Powered By Blogger

Thursday, March 21, 2013

Hugo Chávez y Bob Marley en el cielo con diamantes

Pocas horas antes de anunciar la muerte de Hugo Chávez, Nicolás Maduro declaró en la televisión venezolana que su gobierno tenía pistas de que el cáncer de Chávez le había sido inoculado por "los enemigos de la patria", y acusó a Estados Unidos como responsable de la neoplasia presidencial.

Se sabe que la CIA planeó e intentó el asesinado de jefes de estado hostiles a los Estados Unidos durante las décadas del sesenta y el setenta. Y es conocido que el presidente Obama tiene una lista de enemigos a matar con ataques de aviones no tripulados (drones). Pero como Maduro hizo su acusación sin presentar prueba alguna y poco antes de la muerte de Chávez, muchos tomaron sus afirmaciones como un intento de manipular la desaparición del líder en favor de su victoria en las próximas elecciones.


El sábado pasado, en el periódico Granma apareció un curioso artículo que parecía sustentar las ausaciones del amigo Maduro. Se titulaba "Cáncer, el arma secreta
", y comenzaba con una revelación sensacional:
Un artículo publicado por el diario inglés The Guardian en febrero del 2012 destacaba que durante la investigación del Comité Selecto del Senado de Estados Unidos sobre planes de asesinatos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a líderes extranjeros (conducida en 1975) se reveló que la agencia había desarrollado una pistola de dardos envenenados que causaba ataques al corazón y cáncer. 
Seguí leyendo, por supuesto, y un poco más abajo Granma ofrecía la dirección de Internet del artículo de The Guardian: http://guardian.co.tt/lifestyle/2012-02-27/cancer-secret-weapon

Comencé a leer el artículo original, escrito por Charles Kong Soo, con creciente asombro. El autor planteaba la hipótesis de que todos los presidentes de América Latina que han sufrido cáncer en la última década (Néstor Kirchner, Dilma Rousseff, Luiz Inacio Lula da Silva, Hugo Chávez, 
Fernando Lugo y Evo Morales) habrían sido víctimas de maléficas inyecciones de la CIA. De paso revelaba que Fidel Castro había padecido cáncer del estómago y que este también podría haber sido causado por la CIA.


Cuando pensé que ya se habían acabado mis sobresaltos me enteré de otra noticia devastadora: Bob Marley también había sido contagiado con el cáncer por la CIA.  Supuestamente, el hijo del director de la CIA le regaló un par de botas impregnadas de con algo que produce cáncer en la piel. Marely se pasó una tarde jugando fútbol con sus botas puestas y ¡listo! Me eché a reír. ¿Cómo podía publicar The Guardian un artículo que sonaba como los cuentos de los secuestros por extraterrestres de los periodiquillos del supermercado? Fue en ese momento que me percaté de que el sitio web no se parecía al sitio de The Guardian de Londres. En un minuto me di cuenta del engaño: Estaba en el sitio del periódico Trinidad Guardian, un modesto tabloide que se publica en Trinidad y Tobago, no el del conocido periódico británico donde dicen los redactores del Granma que leyeron la noticia.

Pero el artículo, por imaginativo que fuera, citaba la investigación de los senadores estadounidenses Frank Church y John Tower en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Según 
Charles Kong Soo, allí se había revelado la existencia de una pistola para inocular el cáncer y provocar ataques cardíacos. 

Busqué entonces en The New York Times el reportaje original de esa época sobre la investigación del Senado en 1975, titulado "
Colby Describes C.I.A Poison Work". (Los interesados la pueden leer aquí.) Allí se enumeran las enfermedades que puede causar la pistola de dardos envenenados creada por la CIA. Mencionan la encefalitis, el ántrax, la salmonella, la viruela y la fiebre de San Joaquín, pero no se menciona el cáncer. (No me he leído el informe de 200 páginas, pero es lógico suponer que el Times hubiese mencionado el cáncer —y el hecho de que se pudiera inyectar— antes que todas las demás enfermedades.)

De modo que Charles Kong Soo se sentó un día en su casa en Trinidad y Tobaco, escribió un artículo de imaginación frondosa, lo publicó en el periódiquito local, y varios meses más tarde ocurrió el milagro:  Las referencias al artículo del Trinidad Guardian pululan ahora por el Internet, en inglés y en español, y siempre atribuyéndolo al periódico británico The Guardian, y con la afirmación de que el cáncer era inyectable desde aquella investigación del Senado de Estados Unidos en 1975. Curiosamente, poco después noción de la pistola de la CIA con la mención añadida del cáncer comenzó a aparecer también en blogs de extrema derecha en los que se acusaba al presidente Obama de asesinar al bloguero conservador Andrew Breitbart, así como en los blogs de fanáticos de Bob Marley. El asunto es folclórico, pero revela ese "independencia de la realidad" que acompaña las pasiones ideológicas. Y nos recuerda que el rigor periodístico casi nunca le gana la batalla al fervor.

1 comment:

  1. El WWW se ceba de los incautos. Cambias o añades letras en el nombre de un sitio, aunque sea levemente, y por ahí caen un montón de despistados. Otras veces la gente lee e interpreta a su acomodo.

    Pero lo publicado por Granma y lo expresado por Maduro es para consumo doméstico. Un reflejo de sí mismos y de cómo consideran intelectualmente a sus lectores y compueblanos.

    Saludos.

    ReplyDelete