Powered By Blogger

Friday, December 2, 2011

Nuestro hombre en Jartum

(Este post es la continuación del artículo "Los países amigos".)

El 4 de marzo de 2009 la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya, Holanda, emitió una orden de arresto contra Omar al-Bashir, el jefe de Estado (y hace unos años, además, Primer Ministro, ministro de Defensa y jefe de las Fuerzas Armadas) de Sudán.

Omar al-Bashir se hizo de la presidencia de Sudán mediante un golpe de estado en 1989. En sus más de veinte años de gobierno, Al-Bashir instauró una variante sudanesa del apartheid en la que los árabes musulmanes juegan el papel de los afrikanders mientras que a los africanos cristianos y animistas les toca el papel de la población negra sudafricana. (Sobre este tema, pueden leer el artículo "The slow, violent death of apartheid in Sudan", del comentarista ugandés Vukoni Lupa Lasaga.)

Por otra parte, desde hace años, Al-Bashir ha usado las bandas paramilitares llamadas yanyauid (también se usan las grafías janjaweed y janjawid) para reprimir a los rebeldes de la región de Darfur. Los yanyauid usan el genocidio, la mutilación y la violación en grupo como "métodos de combate". Se considera que hasta el momento han muerto entre 300,000 y 400,000 personas en el conflicto de Darfur.

(A quien desee recordar la longevidad y el sadismo de las "tácticas" yanyauid en Darfur, le recomiendo que lea este artículo de Nicholas Kristof en The New York Times hace casi ocho años. Y quien desee comprobar que el horror en Sudán continúa reeditándose a diario, puede leer este otro artículo del mismo Nicholas Kistof de hace solo una semana.)

Al emitir la orden de arresto contra Al-Bashir, la Corte Penal Internacional lo acusó formalmente de crímenes contra la humanidad (asesinato, exterminio, desplazamiento forzado, tortura y violación), así como crímenes de guerra. Fue la primera vez que el Tribunal de La Haya emitía una orden de arresto contra un jefe de estado en funciones. Es de imaginar que el buen señor considera como acciones heroicas lo que la Corte de la Haya califica de crímenes de lesa humanidad, prueba de ello es que, en el momento en que dio el golpe de estado era solo coronel, mientras que ahora es ya mariscal de campo. Y ese no ha sido el único beneficio personal que le ha deparado la presidencia: algunos de los cables hechos públicos por WikiLeaks hace varios meses indicaban que Al-Bashir ha acumulado una fortuna personal de 9 000 millones de dólares durante sus años de gobierno, y que la mayor parte de ese dinero está depositado en bancos ingleses.

Al-Bashir se ha convertido en un paria internacional. Apenas se atreve a viajar fuera de Sudán por miedo que le pase lo mismo que a Pinochet en su visita al médico en Londres. Hoy en día, Al-Bashir no tiene muchos aliados. Sin embargo, sus amigos "son pocos, pero son", como decía Vallejo de los golpes de la vida. EPor ejemplo, en el sitio web de la embajada cubana en El Cairo (donde reside el embajador cubano ante Sudán) se puede leer un comunicado de prensa del 19 de mayo de 2009 que dice, entre otras cosas, estas:
Al-Bashir agradece permanente solidaridad de Cuba con Sudán 
Jartum, 19 may (PL) - El presidente de Sudán, Omar Hassan Al-Bashir, agradeció a Cuba la permanente solidaridad demostrada en la arena internacional, y trasmitió saludos cordiales a su homólogo, Raúl Castro, y al líder de la Revolución, Fidel Castro. [...] Fuentes diplomáticas cubanas precisaron a Prensa Latina que el jefe de estado sudanés se interesó por la salud del ex mandatario Fidel Castro y tuvo expresiones de gratitud por la postura asumida históricamente favorable al gobierno de Jartum. [...] Cuba defiende el respeto a la soberanía de Sudán y criticó la orden de arresto emitida por el tribunal con sede en La Haya contra el jefe de estado sudanés para procesarlo por crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad supuestamente cometidos en Darfur desde 2003.

En La Habana no sólo rechazaron las acusaciones contra Al-Bashir, sino que parecían ignorar el hecho mismo de que en Darfur hubiesen muerto cientos de miles de personas, a pesar de que es una tragedia que se ha sido por años tema de primera plana en todos los medios de prensa del mundo. Si se buscan en el periódico Granma artículos sobre los horrores en Darfur, no se halla ninguno hasta marzo de este mismo año, en que publicaron una nota con el inocente título de Combates causan 17 muertos en occidente sudanés. Después de ocho años de silencio sobre el tema, no es hasta el penúltimo párrafo que sueltan (escuetamente) la prenda: "De acuerdo con estadísticas de organizaciones internacionales, en ocho años el conflicto causó más de 300 mil muertos y dos millones y medio de desplazados".

El caso no es único. Tampoco hallará el lector artículos sobre la hambruna en Corea de Norte, ni sobre los asesinatos de opositores en Zimbabwe, ni los informes de las Naciones Unidas sobre los 3,500 muertos y los más de 250 niños asesinados por el ejército en Siria en los últimos meses. 

Hace unos años, en The New York Times apareció un curioso artículo (lo pueden leer aquí) sobre ciertas regiones de África donde van a parar las camisetas y gorras de los 'campeones que nunca fueron'. Como se sabe, antes de los partidos finales de las ligas profesionales norteamericanas, se fabrican camisetas y gorras para el caso de que cada contendiente gane la corona. Los artículos con el nombre y el logotipo del perdedor junto a la palabra "Champion" son invendibles, por supuesto, de modo que los equipos los donan a organizaciones caritativas que a su vez los llevan a los necesitados africanos. Hay pueblos en África donde los Yankees fueron los campeones de la Serie Mundial de 2001, en lugar de Arizona; y donde los Boston Red Sox siguen bajo la maldición del Bambino; hay sitios donde Michael Jordan nunca ganó un título de la NBA: para demostrarlo, ellos le pueden enseñar las seis camisetas que proclaman campeones a sus rivales en cada una de esas finales.

Los medios de comunicación cubanos a veces recuerdan esas aldeas de África: en los medios de la Isla, Corea del Norte no es un país enloquecido donde la constitución establece que el "presidente eterno" es la momia de un señor que se murió hace 16 años, y donde cientos de miles de personas han muerto de hambre en la última década, sino un próspero país socialista dirigido por un líder genial. En el Granma, Al-Bashir y Al-Assad no son dos dictadores que han asesinado a miles de sus compatriotas y han saqueado el patrimonio de ambas naciones, sino dos celosos guardianes de la soberanía nacional. Y no se trata sólo de una desfortunada mezcla del periodismo con la literatura fantástica: a ratos la política exterior cubana también parece regirse por las fantasías de ese universo paralelo que describe el Granma, y no por las realidades del mundo en que vivimos la mayor parte de los mortales. 

¿Por qué no encuentra uno análisis sobre "los cambios de Raúl" (los que hubiese) en lo referente a la política exterior cubana? ¿Acaso el tema no interesará a ningún cubanólogo? ¿Qué nos dicen las votaciones del gobierno cubano en los organismos internacionales sobre el futuro del país? De eso tratará el próximo post.

1 comment:

  1. Estimado Tersites,
    Su blog es uno de los más interesantes en la blogosfera cubana. Sólo siento que a veces me dejo caer por aquí y usted no ha escrito nada en mucho tiempo. Aún estoy a la espera de la última parte de este artículo. Un admirador.

    ReplyDelete