José Martí cumple 160 años. Los primeros 30 fueron anónimos, o al menos carentes de bibliografía pasiva. Los siguientes 130 años han sido una algarabía. El de Martí debe ser un cadáver extenuado y ensordecido por ese coro caótico de herederos y reclamantes. En este cumpleaños, le regalo un poco de silencio, que debe ser lo que más necesita, el pobre.
Estatua de Martí del Central Park de New York. Anna Vaughn Hyatt Huntington. Foto: Tersites Domilo |