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Friday, March 12, 2010

En la cama de la tía Julia

Ha muerto Julia Urquidi, la ex tía y ex esposa de Mario Vargas Llosa. La noticia me la dio un periodista amigo que me llamó desde una remota república sudamericana para preguntarme si Julia había influido en las ideas políticas del joven Vargas Llosa. "Bueno, ella era su tía política, querido, pero creo que su influencia fue más bien pélvica". Mi amigo no entendió nada, pero yo me quedé pensando en lo poco que sabíamos los dos sobre la tía Julia, y lo rápido que hacíamos juicios sobre ella —políticos los de él, pélvicos los míos.

Hace unos diecisiete años, en cuanto me mudé a un sitio donde podía leer lo que me diera la gana, me apresuré a comprar "La tía Julia y el escribidor". Mis recuerdos de la novela se resumen a imágenes difusas de los anhelos literarios del joven Vargas Llosa, su enamoramiento con la tía, su sucesivo hastío, y la noción de que Cuba fue alguna vez la Mecca de las radionovelas interminables en lugar de la plaza de los discursos infinitos.

Unos meses más tarde, alguien me prestó "Lo que Varguitas no contó", que era el mismo cuento, ahora relatado desde la otra esquina del ring. La novelita me demostró que el talento literario no es una enfermedad venérea: Julia no lo había contraído en casi diez años de ejercicios horizontales con Vargas Llosa. No recuerdo nada de su libro, sino el deseo de la autora de contar su historia, de ser quien ella quería ser y no el personaje que su ex sobrino y marido había dibujado. También recuerdo que la lectura me confirmó el retrato que de ella pintara Vargas Llosa.

Pero Julia no era un personaje literario, sino una señora que a los 29 años, a mediados de la década del cincuenta, decidió mandar el mundo al carajo y acostarse con su sobrino de diecinueve. Un sobrino que sería después una celebridad mundial y que la dejaría por otra mujer de la familia, la prima Patricia. (Parece que Vargas Llosa es un hombre "muy casero".) Y en esas cosas venía pensando en el tren, de regreso a casa, esta tarde. ¿Habría sido más feliz Julia Urquidi de no haberse dejado deslumbrar por el efebo de la casa? ¿Habría preferido después el anonimato a ser para todo el mundo —como a la postre fue— "la tía Julia" que su sobrino creó con más desencanto que cariño? ¿Quién fue esta mujer que olvidamos, o vagamente recordamos, y juzgamos a partir de un retrato tendencioso?

En una entrevista en el año 2003 declaró: “Yo lo hice a él. El talento era de Mario, pero el sacrificio fue mío. Me costó mucho, sin mi ayuda no hubiera sido escritor. Copiar sus borradores, el obligarlo a que se sentara a escribir, bueno, fue algo mutuo”. Todavía sonaba como una tía mandona hablando de un sobrino díscolo; una tía política queriendo ser tía literaria. Me imagino que nadie se lo creyó, pero a lo mejor se lo creía ella, que es lo importante. Para el resto del mundo, Julia fue una señora que, como tantas señoras divorciadas de treinta años, quiso acostarse con un chico de 19. Para el resto del mundo sería esperable que el jovencito la dejara unos años después, y que ella no lograra perdonárselo. Y sin embargo, seguramente ella se iría a la cama en los primeros lances de su amor clandestino convencida de que todo valía la pena. Ojalá la haya valido. En paz descanse.

8 comments:

  1. T, siempre recuerdo esta anecdota, tuve la oportunidad de visitar a MVLl en su maravilloso apto en Lima, donde no sabria precisar q era mas envidiable, si la biblioteca personal o la vista del mar. fui a raiz de una entrevista q le harian otras dos personas, hombres. yo tome una fotos muy malas, recuerdo. y el Don Juan, termino dandome mas bola a mi q a ellos, queria presentarme a su hija Morgana, para q regresara a visitarla (pero sola) ;) ahora si lo cierto, el tipo es un conversador q cautiva. y para ese entonces, q ya era un senor bien mayor, igual lucia muy bien. asi q me puedo imaginar las que habran tenido q soportar la tia y la prima. ;)

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  2. IP:
    Gracias por esa anécdota, que me reafirma la tesis de que el hombre tiene una particular inclinación a las mujeres que encuentra en su casa... ¿Y tienes las fotos?
    TD

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  3. si las tengo, mas bien los - b y n, te repito q son muy malas, pero igual voy a ver si las imprimo. q ya ni es muy facil encontrar lugares donde trabajen con estos objetos anacronicos.

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  4. ¡Wuao! De las cosas que se entera uno pasando por aquí... Buen homenaje a la "Tía Julia", Tersites. Recuerdo la novela con peculiar agrado. Los enredos del escribidor son memorables. Yo la leí estando aún en la isla. Imagínate, quien a amigos disidentes y literatos se arrima...

    Al anónimo: ¡publica esas fotos, chico! Vaya tesoros que guardas. Yo sé quién le hizo la entrevista que mencionas. Pero no fue el primer cubano que entrevistó a Vargas Llosa. Antes ya lo había hecho Belkis Cuza-Malé ;-)

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  5. IA:

    Gracias por pasar, leer, comentar halagar. El comentario anónimo es de una mujer, si lo lees otra vez te darás cuentas. Y, sí, yo también le dije que tenía que publicar esas fotos. En Cuba sólo logré leer "La ciudad y los perros", a pesar de tener amigos literatos y disidentes, mirá tú... Debió ser la maldita circunstancia del campo por todas partes la que me privó de mejores libros... Gracias otra vez. Un abrazo,

    Tersites

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  6. Muchísimas gracias,Tersites , por tu seguimiento de mi blog.Es un honor tenerte como seguidor. Siento una gran admiración por tus escritos. Seguiren leyendote en cada entrada que publiques.
    Un abrazo

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  7. Casualmente, esta mañana (¿ayer?) escribí algo también vinculado a la Tía Julia y su sobrino. Sobre todo a su sobrino, claro. No había leído este post tuyo.

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  8. Es verdad Carlitos, no conciste a la Tia Julia. No se si su amor por Vargas Llosa valió la pena pero en la historia no es importante lo que Vargas LLosa comentara alguna vez de esta gran mujer. Se trata de existio una mujer increible que amo, y como dice Alfonso Prudencio "Es una heroína del Amor, del amor con mayúscula porque nunca conoció amorcillos y cuando se enamoró se enamoro de verdad, sin cálculos de tiempo ni de otras circunstancias". No conozco muchas mujeres como ella, y a Dios gracias a ella la conocí porque a sido una de las mejores mujeres, transparente y sin miedo de ser quien fue, y si queda duda una GRAN DAMA con mayuscula,amada por todos nosotros, su familia. Ojala en el mundo del amor, muchos encuentre a "su tia Julia"

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