: <b><u><span class="Apple-style-span" style="color: blue;"></span></u></b></span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.blogger.com/video.g?token=AD6v5dwcve_OfZh9pTEGNcyGSqUKUgzHg1tErx53oWmfNa2BFwrZb2X3srGW1QDa6QAkqxkVTFzi96Df7ZUBiRFnOA' class='b-hbp-video b-uploaded' frameborder='0'></iframe></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<br />
<div style="margin-bottom: 1.539em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px;">
<div style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; text-align: left;">
<em style="font-style: italic;"><br /></em></div>
<div style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; text-align: left;">
<em style="font-style: italic;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-style: normal; line-height: 20px;"><b><span class="Apple-style-span" style="color: blue;">Cuba: Aun hay dudas sobre la última casa de José Martí</span></b></span></em><br />
<em style="font-style: italic;"><span class="Apple-style-span" style="color: blue;"><br /></span></em>
<em style="font-style: italic;"><span class="Apple-style-span" style="color: blue;">Un historiador dice que por más de 70 años, los libros de textos cubanos estaban equivocados sobre la dirección de la última casa donde vivió José Martí. Rosarina Bretón conversó con él y preparó el siguiente informe.</span></em></div>
</div>
<div style="margin-bottom: 1.539em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px;">
<div style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; text-align: left;">
<span class="Apple-style-span" style="color: blue;">Todavía hay dudas, investigadores aún tratan de comprobar ¿dónde realmente vivía el que muchos llaman el libertador de Cuba José Martí durante sus últimos días de exhilio en NY?</span></div>
</div>
<div style="margin-bottom: 1.539em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px;">
<div style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; text-align: left;">
<span class="Apple-style-span" style="color: blue;">"Era muy extraño porque en los libros de historia de Cuba por los últimos 70 años se había dicho que la casa de Gonzalo Quesada donde José Martí se quedó las últimas 3 semanas en New York, estaba en el 116 Oeste de la 64, y de pronto esta carta decía que estaba aquí", dijo Jorge Ignacio Domínguez, historiador.</span></div>
</div>
<div style="margin-bottom: 1.539em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px;">
<div style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; text-align: left;">
<span class="Apple-style-span" style="color: blue;">"Aquí" se refiere a este sitio donde ahora se escucha Jazz, el Swing Club, en el 349 oeste de la calle 46 en Manhattan.</span></div>
</div>
<div style="margin-bottom: 1.539em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px;">
<div style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; text-align: left;">
<span class="Apple-style-span" style="color: blue;">"Yo soy una amante de Martí pero es que me ha dejado, no por la dirección en si, que más me daba que viviera aquí o allá sino por todo lo que ha estado relacionado con los últimos días de Martí en esta casa y con esta familia", dijo una mujer.</span></div>
</div>
<div style="margin-bottom: 1.539em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px;">
<div style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; text-align: left;">
<span class="Apple-style-span" style="color: blue;">Y es que Domínguez dice haber estudiado el epistolario martiano, además de libros y periódicos y después de recopilar datos llegó a la conclusión que la casa del Dr. Ramón Miranda de la calle 64 fue la última morada de Martí en la gran manzana.</span></div>
</div>
<div style="margin-bottom: 1.539em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px;">
<div style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; text-align: left;">
<span class="Apple-style-span" style="color: blue;">"En esas cartas se pueden rastrear evidencias de donde estaba Martí, de donde estaban sus colaboradores, de donde estaba él pidiendo que enviaran el dinero y las importantes comunicaciones que tenía que tener con Cuba", dijo Domínguez.</span></div>
</div>
<div style="margin-bottom: 1.539em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px;">
<div style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; text-align: left;">
<span class="Apple-style-span" style="color: blue;">El historiador presentó los resultados de sus estudios frente a los miembros del centro cultural cubano de NY, justamente desde el club de Jazz donde antes estaba la casa, dejando a muchos impresionados.</span></div>
</div>
<div style="margin-bottom: 1.539em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px;">
<div style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; text-align: left;">
<span class="Apple-style-span" style="color: blue;">"Me pareció fascinante primero la elocuencia del exponente y segundo es importante que se mantenga viva la comunidad cubana aquí en NY", dijo un hombre.</span></div>
</div>
<div style="margin-bottom: 1.539em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px;">
<div style="margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; text-align: left;">
<span class="Apple-style-span" style="color: blue;">Hay quienes difieren con esta tesis, asegurando que los libros de la historia cubana no concluyen que fue aquí donde Martí pasó sus últimos días en NY. El investigador, en cambio asegura que Luis Rodolfo Miranda, se equivocó al recordar en su libro "Reminiscencias cubanas de la guerra y la paz", redactado 40 años después de la muerte de Martí cual fue la última casa del prócer cubano antes de regresar a la Isla, el 30 de enero de 1895, para unirse a la lucha armada por la independencia Cubana de los españoles.</span><br />
<br /></div>
</div>
Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-33613048762955467412014-05-10T09:57:00.002-04:002014-05-15T09:15:28.486-04:00Invitación: una visita a la última casa de José Martí en Nueva York<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Amigos:</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Como sabrán los lectores de este blog, el 26 de enero pasado publiqué en Penúltimos Días un artículo titulado "<u><a href="http://www.penultimosdias.com/2014/01/27/la-ultima-casa-de-jose-marti/">La última casa de José Martí</a></u>". Luego reproduje <u><a href="http://tersitesexcathedra.blogspot.com/2014/02/la-ultima-casa-de-jose-marti.html">el artículo aquí</a></u> en este blog. Hace un par de semanas, mi amigo Vicente Echerri, profundo conocedor de la vida y la obra de Martí y de los rincones martianos de la ciudad de Nueva York, publicó otro artículo en Penúltimos Días, titulado "<u><a href="http://www.penultimosdias.com/2014/04/22/la-ultima-casa-de-jose-marti-en-nueva-york/">La última casa de José Martí en Nueva York</a></u>", en el que rebatía mi tesis. Responderé minuciosamente las interesantes objeciones, preguntas y sugerencias de Echerri en varios artículos que irán apareciendo cuando el tiempo lo permita. De momento, les tengo una invitación:</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El sábado próximo, 17 de mayo, en un evento auspiciado por el <b><u><a href="http://www.cubanculturalcenter.org/">Cuban Cultural Center of New York</a></u></b>, daré una charla sobre los últimos días de José Martí en Nueva York. La charla será a la 1:00 p.m. en el club Swing 46 (349 West 46th Street), que radica precisamente en la casa donde Martí pasó sus últimos días neoyorquinos. Hasta ahora, en los libros de historia se ha dicho que "la última casa de Martí" estaba en el 116 West 64th St., que ya no existe. En la charla explicaré el origen de ese error y otros detalles de los últimos meses de la vida de Martí. (La entrada es gratis, pero solo para miembros del <b><u><a href="http://www.cubanculturalcenter.org/">Centro Cultural Cubano</a></u></b>.) Aquí pueden ver todos <u><a href="http://www.cubanculturalcenter.org/events/2013/10/la-ultima-casa-de-jose-marti/">los detalles del evento</a></u>: </span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">"<u><a href="http://www.cubanculturalcenter.org/events/2013/10/la-ultima-casa-de-jose-marti/">La última casa de José Martí</a></u>"</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<br />
<div class="header-single" id="header" style="background-color: #f7f7f7; background-image: url(http://www.cubanculturalcenter.org/wp-content/themes/masipag/images/logo_bg-tl.gif); background-position: 100% 50%; background-repeat: no-repeat no-repeat; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; height: 120px; line-height: 21px; margin: 0px; padding: 15px; width: 640px;">
<div id="header-wrapper" style="margin: 0px;">
<div class="box-group box-group-0" style="height: 120px;">
<div class="box box-title" style="height: 120px; margin: 0px;">
<h1 style="background-image: url(http://www.cubanculturalcenter.org/wp-content/themes/masipag/images/logo.gif); background-position: 0% 0%; background-repeat: no-repeat no-repeat; font-family: MyriadPro, sans-serif; font-size: 19px; height: 120px; line-height: normal; margin: 0px; padding: 0px; text-transform: uppercase; vertical-align: bottom; width: 555px;">
<a href="http://www.cubanculturalcenter.org/" style="color: #333333; display: block; height: 120px; letter-spacing: 0.1em; margin: 0px; padding: 105px 0px 0px 121px; text-decoration: none; width: 555px;">CENTRO CULTURAL CUBANO DE NUEVA YORK</a></h1>
</div>
</div>
</div>
</div>
<div id="body" style="background-color: #ececec; font-family: Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 21px; padding: 0px 0px 20px;">
<div id="body-wrapper" style="margin: 0px; padding: 0px;">
<div id="content" style="background-color: #f7f7f7; background-image: url(http://www.cubanculturalcenter.org/wp-content/themes/masipag/images/logo_bg-bl.gif); background-position: 100% 0%; background-repeat: no-repeat no-repeat; float: left; height: auto !important; margin: 0px; min-height: 400px !important; padding: 0px; width: 670px;">
<div id="content-wrapper">
<div class="post-group" style="border-bottom-color: rgb(153, 153, 153); border-bottom-style: solid; border-bottom-width: 1px; margin: 20px 35px 0px;">
<div class="post-title">
<h2 style="color: #0066cc; font-family: MyriadPro, sans-serif; font-size: 22px; line-height: normal; margin: 0px;">
LA ÚLTIMA CASA DE JOSÉ MARTÍ</h2>
<h4 style="font-size: 16px; font-style: oblique; font-weight: normal; line-height: 1.5; margin: 0px;">
Saturday, May 17, 2014 @ 1 pm</h4>
</div>
<div class="post-entry">
<br />
<br />
<div class="MsoNormal">
<img alt="Marti cuadra de la 46" class="alignleft size-full wp-image-2385" src="http://www.cubanculturalcenter.org/wp-content/uploads/2014/04/Marti-cuadra-de-la-46.jpg" height="588" style="float: left; margin: 0px 7px 7px 0px;" width="394" /></div>
<div class="MsoNormal">
A visit to the last house where<strong>José Martí</strong> lived in Manhattan—the home of <strong>Dr. Ramón Miranda</strong> and family—where he spent one last snow-bound night before leaving hurriedly the following day, the morning of January 30, 1895, for his fateful voyage to join the armed struggle for Cuba’s independence. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Although Martí’s last residence in Manhattan has long been assumed to have been Dr. Miranda’s subsequent address at 116 W. 64<sup>th</sup> Street (no longer standing), recent documents unearthed by the brilliant and indefatigable research scholar <strong>Jorge Ignacio Domínguez López</strong>now provide irrefutable evidence that the move had not yet taken place, and that Martí’s last months in exile were spent on a block which, as seen in this photograph taken by Mr. Domínguez, still preserves many of the 19<sup>th</sup> century facades.</div>
<div style="text-align: justify;">
In this unique encounter with history, Mr. Domínguez will transport visitors to Martí’s days leading up to his departure, <span style="color: #222222;">shrewdly eluding the Pinkerton detectives on his trail, his heartrending goodbyes to family and friends, his letter to his dear friend <strong>Gonzalo de Quesada</strong></span><span style="color: #222222;">with instructions on the disposition of his writings, how his death was reported in the American press, and the reaction and initiatives of the Cuban community in New York in the months and years following his demise at Dos Ríos on May 19, 1895.</span></div>
<i>In Spanish.</i><br />
<div style="text-align: right;">
<strong><img alt="Jorge" class="alignright size-thumbnail wp-image-2431" src="http://www.cubanculturalcenter.org/wp-content/uploads/2013/10/Jorge-114x150.png" height="150" style="float: right; margin: 0px 0px 7px 7px;" width="114" />Jorge Ignacio Domínguez López</strong><br />
(Havana, 1964) studied cybernetics, mathematics and literature at the University of Havana, and holds a degree in History from St. John’s University. He presently works as a copywriter and a translator of children’s books. Many of his articles on his scholarly research are posted on his personal blog, <strong>Tersites</strong> (tersitesexcathedra.blogspot.com) and other pertinent digital publications.</div>
<strong>Swing Club<br /><span class="Apple-style-span" style="font-weight: normal;">349 West 46<sup>th</sup> Street, NYC</span></strong><br />
<div class="MsoNormal">
<span style="color: #222222;">Free Admission.<br /><strong>Open <span style="color: red;">ONLY</span> to CCCNY members.</strong></span></div>
Space is limited.<br />
<span style="color: #222222; font-family: 'Times New Roman'; font-size: 12pt;">RSVP early at <a href="mailto:cccofny@aol.com" style="color: #1170f1; text-decoration: none;">cccofny@aol.com</a></span></div>
</div>
</div>
</div>
</div>
</div>
Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-34596259943457321662014-03-23T20:39:00.002-04:002014-03-23T20:39:44.244-04:00Un viejo artículo sobre la muerte de Eliseo Diego<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDddD6M3dxkyb6StsxmSBkdbYWo_ogO_QJb3GMPtQ7Pfk9lXwY5DT81rg3rwHVRsoe3ycZu_WjuA_aBxMCrQrJjoCDJUQxQnyiK4VUHidPBX7OTb2eLm6VrIKUyWFJ2sDHa2a61dCVeg29/s1600/eliseo-diego.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDddD6M3dxkyb6StsxmSBkdbYWo_ogO_QJb3GMPtQ7Pfk9lXwY5DT81rg3rwHVRsoe3ycZu_WjuA_aBxMCrQrJjoCDJUQxQnyiK4VUHidPBX7OTb2eLm6VrIKUyWFJ2sDHa2a61dCVeg29/s1600/eliseo-diego.jpg" height="400" width="282" /></a></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Fue hace veinte años y era mi primer invierno en New York. Era mi primer invierno de verdad en cualquier lugar. Un invierno tan brutal como no había vuelto a ver esta ciudad hasta este año.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">El 3 de marzo de 1994 abrí el <i>New York Times</i> y vi el nombre de Eliseo Diego en la sección de obituarios: "Eliseo Diego; Cuban Poet, 73</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">". Ese mismo día escribí el artículo que aparece más abajo. Lo reproduzco conservando esas frases que el lector hallará inadecuadas. A mí también me lo parecen.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Envié las tres cuartillas mecanografiadas a la "Columna del lector", una sección que por entonces tenía <i>El Nuevo Herald</i>. Unas semanas después supe que mis padres, mientras escuchaban Radio Martí una noche de la dura primavera cubana de 1994, habían oído la lectura de mi artículo en la sección "Lo mejor de la prensa". </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Lo reproduzco ahora más convencido que entonces de que Eliseo Diego, quien declaró su apoyo al gobierno instaurado en La Habana en 1959, es quizás el poeta más consustancial con la República. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Es una ironía que se repite en nuestras letras: Carpentier, funcionario fiel de Fidel Castro, escribió dos de las novelas más contrarrevolucionarias de nuestra literatura; Cabrera Infante, comunista de cuna, escribió el mejor retrato de La Habana capitalista; Lezama, mirando hacia Europa, definió el criollismo culterano; Hernández Catá, siendo español y habiendo vivido apenas en la Isla, quiso ser en su obra más cubano que las palmas; Guillén, que era minucioso conocedor del Siglo de Oro español y a ratos émulo de Lorca, escribió —y predicó— la mejor poesía negra del siglo XX cubano. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">A Eliseo Diego no le ha ido bien después de la muerte. Su religiosidad y sus preferencias políticas se consideran de mal gusto en este milenio nuevo. Pero en sus versos vive la República más que el mohoso mármol de los zapatos huérfanos de Estrada Palma o en el remozado Capitolio. Ojalá algún día queramos verlo. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Aquí les dejo el artículo de marras:</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<br />
<h3>
<span style="color: #0b5394; font-family: Verdana, sans-serif; font-size: large;"><u style="background-color: white;">Eliseo Diego: poesía y penumbra</u></span></h3>
<span style="background-color: white; color: #0b5394; font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #0b5394; font-family: Verdana, sans-serif;">Se nos ha muerto Eliseo Diego y tal parece que la poesía también se nos va muriendo con su sombra. Definitivamente se adentra en la penumbra, la materia fundamental de su poética. Y como si no tuviéramos ya suficientes carencias, desde ahora también nos falta Eliseo.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #0b5394; font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
Para algunos, que aún creemos en la utilidad de la poesía, la obra de Eliseo fue un modo privilegiado de ir poco a poco redescubriendo el valor esencial de los infinitos tonos del verde que la Isla depara, fue saborear el inefable laberinto de la Calzada de Jesús del Monte, la magia de los portales, las casas, las familias, las costumbres y una interminable “conversación en la penumbra del horno viejo, cuando ya todos se han ido”, que se iban resumiendo en el poema.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #0b5394; font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
Urdió la astucia de legarnos el tiempo, cuando ya antes había testificado su derrota ante la arrasadora luz de nuestros campos. Era, como todos los poetas de su ámbito, un mago pueril que no se resiste a revelarnos las trampas del oficio. A ese hábito suyo debemos la noción de que “la poesía es acto de atender en toda su pureza”; y por ello, el hecho de que muchos, a partir de entonces, comenzaran a leer y escribir versos con la esperanza de que aguzar la atención hasta el cansancio produciría la dicha de algún descubrimiento.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #0b5394; font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
Sería un ejercicio arduo, y por demás inútil, intentar mirar a Cuba con los mismos ojos después de haberla contemplado a través del prisma de la poética de Eliseo. De él pudiera decirse en propiedad que ha levantado la Isla en peso, no como un alarde de fuerza, sino con un susurro de su verso que nos invitó a mirar el otro lado de las cosas, quizás más sorprendido él mismo por nuestra ignorancia que por su descubrimiento.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #0b5394; font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
Y para el poeta, Cuba no significa sino un acento especial de la existencia, un modo particular de vivir en un mundo en que la mayoría de las cosas nos son comunes. De ahí su potencialidad de comunicación más allá de la frontera del agua; de ahí también la imposibilidad de confundir su cubanía raigal con el mero provincianismo.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #0b5394; font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
María Zambrano concedía a la generación de Orígenes un carácter fundacional en la cultura cubana; Lezama, entretanto, apuntaba hacia una teleología insular. Esa tensión entre el origen y el destino no nacía de una fanfarronada ni al despistado orgullo del aldeano. Más bien apunta a que la poesía resume en sí el oficio que le atribuye Homero de ser el fin de la experiencia humana, y a la vez la idea lezamiana de la imagen como origen de la historia. La poesía de Eliseo es ejemplo de esa dualidad de funciones. Mucho hay en el paisaje cubano, en su gente y en su historia que no cobra toda su significación hasta pasar por el crisol de su verso; y a la vez esa obra va proyectando su fuerza de tal modo que ha hecho, y continuará haciendo, que se enriquezca y modifique la manera en que pensamos los versos y la patria.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #0b5394; font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
Los cubanos deberíamos saber que con la muerte de Eliseo Diego, como él mismo escribió, se acaba una forma de ver, de sentir y de comunicar las cosas. Y la suya, por demás, fue una de las más hermosas que nunca hemos tenido.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #0b5394; font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
Tinta sobrará en estos días para loar sus habilidades de escriba, para historiar su amistad con Lezama y deplorar sus desdichadas preferencias políticas. Me basta, entre tanto, testimoniar la tarde ya lejana en que un amigo me leyó en voz alta un largo y hermoso poema de Eliseo Diego (entonces para mí un desconocido) y cambió para siempre el modo en que experimentaba la emoción de la poesía y los colores de mi patria.</span><br />
<br />
<div>
<br /></div>
Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-13009948742992135712014-02-01T12:26:00.000-05:002014-04-24T14:52:57.409-04:00La última casa de José Martí<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFLLJwTAt4evK3c75MLOLVBP1wZ7wRf0OAsl3cOxs4uyx_h9rNIi5Zu3-LmjxFgoPBacSp2YsPkSm7vtxivd2T7kdVCmi-u2CJCU4qYitQGkGy4Fu9koXwUIsmbScg_WTqO_OiFRwOWEqt/s1600/JoseMarti_con_gorra_01.png" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFLLJwTAt4evK3c75MLOLVBP1wZ7wRf0OAsl3cOxs4uyx_h9rNIi5Zu3-LmjxFgoPBacSp2YsPkSm7vtxivd2T7kdVCmi-u2CJCU4qYitQGkGy4Fu9koXwUIsmbScg_WTqO_OiFRwOWEqt/s1600/JoseMarti_con_gorra_01.png" height="400" width="308" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Curiosa imagen de Martí <u><a href="http://chroniclingamerica.loc.gov/lccn/sn90059522/1895-03-18/ed-1/seq-5/#date1=1895&sort=relevance&rows=20&words=Jose+Marti&searchType=basic&sequence=0&index=9&state=&date2=1895&proxtext=Jose+Marti&y=-221&x=-905&dateFilterType=yearRange&page=4">aparecida</a></u> en la edición del 18 de <br />
marzo de 1895 del diario <i>St. Paul Daily Globe </i>de St. Paul, <br />
Minnesota. Esta es una de las primeras imágenes de Martí <br />
aparecidas en la prensa. La gorra militar, evidentemente <br />
superpuesta por el artista, podría ser un intento de presentar <br />
a Martí como líder militar.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b>[<span style="color: blue;">Este artículo apareció originalmente el 26 de enero de 2014 en <i><u><a href="http://www.penultimosdias.com/2014/01/27/la-ultima-casa-de-jose-marti/">Penúltimos Días</a></u></i>.</span>]</b></span><br />
<br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">¿Dónde vivió José Martí los últimos días
de su exilio en New York? En su minucioso atlas biográfico titulado <i><u><a href="http://www.amazon.com/AMBITO-DE-MARTI-ZENDEGUI-GUILLERMO/dp/8449925614/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1391050633&sr=8-1&keywords=%C3%81mbito+de+Mart%C3%AD">Ámbito de Martí</a></u>, </i>de 1954, Guillermo de Zéndegui adelanta la respuesta:</span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="color: black;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">La casa del doctor Ramón L. Miranda, en la
calle 64, sirvió de último refugio a Martí antes de abandonar para siempre
Nueva York. [...] A la hospitalidad cariñosa del dueño de aquella casa, tronco
de patriotas; y a los cuidados y aliento juveniles de Quesada, debió el poder
recuperar en poco tiempo las fuerzas y el aliento necesarios para iniciar la
ruta definitiva, la más ardua, la que lo conduciría a un tiempo mismo al éxito
y a la inmortalidad. Fué en la mañana del 31 de Enero de 1895; la fuerte nevada
de la noche anterior había bloqueado materialmente la empinada escalera de la
casa.(1)</span></span></blockquote>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: black;">Es lógico creer la versión de De Zéndegui. Cuando escribió su libro aún vivían
muchas personas que habían conocido a Martí en New York. A partir de ahí el
dato se vuelve moneda común en la historiografía cubana: Martí había pasado sus
últimas jornadas neoyorquinas en la Calle 64 Oeste. La mención casi siempre va
acompañada de una indicación melancólica: que la casa ya no existe. </span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: black;"><br />
En el año 2006, al anunciar la emisión de una serie de sellos sobre lugares y personajes relacionados con José
Martí, <i>La Gaceta Oficial</i> de Cuba, al describir los sellos con
gramática díscola, confirma el dato: "Sellos de 5 centavos de valor,
impresos en multicolor, ostentando en su diseño las efigies de José Martí y
Gonzalo de Quesada en 1893 y la vista de la casa 116 West 64th. Street, New
York."(2)</span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: black;"><br />
Mañach, con más pasión y menos detalles, afirma que Martí pasó sus últimos días
en la casa de Gonzalo de Quesada(3). No se equivocaba: el Dr. Ramón L. Miranda
y su yerno Gonzalo de Quesada vivían en esa época en la misma casa (4). Con
este dato en mente, leyendo un día el epistolario martiano me llamó
la atención una breve carta de Martí a Gonzalo de Quesada, escrita desde La
Vega, República Dominicana, el 18 de febrero de 1895, donde el remitente indica
la dirección del destinatario bajo su nombre: 349 W. 46th St., New York.
(5) </span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: black;"><br />
¿Por qué dirigía Martí la carta a la calle 46 Oeste y no a la 64 Oeste donde se
suponía que vivía Quesada, y donde Martí habría vivido sus últimas semanas en
New York? ¿Estaría esa casa, tan cercana a Times Square, aún en pie? Tratando
de responder esas preguntas hallé un par de detalles que podrían ser de
interés.</span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: black;"><br />
<b>La casa de la calle 46</b></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: black;"><b><br /></b></span></span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1ckHRrgNtcd8HQVpduTvsrfEgOD8jujWNV8e3A5kb8bumbEPkRIUlhbjE88P3_ZXgHoHcsXZwh_Xs32eL0uCd7l41VFpXX49Ex_nmDWipPCPo6Zaw6k7S3dwTinzRnpNDCdfdSeDPYWkX/s1600/Swing_46.JPG" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj1ckHRrgNtcd8HQVpduTvsrfEgOD8jujWNV8e3A5kb8bumbEPkRIUlhbjE88P3_ZXgHoHcsXZwh_Xs32eL0uCd7l41VFpXX49Ex_nmDWipPCPo6Zaw6k7S3dwTinzRnpNDCdfdSeDPYWkX/s1600/Swing_46.JPG" height="320" width="214" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Aspecto actual de la cada del<br />
349 West 46 Street. Foto del autor. <br />
(Pulsar para ampliar) </td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En primer lugar, en numerosos documentos
de la época se indica la casa de la calle 46 como la residencia del Dr. Miranda
y de Gonzalo de Quesada. El primer documento que he podido hallar donde se
menciona la casa de 116 West 64th. Street como residencia del Dr. Miranda
es la guía de la Asociación Médica del Condado de New York, titulada </span><i style="font-family: Verdana, sans-serif;">Register
of Members: Manual of Information</i><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">, que dice tener la información
actualizada hasta el 30 de junio de 1895, por lo que debe haber sido publicada
poco después de esa fecha.(6) </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: black;"><br />
La casa de la calle 46, por otra parte, aparece en numerosos documentos de
fines del siglo XIX y por varias razones. Allí radicó, por ejemplo,
la Sociedad de Beneficencia Hispano-Americana, fundada por el Dr. Miranda,
mencionada en varios libros y guías de la época.</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Hace un tiempo, y cámara en mano, me fui a
la calle 46, entre la 8a y la 9a avenidas, una cuadra que hoy llaman </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><a href="http://en.wikipedia.org/wiki/Restaurant_Row_(Manhattan)"><span lang="EN-US" style="color: blue;">Restaurant Row</span></a></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> por la razón
obvia de que allí pululan esos negocios. Busqué la casa #349 y para mi sorpresa
me encontré frente a un club de jazz, el </span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><a href="http://swing46.com/"><span lang="EN-US" style="color: blue;">Swing 46</span></a></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">.
La calle, a menos de dos cuadras de Times Square, increíblemente conserva
el mismo aspecto que tenía en el siglo XIX. El #349 es un típico <i>brownstone</i> que,
por desgracia, parece haber sido "modernizado" con el método
expedito de robarle su gracia decimonónica: en algún momento lo desnudaron de los
elementos ornamentales que aún exhiben las casas aledañas.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjc3smOOcGeWUOn-jRdq_vDecRNhyphenhyphenRNUOZZvMMjQy8wJs63u9eIZMsY5ffOX2RC3Gvk9nw3tFHjDufJwb7GNRZcTYprzceQtvtVuXcxYQ1iWX-egUvIJBFWwWdGI6zW5yLA4_Uh9svU8Y_B/s1600/Cornisas_349_W_46Street.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjc3smOOcGeWUOn-jRdq_vDecRNhyphenhyphenRNUOZZvMMjQy8wJs63u9eIZMsY5ffOX2RC3Gvk9nw3tFHjDufJwb7GNRZcTYprzceQtvtVuXcxYQ1iWX-egUvIJBFWwWdGI6zW5yLA4_Uh9svU8Y_B/s1600/Cornisas_349_W_46Street.JPG" height="214" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Comparación de la casa #349 con la adyacente, <br />
que mantiene su estado original. Foto del autor.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Buscando en los sitios web de bienes raíces de New York, descubrí que los archivos
indicaban que la casa había sido construida en 1920. De ser cierto ese dato nada quedaría de la casa de los Miranda-Govín que yo buscaba. Y sin embargo, aún
para un ignorante de la arquitectura como este amanuense, era evidente que la
casa debía ser anterior a esa fecha.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />El primer artículo que suelo leer cada
sábado en la edición de fin de semana del <i>New York Times</i> es
"Streetscapes", una deliciosa columna que desde 1987 escribe <span lang="ES-TRAD"><a href="http://topics.nytimes.com/top/reference/timestopics/people/g/christopher_gray/"><span lang="EN-US" style="color: blue;">Christopher Gray</span></a></span> sobre la
historia arquitectónica de New York. Para aclarar el año de construcción de la
casa de mis desvelos pensé enseguida que mi hombre en New York era Christopher Gray.
Decidí escribirle... con pocas esperanzas de que me respondiera. Le envié un
correo electrónico con las fotos que había tomado y mis preguntas sobre el año
de construcción de la casa. Tres horas después recibí su respuesta. "Most
absolutely definitely a house of the 1860s/70s/very early 1880s." (Sin
duda alguna, definitivamente, es una casa de la década de 1860, 1870 o de
inicios de la década de 1880".) (7)</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Más tarde hallé en un número del <i>New
York Times</i> del año 1920 una noticia que explicaba la aparente
contradicción: en ese año varias de las casonas estilo <i>townhouse</i> de
esa cuadra habían sido subdivididas en pequeños apartamentos, como tantos
otros <i>townhouses</i> de New York durante el siglo XX.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: black;">
De modo que sí, Swing 46 era la misma casa donde habían vivido el Dr. Miranda y
Gonzalo de Quesada hasta 1895; pero, ¿sería allí donde Martí vivió sus últimos
días neoyorquinos? ¿Y por qué entonces pensaba todo el mundo que había sido en
la de la calle 64? Y si no era esa la casa, ¿por qué Martí le escribía a
Gonzalo de Quesada a esa dirección?</span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: black;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />
<b>La nota necrológica de Luciana Govín de Miranda</b></span></span></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhC1Dm7Od4lP9vNfWvZTzOVZZTBZOEVeWD11-SrfPWQzaTReKlpndkFWRqR_F7x4iNV_6qmE_Q7Ek7KKISifk0GrGuCUSJ7eIZCrgEzmLyhEPQ0sz0nqfgSl-xifgCoy5CSuTR7FYxDQp1V/s1600/Screen+shot+2014-01-25+at+5.53.04+PM.png" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhC1Dm7Od4lP9vNfWvZTzOVZZTBZOEVeWD11-SrfPWQzaTReKlpndkFWRqR_F7x4iNV_6qmE_Q7Ek7KKISifk0GrGuCUSJ7eIZCrgEzmLyhEPQ0sz0nqfgSl-xifgCoy5CSuTR7FYxDQp1V/s1600/Screen+shot+2014-01-25+at+5.53.04+PM.png" height="141" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Párrafo de la nota necrológica de Luciana Govín de <br />
Miranda en la edición del 11 de octubre de 1897 <br />
del <i>New York Times</i>.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: black;">Unas semanas después de los mensajes de
Christopher Gray hallé la respuesta definitiva. El lunes 11 de octubre de 1897,
el <i>New York Times </i>publicaba la noticia de la muerte de Luciana
Govín, esposa del Dr. Miranda, suegra de Gonzalo de Quesada e hija de Félix
Govín, fallecida el viernes anterior. En uno de sus párrafos finales, dice la
nota: </span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: black;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></span></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Cuando José Martí estaba en este país en 1895 e intentó sin éxito enviar una expedición filibustera a Cuba desde la Florida, se refugió por dos semanas en la casa de la Sra. Miranda, que estaba entonces en el número 349 de la Calle 46 Oeste. Martí le confió a ella muchos de sus planes para llevar a cabo la guerra, y dejó en su poder numerosos documentos. Poco después, cuando Martí abandonó Nueva York para unirse al general Gómez en Santo Domingo, la Sra. Miranda colaboró con grandes sumas de dinero como ayuda a la causa cubana.(8)</span></blockquote>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">El artículo del <i>New York Times</i> no deja lugar a dudas: contrariamente a lo que vemos repetidamente en los libros, la última casa de José Martí fue la del #349 de la calle 46 Oeste, que aún existe, y donde hoy se encuentra el club Swing 46. Los Miranda-Govín y los Quesada-Miranda no vivieron en la calle 64 hasta después de la partida de Martí. Martí sin dudas visitó esa área, pues la familia Baralt vivía en el #135 de la calle 64 Oeste, pero casi seguramente nunca estuvo en la casa donde se ha afirmado que pasó sus últimos días en New York.</span></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpUSoGjHaqbUUPv_ud7l2jd27-CiW1dc2TnJqlRCFTVzIJzktAu9nmUwEl8Gkj6RJyWVWoniE9VR6L6ZcQP3_keJ0xiJtaFH3zvllt-r94nk9hb47B5jJnLeIeA343onpv7mvFvnW2Migt/s1600/Parrafo_Venta+de+la+casa.png" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpUSoGjHaqbUUPv_ud7l2jd27-CiW1dc2TnJqlRCFTVzIJzktAu9nmUwEl8Gkj6RJyWVWoniE9VR6L6ZcQP3_keJ0xiJtaFH3zvllt-r94nk9hb47B5jJnLeIeA343onpv7mvFvnW2Migt/s1600/Parrafo_Venta+de+la+casa.png" height="171" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Notificación de la venta de la casa del 349 W. 46th St.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: black;">En la sección de bienes raíces del <i>New
York Times</i> del 25 de abril de 1895 se halla la última pieza del
rompecabezas: se notifica allí la venta de la casa del #349 de la calle 46
Oeste. La cronología queda entonces clara. El 30 de enero Martí partió hacia
Cuba desde la casa de la calle 46. En abril los Miranda-Govín vendieron esa
casa. Y en junio estaba ya viviendo en la de la calle 64. Menos de tres meses
después de que Martí saliera de ella por última vez, aquel <i>townhouse</i> de
la 46 ya no pertenecía a los Miranda-Govín, y el rastro de Martí comenzaría a
borrarse de sus paredes de ladrillo.</span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: black;"><br />
La importancia de esa casa para la historia cubana es notable. Luciana Govín,
el Dr. Miranda y Gonzalo de Quesada hicieron de ella uno de los lugares de
referencia para los emigrados cubanos de New York. Esa fue la casa que visitó
Martí frecuentemente. De allí salió, acompañado por Miranda y por Quesada, a
celebrar su último cumpleaños en Delmonico's el 28 de enero de 1895. Allí
escribió dos días después la orden de alzamiento que enviaría a Juan Gualberto
Gómez en un habano y que daría inicio a la Guerra del 95. Fue de esa casa de
donde partió definitivamente a Cuba en la fría mañana del 30 de enero de 1895,
bajando por los escalones tan cubiertos de nieve entonces como los encontrarán
hoy los amantes del jazz que vayan a disolver la noche en música y tragos al
club Swing 46. </span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="color: black;"><br /></span></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVmvfaFasEBmOlk86r5zwcKCznIOHUUKmkkuQKcPK8-t7aNWMGB-A9q_9OvxnxrIgaTzBIpZ_b2mFdO0qEBIwUeOfV-HBTnRWSRBjgAww_QJNkWPCOZaCiOfOxw3-66vrOwwZaW0k9l_WE/s1600/DSC_0797.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVmvfaFasEBmOlk86r5zwcKCznIOHUUKmkkuQKcPK8-t7aNWMGB-A9q_9OvxnxrIgaTzBIpZ_b2mFdO0qEBIwUeOfV-HBTnRWSRBjgAww_QJNkWPCOZaCiOfOxw3-66vrOwwZaW0k9l_WE/s1600/DSC_0797.jpg" height="640" width="428" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Casas de la misma cuadra, que conservan el mismo aspecto que tendrían<br />
en 1895. Posiblemente esta fue una de las últimas escenas de New York<br />
que vio José Martí esa mañana del 30 de enero de 1895 al partir<br />
definitivamente para Cuba. Foto del autor.</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: black;"><br /><br />
<b><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;">Notas</span></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><b>(1) </b>Zéndegui, Guillermo
de. <b><i>Ámbito de Martí</i></b>, página 136. La Habana, Cuba: P.
Fernández y Companía, 1954.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /><b>(2) </b> <b><i>Gaceta Oficial No. 048 Ordinaria de 14 de julio de 2006</i></b>,
página 884. La Habana, Ministerio de Justicia, 2006</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /><b>(3)</b> Mañach, Jorge. <b><i>Martí, el apóstol</i></b>, páginas 226
y 227. Madrid, España: Espasa-Calpe, 1933</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /><b>(4)</b> Hay numerosos documentos de la época que confirman este detalle. Un ejemplo
es <b><i>The New York Charities Directory</i></b> de 1895. En la
página 125 de esa guía aparece la Sociedad de Beneficencia Hispano-Americana de
Nueva York, que residía en casa del Dr. Miranda. En la lista de directivos
aparecen en Dr. Miranda como presidente y Gonzalo de Quesada como
secretario, y se indica la misma dirección para ambos. Quizás donde yerran
ambos —Zéndegui y Mañach—, es en adjudicar la propiedad a los señores de la
casa. En el sentido más estricto, la casa probablemente sería propiedad de Luciana Govín, esposa del Dr. Miranda e hija del acaudalado Félix Govín. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /><b>(5)</b> Martí, José. <b><i>Obras completas.</i></b> Tomo 4, página 62. La
Habana, Cuba. Editorial de Ciencias Sociales, 1975. Martí escribió varias
cartas a Gonzalo de Quesada desde su salida de New York el 30 de enero de 1895
hasta su muerte el 19 de mayo —casi todas más largas y significativas que la
que nos ocupa—, pero esta breve nota es la única donde aparece la dirección de
Quesada bajo su nombre, quizás por el carácter oficial de la misma:</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><span style="color: black;"><br /> La Vega, 18 de Febrero de 1895</span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><span style="color: black;">Sr. Gonzalo de Quesada</span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><span style="color: black;">Secretario de la Delegación</span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><span style="color: black;">349 W. 46th. St., New York</span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><span style="color: black;">Mi amigo muy querido:</span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><span style="color: black;">Con comisión especial, y sólo fiable a
hombres de su mérito, va a esa ciudad, a concertar detalles con Tesorería,
nuestro noble amigo el Sr. Eleuterio Hatton. El merece nuestra mayor
estimación, y yo ruego a Vd. que en todo se la muestre, en lo oficial y en lo
privado. Pocos hombres hay de su generosidad y reserva.</span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><span style="color: black;">Saluda a V. muy afectuosamente</span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><span style="color: black;"> El Delegado</span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><span style="color: black;"> José Martí</span><span style="color: black;"><o:p></o:p></span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="color: black;"><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /><b>(6)</b> New York County Medical Association. <b><i>Register of Members:
Manual of Information</i></b>, página 62. New York. 1895</span></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /><b>(7)</b> En varios mensajes posteriores,
Gray me dio otros detalles, pistas, lugares donde buscar más datos y su
ofrecimiento de que cada vez que necesitara su ayuda, "le diera un
grito". Vaya aquí mi agradecimiento.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><br /><b>(8) </b> <b><i>The New York Times</i></b>, edición
del 11 de octubre de 1897. New York, EE.UU., 1897. "Filibusteros" era
el término generalmente empleado para los cubanos que iban en expediciones
desde Estados Unidos para sumarse a la lucha por la independencia.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-32946259325847881922014-01-26T23:13:00.000-05:002014-01-26T23:13:18.630-05:00El hijo de Céspedes y la hija de Martí<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf7BL6B4v-ZUyRX0AWj_70LmeKOgWEL98NJZ0tACnlGCjaeuwOzAwElWwZvD1LSjDM5fSEJdEaKpxLbK4RhaJQIPTty47wexHcu6EcMGvuExqqqnyu770aNP4TnFa8gwlX5M9jVXZNngkW/s1600/maria-mantilla-tr.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf7BL6B4v-ZUyRX0AWj_70LmeKOgWEL98NJZ0tACnlGCjaeuwOzAwElWwZvD1LSjDM5fSEJdEaKpxLbK4RhaJQIPTty47wexHcu6EcMGvuExqqqnyu770aNP4TnFa8gwlX5M9jVXZNngkW/s1600/maria-mantilla-tr.jpg" height="320" width="309" /></a></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Siempre tuve la sospecha de que María Mantilla no había existido. Los niños se buscan amigos imaginarios. Los exiliados se inventan amigos que sustituyen a los amigos dejados atrás. Los solitarios sueñan con la familia que no tienen. Quizás Martí —pensaba—, que era exiliado y solitario, y que tenía ojos de niño, habría imaginado esa hija que añoraba tener.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Y es que más allá de sus cartas a María, y de los versos de la bárbara abeja que picó a su niña en la frente, y de la mención de la foto en el pecho contra las balas —que al final no sirvió de talismán ni de escudo—, es difícil hallar cualquier rastro de su existencia. César Romero juraba ser su hijo, pero, pensaba yo, muy bien podría tratarse de un ardid publicitario de su agente en Hollywood. ¿Y la anciana que visitó Cuba en 1953 para celebrar el centenario de Martí y apareció en aquella Bohemia que guardaba mi abuela como un tesoro? Bueno, quizás Batista había contratado a la misma actriz que hacía el papel de madre de César Romero para que visitara a los isleños olvidadizos y les hiciera los cuentos que querían oír.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Eso temía hasta la semana pasada, cuando me pasé una tarde leyendo el periódico. Como es sabido, no hay nada más viejo que un periódico de ayer, pero un periódico de hace un siglo puede estar lleno de noticias frescas. Leyendo la edición del New York Times del 29 de abril de 1895, por ejemplo, se entera uno de que la noche anterior, en el Hardman Hall, los cubanos de New York se habían reunido a homenajear a Carlos Manuel de Céspedes, el hijo del Padre de la Patria, que acababa de llegar de Francia y anunciaba su próxima partida a los campos de Cuba.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Céspedes había recibido en el puerto de New York una semana antes por una muchedumbre de quinientos cubanos. Venía, contaba el <i>Times </i>el 22 de abril, a recaudar dinero para la causa, a desmentir el rumor español de que la guerra era "una rebelión de negros y bandidos", y a sumarse a las tropas mambisas. Pero la noche del 28 fue el recibimiento oficial de los cubanos exiliados a aquel hombre destinado casi cuarenta años más tarde a ser presidente de Cuba por tres semanas para ser depuesto por Batista. Traduzco algunos fragmentos del artículo del <i>Times</i>:</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<b><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><span style="font-size: large;">Vítores para el joven Céspedes</span></span></b> </blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<b><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Declara estar dispuesto a dar la vida por su patria</span> </b></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, el hijo del revolucionario cubano y presidente de la república, fue recibido anoche en el Hardman Hall por los miembros de la colonia cubana que apoyan la insurrección contra España.</span></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Fueron tantos los asistentes a la recepción que más de cien se quedaron sin asiento. Prácticamente todos, incluso muchas mujeres hermosas y jovencitas entusiastas, estaban adornadas con la bandera cubana, que tiene una estrella blanca en un triángulo escarlata sobre un campo de franjas blancas y azules. La cuarta parte de los asistentes eran personas de color, algunas de las cuales, pese al manifiesto revolucionario que declara la igualdad, siguieron la práctica discriminatoria y fueron a la galería del teatro, aunque algunos menos delicados fueron bien recibidos por los patriotas blancos de ambos sexos. </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">[...]</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Antes de que el Sr. Céspedes pronunciara su primera docena de palabras, se hizo evidente no solo que tiene una voz excelente, sino que posee una habilidad oratoria extraordinaria. [...] "En el combate", añadió, "intentaré ser el digno hijo de San Lorenzo".</span></blockquote>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: left;">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbBnbGAzOhwzMnOIr5e8aRcfg-1zpTh1z5I-dk5D4dw-t-R6Fe13PD1J_2H5HyF0auVNNSAsLf2K4ShQFzicy6TGhLVOnpWtze8dZYoToNTPlNfpKEdwyk4j9OwZTOy5u4HscfeJ5BaQn1/s1600/MariaMantilla01.png" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbBnbGAzOhwzMnOIr5e8aRcfg-1zpTh1z5I-dk5D4dw-t-R6Fe13PD1J_2H5HyF0auVNNSAsLf2K4ShQFzicy6TGhLVOnpWtze8dZYoToNTPlNfpKEdwyk4j9OwZTOy5u4HscfeJ5BaQn1/s1600/MariaMantilla01.png" height="320" width="226" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Final del artículo del <i>New York Times</i> <br />del 29 de abril de 1895</td></tr>
</tbody></table>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Lo primero que llama la atención en el artículo son los desvelos sureños del cronista del <i>Times</i>. ¿Sabría que Céspedes, el padre, había dado la libertad a sus esclavos cuatro años después de que Lincoln terminara la infamia del Sur? </span><br />
</div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">El artículo menciona los principales asistentes: Juan Fraga, Enrique Trujillo, Emilio Agramonte, Estrada Palma (al que el <i>Times</i> llama "Palma Estrada"); menciona el discurso de Fraga y resume y cita el de Gonzalo de Quesada. El último párrafo es muy breve. Dice simplemente: "Después de que el Sr. Quesada leyera la proclama revolucionaria de Máximo Gómez y José Martí, la Srta. María Mantilla tocó el himno 'La Bayamesa' y concluyó la reunión."</span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Pensé enseguida que Martí hubiese sido feliz leyendo esa oración del <i>New York Times</i>, pero Martí tenía pactada su cita con el destino tres semanas exactas después de aquella noche, y el correo entre New York y Dos Ríos era entonces tan lento como ahora. Habría leído feliz su nombre y el de María Mantilla en la misma oración. Habría sabido que seguía tocando el piano, y que seguía yendo al Hardman Hall a apoyar la causa con sus manos breves.</span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Me pregunté también con qué ojos habrá mirado Carlos Manuel de Céspedes, el hijo, a aquella muchacha que era de algún modo la hija de quien ahora ocupaba el lugar del Padre de la Patria. </span></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />María Mantilla aparece mencionada otras dos o tres veces en las crónicas del <i>Times</i> de la época sobre los actos en apoyo de la independencia de Cuba. La última mención significativa es del 21 de mayo de 1903. En el primer aniversario de la proclamación de la República, el pueblito de Central Valley, donde Estrada Palma vivió y tuvo se escuela, declaró el 20 de mayo como el "Día de Palma". Pusieron banderas americanas y cubanas en todos los postes y en la noche unos 500 cubanos se reunieron en el Century Lyceum a celebrar la independencia. Cuenta el <i>Times</i> que, además de los discursos, esa noche recitó un poema Francisco Sellén, y que la Srta. María Mantilla cantó una canción. Por alguna razón, la historia cubana prefiere recordarla solamente como la niña que recibía las picadas de las abejas y las cartas de Martí. (O hacerla el centro de la manida pregunta sobre de dónde procedían la mitad de sus genes.) Habría que decir alguna vez que la conmovió también la causa que desvelaba al autor de aquellas cartas, el dueño de aquellos genes.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span></div>
Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-28178706314602080192013-12-31T13:04:00.001-05:002014-01-01T13:02:57.598-05:00Las noches de Joseph Hergesheimer en La Habana<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><b><i>"...there was never another city that took </i><br /><i>advantage of the night like Havana."</i><br />Joseph Hergesheimer, 1920</b></span><br />
<br />
<div style="text-align: right;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><b><br /></b></span></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; text-align: center;"><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1gr0Vy3ODOTAJott_8H7t5grXDeQaGTtKtkkLUr9psXBJsa77dplEFL49ywLukweSY4etqP9rgEk8hr2UXBWc49xK1w6OYVPh_4SQCuIDDf7A25Z-D5BenRf5xqx41cvJGDYth_yM4frV/s1600/hotelinglaterratelegrafo.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg1gr0Vy3ODOTAJott_8H7t5grXDeQaGTtKtkkLUr9psXBJsa77dplEFL49ywLukweSY4etqP9rgEk8hr2UXBWc49xK1w6OYVPh_4SQCuIDDf7A25Z-D5BenRf5xqx41cvJGDYth_yM4frV/s1600/hotelinglaterratelegrafo.jpg" height="252" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Foto tomada del sitio web Havana Collectibles<br />
<b>http://www.havanacollectibles.com/</b></td></tr>
</tbody></table>
</span><br />
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; text-align: center;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hace dos meses, gracias a la oportuna "conjunción de un espejo y una enciclopedia", hallé el libro <i>San Cristóbal de La Habana</i> (Knopf, 1920)</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">, de Joseph Hergesheimer (JH a partir de ahora). Libro y autor me eran igualmente desconocidos hasta ese momento. Comencé a leer ese texto asistido por una curiosidad huérfana de esperanza. Ahora me parece el mejor libro que leí este año. </span></span></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; text-align: center;">
</span></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />He hallado que casi todos los comentaristas, al referirse a JH, apuntan la ironía de que, habiendo sido elegido por sus colegas como el escritor más importante de Estados Unidos en la encuesta de la <i>Literary Digest</i> de 1920, veinte años después su vasta obra había sido reducida al olvido. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Habría que agregar a eso que </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">su libro sobre La Habana, publicado en el mismo año de esa encuesta, es prácticamente desconocido en Cuba. </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ambos datos parecen acusarlo. Pero ambos podrían ser el resultado de una injusticia. </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">La ignorancia cubana de <i>San Cristóbal de La Habana</i>, en particular, bastaría para demostrar la pereza de nuestra crítica. Fuera de la obra de Cabrera Infante —quien apreciaba la obra de JH— sería difícil hallar una elegía a La Habana que exhiba la agudeza y el esplendor del libro de Hergesheimer.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Su visita a La Habana y la memoria de ese viaje eran signos de los tiempos. Un año antes, en un largo artículo de <i>The New York Times</i> titulado "Cuba, refugio de los frívolos y sedientos"(1), se explicaba cada vez que un nuevo estado ratificaba la Enmienda 18 (la "Ley Seca"), más y más norteamericanos tomaban rumbo a Cuba para bailar la rumba y tomar Bacardí sin exponerse a problemas con la justicia. Los adelantados de siempre planeaban ya la construcción de cadenas de hoteles, casinos de ensueños y paraísos tropicales para turistas gringos a lo largo de la larga isla, nos cuenta el <i>Times</i>. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />El libro está salpicado de "notas turísticas". JH describe en detalle su habitación del Hotel Inglaterra (que le pareció la mejor que había visto en su vida), las peleas de gallo, el jai alai, los bailes de danzones del Teatro Nacional... Casi una década antes del arribo de Ernest Hemingway a La Habana, JH comenta los méritos del daiquirí y proclama que el del Hotel Telégrafo es el mejor que probó en su visita.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Y sin embargo, La Habana que describe JH no es un mero destino turístico. Al inicio de su relato, cuando divisa la Isla en el horizonte, afirma: "tuve la premonición de que lo que veía entonces tendría una peculiar importancia para mí". Es un preámbulo preocupante. Otros escritores norteamericanos se enamoraron de La Habana sin salvarse del cliché. </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">El Edgar Lee Masters de <i>Children of the Markeplace</i> hace un retrato de cartón tabla de las ciudad que lo demerita como amanuense.</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Incluso Hemingway, en </span><i style="font-family: Verdana, sans-serif;">To Have and To Have Not</i><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> y en </span><i style="font-family: Verdana, sans-serif;">Islands in the Stream</i><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"> </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">sólo ve tragos helados, putas de buen corazón, borrachos pedantes y mendigos que duermen en los portales. Sin embargo, </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hergesheimer descubre una ciudad que no se reduce a su exotismo tropical. Y lo dice con la prosa más lúcida y más elegante que quizás se haya usado jamás para describir a La Habana.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En su libro hay una progresiva identificación, casi reverencial, con La Habana. Comienza con las cosas más sencillas: explica cómo se "reconcilió" con el café tras degustar en su primer desayuno un café con leche habanero bendecido con una pizca de sal y acompañado de pan con mantequilla. En busca de novelas escritas en español, descubrirá la calle Obispo. Dice: "Había recorrido antes otras calles angostas, pero no había visto ninguna que tuviese la intensidad dramática de Obispo". </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />No lo impresionan las iglesias ni los conventos, detesta la guayabera "con sus inútiles pliegues y bolsillos", el danzón le despierta todos sus prejuicios racistas, pero esos desencantos son excepciones. </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En cambio, las casas y los patios habaneros, el desenfado y la belleza de las mujeres, la sobriedad de los hombres, la naturalidad de las costumbres —que contrapone a la rigidez protestante del Norte—, son detalles que lo van seduciendo. Describe el ridículo que hacen algunos turistas americanos borrachos, pero afirma que los cubanos beben con mesura. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Incluso en algunas de sus recriminaciones parece celebrar la pujanza de La Habana. Lamenta, por ejemplo, que el Prado esté atascado de automóviles y que la orquesta que da las retretas del Parque Central, que antaño tocaba a Rossini, ahora prefiera comenzar el concierto con un fragmento del <i>Parsifal</i> de Wagner. Cuenta que tuvo que pedirle al empleado del hotel que le dijera dónde ver "un espectáculo vulgar como, por ejemplo, un concierto de habaneras", pues el buen señor solo le hablaba de la temporada de la ópera y la próxima visita de Caruso. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />El hecho mismo de que titule su libro en español es un indicio de su fascinación. Pero también lo es su evidente conocimiento de la historia de Cuba, y la minuciosidad —no exenta de racismo— con que habla del ñañiguismo. En su libro probablemente </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">aparecen </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">más palabras de lenguas africanas que en castellano. (Curiosamente, llama a los naturales de la Isla <i>cubeños</i>, una manera de nombrar a nuestra tribu que jamás he encontrado en otra parte.)</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Y hay más. La Habana hace a Hergesheimer cuestionarse su obra literaria, el futuro de la novela, la validez del matrimonio... JS ha llegado a la ciudad en busca de sí mismo, y l</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">lega así a dudar de su pertenencia al sitio que le tocó en suerte: "Muchos hombres viven como extranjeros en las casas construidas por las tradiciones de su sangre", dice, quizás mirando el Prado desde su balcón del Inglaterra. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En las postrimerías del libro imagina un alter ego cubano —Rogelio Mola— con el que va a visitar un prostíbulo habanero. Irónicamente, Rogelio Mola es un cubano anexionista. De modo que Hergesheimer sueña ser un cubano que sueña ser gringo. Su cubanización es al final inconsecuente. Quizás la visita inocua al prostíbulo, donde él y Rogelio Mola se limitan a observar sin degustar los placeres que se ofrecen, podría ser una metáfora de su cubanidad arrobada pero tímida. Él mismo apuntará al final del libro que vivirá siempre fascinado por La Habana... pero en su casa de West Chester, en Pennsylvania. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Durante la visita al prostíbulo sueña con redimir a una de las muchachas que vende allí la piel, pero luego reconoce que carece de esa convicción de superioridad moral que es imprescindible para meterse a salvador. Quizás sea esa misma modestia la que le permite mirar La Habana sin la condescendencia habitual entre sus compatriotas.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Hay observaciones en su libro que harían estremecer a cualquier habanero actual. Dice JH, por ejemplo, que el encanto de La Habana radica en que es una ciudad que no se siente abrumada por la historia. Y luego agrega que La Habana es una de esas pocas ciudades donde la existencia es algo más que el castigo que se impone al hombre por el delito de haber nacido. Y finalmente afirma: "La Habana era por el momento, y en un sentido muy profundo, la capital del mundo". Probablemente exagera, pero es difícil leer esas líneas y no sentir la desolación de saber que La Habana no volverá a inspirar palabras como esas.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDm2SeZunOcC8BeCqZs_zIdPQygEGVyNaffgas5AsCLM353PGlCYRCvpLPIh6DD3-1QaDFeVr5gV_qUblGRRmLgK7_-PRvAEudN8sjbjonFDJXq_JkZPIUTZ6L8tl_VhFDP7camx_ORxfO/s1600/BrightShawl.jpeg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDm2SeZunOcC8BeCqZs_zIdPQygEGVyNaffgas5AsCLM353PGlCYRCvpLPIh6DD3-1QaDFeVr5gV_qUblGRRmLgK7_-PRvAEudN8sjbjonFDJXq_JkZPIUTZ6L8tl_VhFDP7camx_ORxfO/s1600/BrightShawl.jpeg" height="250" width="320" /></a></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">El viaje a La Habana inspiraría a JH también una novela, <i>The Bright Shawl</i>, publicada en 1922 y llevada al cine en 1923. Es quizás la primera película estadounidense de temática cubana. La película silente fue parcialmente rodada en La Habana, con Edward G. Robinson haciendo el papel de Domingo Escobar, un cubano rico dueño de un palacete de El Prado y con la preocupación de tener dos hijos independentistas. Probablemente el libro de viaje haya sido un subproducto de una peregrinación a La Habana emprendida para escribir esa novela sobre la Guerra de los Diez Años. Pero al final <i>San Cristóbal de La Habana</i> resulta un texto muy superior a <i>The Bright Shawl</i>.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />El crítico James Branch Cabell (2) afirmó en 1921 que cualquiera que leyera <i>San Cristóbal de La Habana</i> y luego visitara la ciudad como turista quedaría irremediablemente decepcionado, pues la prosa de Hergesheimer era muy superior a aquella "inofensiva ciudad tropical". La historia lo desmentiría doblemente: La Habana fue uno de los principales destinos turísticos del mundo en las cuatro décadas que siguieron a la publicación del libro; y en esos cuarenta años la obra de Hergesheimer fue olvidada. O quizás fue que su profecía era a largo plazo y al final se cumplió: quien lea hoy el libro de Hergesheimer y visite luego la ciudad pensará que Branch Cabell hizo su profesía imaginando La Habana del siglo XXI.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">El libro de Hergesheimer está lleno de observaciones minuciosas, reminiscencias y disquisiciones que recuerdan al Gide de <i>La puerta estrecha</i>, a Isaak Dinesen, a Proust. Su prosa no sería indigna de ellos. Y sin embargo, una nueva generación, capitaneada por Hemingway y Scott Fitzgerald, condenaría al olvido Hergesheimer. De la misma manera nuestra pereza cubana condenó al olvido su libro, el más bello que se haya escrito sobre La Habana. O será quizás que nos espanta la idea de leer su elegía a la belleza arrasadora de esa ciudad que luego destruimos con el mismo entusiasmo con que las legiones del Publio Cornelio Escipión araron sobre las ruinas de Cartago. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;"><b>Notas:</b></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">He traducido todas las citas de la obra que uso en este post a partir de la primera edición de <i>San Cristóbal de La Habana</i>. </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Knopf, New York, 1920. La versión electrónica del libro se puede descargar gratuitamente en Amazon</span></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">(1) <b>"Cuba, Refuge of the Frivolous and Thirsty"</b>. <i>The New York Times</i>, 31 de agosto de 1919</span></span><br />
<span style="font-size: x-small;"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">(2) </span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><b style="font-style: italic;">Joseph Hergesheimer: An Essay in Interpretation, </b>James Branch Cabell</span><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">, página 23. The Bookfellows, Chicago, 1921.</span></span>Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-60920712613501452242013-11-23T10:50:00.001-05:002013-11-23T10:50:14.906-05:00La Habana en 1900: Álbum de recuerdos<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Pocos períodos de la historia de Cuba son tan indescifrables —y tan incómodos de recordar— como los años de la primera intervención americana. Igualmente enigmático y azaroso fue vivirlos. Fueron años de temerosa esperanza, de júbilo postergado, imposible de saborear. Los cuatro siglos de dominación española habían finalmente terminado, Máximo Gómez vivía en La Habana, los interventores combatían la fiebre amarilla y construían —a ritmo febril— carreteras y escuelas, desagües y sistemas de transporte y alumbrado público. Pero la mayor parte de las personas razonables temían no sin razón que aquellos industriosos visitantes no se fueran jamás de una isla que aspiraba al aislamiento de la independencia. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Rastreando documentos de esa época he hallado este álbum de fotos de Cuba intervenida, propiamente llamado <i>Souvenir of Havana/Recuerdo de La Habana</i>; propiamente publicado por la Cuban American Publishing Company de la calle O'Reilly. Una de las fotos muestra el Palacio de los Capitanes Generales, llamado entonces Palacio General, coronado por la bandera estadounidense. El álbum parece un retrato breve de nuestros temores y esperanzas de ese año de 1900. Aquí lo tienen:</span><br />
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<br /></div>
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<br /></div>
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<iframe frameborder="0" height="430px" src="https://archive.org/stream/recuerdodelahaba00broo?ui=embed#page/n12/mode/1up" width="480px"></iframe>
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<br /></div>
Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-59660340420652530072013-11-14T07:16:00.000-05:002013-11-14T07:16:50.146-05:00Japonerías del Dr. Rubiera y el general Machado <div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUuqe526LFwBPead19HVtOhEW0lqGZnovMOszW6b5Q-TFHYH5pPjjCeapgsBckPl3t43oyHDtVqFJeY0ee_5Vu1i6oQu21jFv2ccfh49R2944BXffQgM3kSnlmQ-BJk84lYbluxCyqNlkD/s1600/Rubiera.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="200" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhUuqe526LFwBPead19HVtOhEW0lqGZnovMOszW6b5Q-TFHYH5pPjjCeapgsBckPl3t43oyHDtVqFJeY0ee_5Vu1i6oQu21jFv2ccfh49R2944BXffQgM3kSnlmQ-BJk84lYbluxCyqNlkD/s200/Rubiera.jpg" width="130" /></a></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">El Dr. José Rubiera acaba de propinar a Japón e Inglaterra lo que en la jerga revolucionaria cubana se llamaría "un Girón meteorológico". <u><a href="http://www.juventudrebelde.cu/ciencia-tecnica/2013-11-12/pronostico-meteorologico-cubano-supera-a-los-de-paises-insulares-desarrollados/">Cuenta</a></u> </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><i>Juventud Rebelde</i></span><span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"> que, según Rubiera, el "Centro Nacional de Pronósticos del Instituto de Meteorología logra desde hace varios años un promedio de efectividad superior al 92 por ciento y sobrepasa el resultado de países insulares desarrollados como Inglaterra y Japón". </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Uno lee la noticia y le dan ganas de salir directamente hacia la nevera y abrir la botella de champán que tiene guardada para una visita imprevista. "Si nos diera por fabricar automóviles", piensa uno, "nuestros autos serían más populares que el Toyota y más elegantes que el Rolls-Royce". Sin dudas, el orgullo es doble cuando se piensa en el pasado imperialista y colonial de las dos potencias insulares a las que acabamos de derrotar en meteorología. </span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br />Y para que no queden dudas de la relación entre esa pericia pronosticadora y la superioridad del socilaismo, el Dr. Rubiera agrega: "Esa efectividad que acumulamos en nuestra institución —rango de nivel mundial— constituye otro éxito de la obra revolucionaria cubana". En ese momento, de veras cuesta trabajo aguantarse las ganas de abrir la botella de champán.</span><br />
<div style="font: 10.0px Geneva; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px; min-height: 14.0px;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: small;"><br /></span></div>
<div style="font: 10.0px Geneva; margin: 0.0px 0.0px 0.0px 0.0px;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTThZmj82qIVxXSDO2U-O7ISkfbQuBi83tAL4i_aZQRdntX4U43SCHuLm3KQAEza7IgUnqBG4Wghm8lQDzJAZ6cCedIjSJO0VN3RcIxVLHCKIrRRnyM0-o6_JOfEtOSGcY1cZoEzXmMXVF/s1600/Gerardo+Machado.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhTThZmj82qIVxXSDO2U-O7ISkfbQuBi83tAL4i_aZQRdntX4U43SCHuLm3KQAEza7IgUnqBG4Wghm8lQDzJAZ6cCedIjSJO0VN3RcIxVLHCKIrRRnyM0-o6_JOfEtOSGcY1cZoEzXmMXVF/s320/Gerardo+Machado.jpg" width="188" /></a></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: small;">Y de pronto a uno se le ocurre la idea de que no es la primera vez que oye esa comparación entre la siempre fiel Isla de Cuba, por un lado, y la pérfida Albión y el Imperio del Sol Naciente por el otro. No, señor, no es esta la primera vez que les ganamos a los tommies y a los nipones. Uno se queda pensando en el asunto y finalmente recuerda dónde oyó el cuento por primera vez...</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: small;"><br />En la noche del 23 de junio de 1926 —el año del ciclón, mi querido Dr. Rubiera—, en el Hotel Venus de Santiago de Cuba, la Cámara de Comercio de esa ciudad ofreció un banquete al presidente Gerardo Machado, por ese entonces en la cima de su popularidad, más amo que asno, y más gloria que garras. Para beneficio de los señores empresarios, Machado dio un discurso en el que ponderó la superioridad de la gran potencia cubana en comparación con Britannia y Cipango. Dijo Machado:</span></div>
<div>
<blockquote class="tr_bq">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><i>No debemos olvidar que la mayor riqueza de Cuba no existe en su suelo fértil; ni en su subsuelo variado en producciones minerales: su riqueza mayor está en su posición geográfica. Un gran economista de renombre mundial, Mr. Paul Leroy Beaulieu, lo dijo hace ya muchos años cuando la apertura del Canal de Panamá era una interrogación para muchos y una utopía para otros: "Tres países —son las palabras del eminente profesor— tienen en el mundo una posición de privilegio: Inglaterra, Cuba y Japón". No se necesitan grandes estudios para darse cuenta de que de esos tres países es Cuba el más favorecido. Basta extender sobre una mesa un mapa-mundi: ocupamos nosotros la encrucijada de las rutas comerciales; les damos las manos por las costas del Pacífico a las dos Américas ricas e inmensas y a la China y el Japón por el Canal de Panamá, y nos atravesamos en el camino de las naves que deben llevar a muchos de esos territorios las variadas producciones de Europa. </i>(1)</span></blockquote>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;">Machado dio a aquel discurso un título que usarían después algunos de sus sucesores en el cargo: "Aseguremos por la independencia económica la independencia política". No se le ocurrió al General entonces que nos atravesábamos también en el camino de todos los ciclones. Por suerte, ahí tenemos al Dr. Rubiera para vigilarlos.</span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Verdana, sans-serif; font-size: x-small;">(1) <i><b>Por la patria libre. Discursos pronunciados por el General Gerardo Machado y Morales, Presidente de la República de Cuba, durante una excursión a las provincias de Oriente y Camagüey del 21 al 26 de junio de 1926</b></i>. Imprenta de F. Verdugo. La Habana. 1926. Páginas 10 y 11</span></div>
Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-18787942449320563522013-09-30T08:27:00.005-04:002013-09-30T08:27:54.601-04:00De cómo Shostakovich perdió la nariz<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://blogs.timeslive.co.za/minor/files/2010/03/The-nose.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://blogs.timeslive.co.za/minor/files/2010/03/The-nose.jpg" /></a></div>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El miércoles, con dos entradas regaladas por uno de esos amigos que hay que tener en la vida, fuimos </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">al Metropolitan Opera House </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">a ver <i>La nariz</i>, la ópera de Shostakovich. </span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El libreto está basado en el cuento de Gogol del mismo título. Cuento y ópera se desarrollan en la primera mitad del siglo XIX. Sin embargo, en esta puesta en escena, a cargo del dibujante y cineasta sudafricano William Kentridge, la historia está ambientada en los años del estalinismo duro, cuando la ópera fue compuesta, escenificada y momificada por las autoridades culturales de la Unión Soviética.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Shostakovich terminó <i>La nariz</i> en 1928, cuando tenía 22 años y ya era famoso en la URSS y en Occidente gracias a su 1ra Sinfonía, que compuso con diecinueve años de edad. El relato —y la ópera, que es una adaptación fiel— es una sátira absurda en la que un señor respetable pierde la nariz y esta, independizada de su dueño, cobra personalidad propia.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">La música es una mezcla frecuentemente atonal de folklore ruso con descargas de percusión y metales cercanos al jazz. Los comentaristas aseguran que Shostakovich la escribió influido por la ópera <i>Wozzek</i> de Alban Berg. En fin, no sería arriesgado afirmar que nadie ha salido jamás de una función de <i>La nariz</i> tarareando una de sus arias.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><i>La nariz</i> se estrenó en Leningrado en 1930. Era la época en que la Asociación de Músicos Proletarios de Rusia había decidido "adaptar" las óperas clásicas para darles "contenido revolucionario". Cuenta Galina Vishnevskaya en su incomparable autobiografía <i><a href="http://www.amazon.com/Galina-Russian-Story-Vishnevskaya/dp/0156343207/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1380388909&sr=1-1&keywords=Galina+Vishnevskaya">Galina: A Russian Story</a></i>, que <i>Los hugonotes</i> de Meyerbeer se convirtieron entonces en <i>Los decembristas</i>, y que <i>Tosca</i> pasó a ser una ópera comunista titulada <i>La lucha por la comuna</i>. En la nueva versión de la obra de Puccini, Tosca se iba a las barricadas enarbolando una inmensa bandera roja. </span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El absurdo burlón de <i>La nariz</i> parecería inaceptable en medio de esa orgía de idiotez bolchevique. La ingeniosa idea de Shostakovich fue usar un cuento de Gogol, escrito noventa años antes, para evadir la censura. Si el relato de Gogol se hubiese publicado en 1926 en lugar de 1836, todo el mundo hubiese dicho que era un cuento surrealista o "kafkiano", y habría sido condenado por las autoridades soviéticas. Claro que Shostakovich no hubiese podido usar "La metamorfosis" u otro relato contemporáneo similar para su ópera. Pero eligió un cuento prudentemente ruso y decimonónico que expresaba el mismo absurdo y la misma irracionalidad que quisieron mostrar los surrealistas y los acólitos de Dada —y el propio Shostakovich.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Su estrategia no fue completamente exitosa. La obra se estrenó, tuvo dieciséis presentaciones... y jamás se volvió a poner en la Unión Soviética hasta 1974. </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Shostakovich, que se hacía el tonto ante las insinuaciones de la censura, repetiría la táctica cuatro años después con su </span><i style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Lady Macbeth del distrito de Mtsensk</i><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">, basada en una novela rusa del siglo XIX. En un <a href="http://www.arnoldschalks.nl/tlte1sub1.html">artículo anónimo</a> de </span><i style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Pravda,</i><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"> que se supone fue escrito por el mismo Stalin, la ópera fue condenada como "chabacana, primitiva y vulgar". La vida no le alcanzaría a Shostakovich para recuperarse de ese golpe. </span><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Todavía en el último tomo de sus memorias, </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">dictado en 1971</span><span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"> (<i><a href="http://www.amazon.com/Khrushchev-Remembers-Last-Testament-Illustrated/dp/0316831417/ref=sr_1_2?s=books&ie=UTF8&qid=1380501326&sr=1-2&keywords=khrushchev">Khrushchev Remembers: The Last Testament</a></i>, un libraco de 582 páginas que ahora se puede comprar en Amazon por $1.11</span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">), Nikita Khrushchev se lamentaba, hablando de Shostakovich: "Nunca pudimos entender por qué él tenía que hablar en favor del jazz".</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La puesta de <a href="http://en.wikipedia.org/wiki/William_Kentridge">William Kentridge</a> completa, quizás por primera vez, la idea original de Shostakovich. Kentridge acompaña la partitura atonal de Shostakovich y la historia absurda de Gogol con un <i>collage</i> babilónico de la vida —¿la muerte?— rusa de los años veinte. Ahí está el mismo Shostakovich tocando el piano con una nariz superpuesta en su cabeza, ahí vemos a Anna Pavlova bailando con cabeza de nariz, ahí nos asalta una cascada de tipografía soviética, imágenes de Lenin, banderas rojas, Stalin que aparece y desaparece, dejando solo su pipa humeante para recordarnos su recuerdo tristemente imborrable en la historia rusa... Hasta los reflectores que proyectan rectángulos de luz blanca recuerdan a Malevich. Todo lo que Shostakochky quizás soñó y no pudo incorporar a su ópera está ahí ahora, gracias al genio de William Kentridge. El efecto es tan abrumador como amanecer un día y constatar que a uno le falta la nariz, o como visitar la Rusia trágica e irrepetible de los años veinte.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Cuando le escribí a mi amigo para agradecerle el regalo, le dije que —si las tenía— por nada del mundo le fuera a regalar a nadie otras dos entradas para esa ópera; que él tenía que verla. Uno va a la ópera por el alivio de constatar que la perfección es alcanzable. Pero, con esta obra Shostakovich nos recuerda que también es alcanzable el infierno perfecto: basta con levantarse un día y constatar que hemos perdido la nariz. Y nadie se debería ahorrar esa advertencia.</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">[Aquí pueden ver el anuncio de la puesta:]</span><br />
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/63nfCe6RZ-g?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br /></span>Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-46376028852534363822013-09-19T13:09:00.001-04:002013-09-19T13:22:45.573-04:00Que es un escándalo dicen (Roberto Carcassés)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhY7sGNoQbc56P_AMefKxR6XDlAbkhJUwXoAVNrqibG376gZtIxawLNzvS4lYy2vkMNx_uTB9kNp7l_U7r29kDuwtgNqlv43ootvYNsRRRS8tVEaZ_W7gJ8MU5C7KO4WwbfvohbgsiZwIda/s1600/heretics8-1024x831.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="259" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhY7sGNoQbc56P_AMefKxR6XDlAbkhJUwXoAVNrqibG376gZtIxawLNzvS4lYy2vkMNx_uTB9kNp7l_U7r29kDuwtgNqlv43ootvYNsRRRS8tVEaZ_W7gJ8MU5C7KO4WwbfvohbgsiZwIda/s320/heretics8-1024x831.jpg" width="320" /></a></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">El pianista Roberto Carcassés, durante un concierto celebrado en La Habana el 12 de septiembre, pidió libre acceso a la información, voto directo para elegir al presidente e igualdad de derechos para todos los cubanos. Carcassés fue duramente criticado por su improvisación y luego sancionado (y posteriormente perdonado) por el Ministerio de Cultura. Aducían unánimemente sus críticos —y algunos de sus defensores— que el concierto era un momento "sagrado" en el que no cabían tales reclamos. Según Carcasés, el funcionario que le informó su inclusión en la lista negra le dijo que había "traicionado a los familiares que fueron a llorar a sus hijos y padres que están en el encierro". Este video de la actuación de la vedette Juana Bacallao en el mismo concierto ilustra la solemnidad que Carcassés empañó con sus peticiones:</span><br />
<div style="text-align: center;">
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></div>
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<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="344" src="//www.youtube.com/embed/bA689LZjNwA" width="459"></iframe></div>
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<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span></div>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">La ofensa de Carcassés, pues, no radica en sus reclamos, sino en el contexto. "Que los haga en sus propios conciertos", dijo uno. "Que los haga en la Asamblea Nacional", dijo otro. Y es cierto: si Carcassés hubiese hecho sus reclamos políticos en sus propios conciertos, nada habría sucedido. ¿Acaso no es eso lo que han hecho Pablo Milanés, Pedro Luis Ferrer o Gorki Águila sin que jamás nadie los molestara?</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Y si Carcassés no quiere hacer de sus conciertos actos políticos, le sobran lugares apropiados para pedir cualquier derecho o hacer cualquier crítica que se le ocurra. Podría, por ejemplo, hacer una película. Desde el documental "P.M." de Saba Cabrera a inicios de la década del sesenta hasta "Alicia en el pueblo de Maravillas", del recientemente fallecido Daniel Díaz Torres, en los ochenta, o el corto "Monte Rouge" de Eduardo del Llano en siglo XXI, los cineastas siempre han hecho las críticas que han estimado pertinentes sin que cayera sobre ellos censura alguna ni se les impidiera mostrar al público sus obras.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">En caso de que Carcassés no tenga dotes de cineasta, podría escribir un libro y publicarlo con todas las críticas que desee hacer. Los ejemplos de Lezama Lima, Virgilio Piñera, Cabrera Infante, Reinaldo Arenas, Heberto Padilla, Antonio José Ponte, Roberto Zurbano o Luis Orlando Pardo Lazo están ahí como testimonio de la libertad de expresión que han gozado siempre nuestros poetas y narradores.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Pero si a Carcassés no le interesa escribir literatura y prefiere expresar sus críticas más directamente, podría escribir un blog. ¿Acaso no escriben blogs Yoani Sánchez, Reinaldo Escobar, Miriam Celaya, Lia Villares y muchos otros sin sufrir jamás el menor contratiempo?</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">O quizás Carcassés prefiera hacer una revista. Y en ese caso Dagoberto Valdés, director de "Convivencia" y ex director de "Vitral", le podría explicar que jamás ha tenido dificultad alguna por decir, escribir y publicar lo que piensa en cualquiera de las dos revistas que ha animado.</span><br />
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br /></span>
<span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Porque el problema no es criticar o hacer algún que otro reclamo, sino saber elegir el momento y el lugar para hacerlo. Y en eso tendría que aprender mucho Carcassés de las personas que hacen declaraciones a favor del gobierno: ellos siempre saben cuándo y dónde se debe hacer. ¿O alguna vez usted escuchó que alguien lo sancionaran por manifestarse a favor del gobierno en un momento inapropiado?</span><br />
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Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-92231186277885311992013-08-06T23:11:00.001-04:002013-08-09T12:11:36.559-04:00Los "millones y millonas" de Maduro: ¿Otra manipulación?<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Ronda por el Internet un video de 51 segundos tomado de la transmisión del acto por el 200 aniversario de la entrada de Bolívar a Caracas. En ese video, en un momento en el que la cámara se aparta del rostro de Maduro, se le oye decir que hoy son "millones y <i>millonas</i> de Bolívar". Parece increíble, y dada la <a href="http://tersitesexcathedra.blogspot.com/2013/08/maduro-y-las-banderas-una-aclaracion.html">manipualción de un video reciente</a> para desacreditarlo (del que hablé ayer), muy bien podría tratarse de otra trampa tendida por críticos poco escrupulosos del presidente venezolano.</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Sin embargo, hay varios indicios de que el video podría ser fiel reflejo de una anécdota macondiana: en primer lugar, el presidente Maduro es capaz de decir casi cualquier cosa; el discurso fue hoy mismo, por lo cual habría poco tiempo para manipular el video; y el sitio web <a href="http://www.youtube.com/user/tvesaldia">Tvesaldia</a>, de aparente inclinación chavista, ha puesto varios fragmentos del discurso, pero no ha incluido esta parte de su intervención. Juzguen ustedes:</span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
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<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/fF1CD9eQ2zk?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-63156802303362561532013-08-04T21:35:00.001-04:002013-08-04T21:43:52.042-04:00Maduro y las banderas: una aclaración<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">En numerosos medios de prensa y páginas de redes sociales se ha puesto un enlace a un breve video en el que Nicolás Maduro, el ocurrente presidente venezolano, parece confundir la bandera de Puerto Rico con la cubana. Es bueno aclarar que se trata de una manipulación. Si se ve el video del discurso de Maduro a partir del minuto 55, queda claro que no ha confundido las banderas. Hablaba de Puerto Rico e hizo una referencia incidental a Cuba. </span><br />
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;"><br /></span>
<span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Por otra parte, el discurso está lleno de los disparates hilarantes que son habituales en el presidente venezolano. Por ejemplo, dice al inicio: "No son palabras las que yo vaya a decir sino un saludo". Hay otros ejemplos semejantes, pero la acusación de haber confundido las banderas es falsa. </span><br />
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<iframe allowfullscreen='allowfullscreen' webkitallowfullscreen='webkitallowfullscreen' mozallowfullscreen='mozallowfullscreen' width='320' height='266' src='https://www.youtube.com/embed/YCLV2BDLcNo?feature=player_embedded' frameborder='0'></iframe></div>
<br />Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-4123048734245742808.post-21380265064696238162013-07-02T08:42:00.002-04:002013-07-02T17:32:01.460-04:00Yasiel Puig: un mes de silencio en La Habana<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjx7A2E7se81PqnbEsfg29pXnLmJro8cFmEBSedL1zMm8UH2eRq8MVtoBcb_QvRYVpmqAenknDWcJUFynq9d9DNNs_r4S6rUqG_nyaMR2lFo_3G0wjKxwRcDm3i6BZW56YSUUJ4a61SXof/s630/YasielPuig.jpeg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="302" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjx7A2E7se81PqnbEsfg29pXnLmJro8cFmEBSedL1zMm8UH2eRq8MVtoBcb_QvRYVpmqAenknDWcJUFynq9d9DNNs_r4S6rUqG_nyaMR2lFo_3G0wjKxwRcDm3i6BZW56YSUUJ4a61SXof/s400/YasielPuig.jpeg" width="400" /></a></div>
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">El primer mes del novato cubano <u><a href="http://www.baseball-reference.com/players/p/puigya01.shtml">Yasiel Puig</a></u> ha sido la clásica pedrada en el estanque de esta temporada soñolienta de las Grandes Ligas. Con .436 de promedio de bateo, 7 jonrones, 12 impulsadas y 19 carreras anotadas en 26 partidos, Puig ha tenido un mes para la historia. Ayer comentaba el <i><u><a href="http://www.usatoday.com/story/sports/mlb/2013/06/30/puig-barely-misses-cycle-dodgers-beat-phillies/2478121/">USA Today</a></u></i> que el primer mes de Puig era uno de los mejores que jamás hubiese tenido un novato en la historia de las Grandes Ligas. Sus 44 hits en esas cuatro semanas mágicas son el segundo mejor resultado de un novato en su primer mes en las mayores. ¿El mejor de todos los tiempos? <i>The great DiMaggio</i>, como diría el pescador de <i>El viejo y el mar</i>. DiMaggio disparó 48 hits en su primer mes de novato en 1936. Ahora Puig acaba de disparar 44. Son los primeros de la lista: les siguen todos los demás jugadores que jamás tuvieron un bate entre las manos en las Grandes Ligas.</span><br />
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br />Este es, sin lugar a dudas, el mes más increíble que haya tenido jamás un pelotero cubano en los casi 140 años de historia de nuestro béisbol.</span></div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><br />Sin embargo, el récord más impresionante que ha impuesto Puig este mes —el que nunca le van a romper— no lo logró en los terrenos de las Grandes Ligas, sino en Internet. Si uno hace una <u><a href="https://www.google.com/search?as_q=&as_epq=Yasiel+Puig&as_oq=&as_eq=&as_nlo=&as_nhi=&lr=&cr=&as_qdr=m&as_sitesearch=.cu&as_occt=any&safe=images&tbs=&as_filetype=&as_rights=">búsqueda</a></u> del nombre de Yasiel Puig en la red de redes cubanas (las páginas alojadas en el dominio ".cu") durante los últimos treinta días, no hallará ni un solo artículo sobre el mes portentoso de su debut en las Grandes Ligas. De hecho, hay un solo artículo que lo menciona de pasada. Hablando del jardinero Alexei García, un peridista del diario <i>Cinco de Septiembre</i> dice: "El muchacho de Aguada de Pasajeros olvidó los abucheos de las gradas de aquellos terribles días cuando le tocó cubrir el hueco dejado por Yasiel Puig.</span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">" Y eso es todo. Las otras menciones de su nombre que se pueden encontrar en Google son en los comentarios a algunos artículos, pero no en los artículos mismos. </span></div>
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<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br />En un país donde el béisbol es el deporte o la obsesión nacional, no se ha mencionado ni una sola vez en la prensa la más brillante actuación que un pelotero cubano haya tenido jamás. </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">Es como si nadie hubiese reportado en Cuba la noticia cuando Capablanca ganó el Campeonato Mundial de Ajedrez en 1921 ante Lasker o que a ningún periodista cubano se le hubiese ocurrido escribir ni un solo artículo sobre el esgrimista Ramón Fonst cuando ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos en 1900. </span></div>
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<span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"><br />Este mes la Unión de Periodistas de Cuba celebra su congreso. Si en esa reunión lograran explicar el misterio de </span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">cómo milagrosamente todos los periodistas del país decidieron ignorar</span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"> al unísono el arrollador debut de Yasiel Puig en las Grandes Ligas —o, de no ser ese el caso, si averiguaran</span><span style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;"> quién y por qué decidió que ellos no podían mencionar las hazañas de Yasiel Puig </span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">en la prensa cubana</span><span class="Apple-style-span" style="font-family: 'Trebuchet MS', sans-serif;">—, podrían dar por buenos los dos días que van a dedicar a su congreso.</span></div>
Jorge Ignacio Domínguezhttp://www.blogger.com/profile/08829969169846656210noreply@blogger.com1