Parece haber consenso entre las fuerzas vivas: los cubanos fueron quienes bautizaron a los soviéticos como "bolos". Será una muestra más de esa gracia adámica de nuestra tribu cuando se trata de nombrar las cosas. Ángel Tomás González explicaba hace un par de años en el diario español El Mundo que el apelativo era síntoma de "un desprecio cariñoso por la estampa pueblerina, tosca y cursi de rusos y rusas que llegaron a la isla a partir del año 1962".
Hay un artículo del periódico español El Público en el que José Miguel Sánchez, "Yoss" —a quien se describe como "escritor cubano de ciencia-ficción y experto rastreador de las huellas soviéticas en Cuba"— afirma: "Los llamábamos bolos por el estilo de sus productos, toscos, rudos, pero muy duraderos". Hace más de una década, la novelista Zoé Valdés comentaba que "bolos les llaman los cubanos a los rusos no sólo por su apariencia tosca semejante a las figuras de los juegos de bolos, si no por su poca idea del diseño, y su mínimo respeto hacia los cubanos". En un despacho de AFP desde La Habana en 2006 publicado en el diario mexicano La Jornada, se decía que "los cubanos apodaban bolos a los soviéticos, palabra con que grafican una figura sin ángulos y tosca".
Ezra Weston Loomis Pound |
Hasta ahí todo marchaba a pedir de boca, como al principio del cuento del león sordo. Pues bien, esta semana estaba leyendo Ezra Pound Speaking, el libro de los discursos que Mr. Pound pronunciara en la radio italiana durante la Segunda Guerra Mundial, cuando me topé con este parrafito:
The bolo agents in England were serious, when I was last there, the top numbers in the Communist Party were all paid by Moscow, which as you know is sometimes paid by New York or London. (Los agentes bolos en Inglaterra se tomaban el asunto en serio, cuando estuve por allá, todos los jefazos del Partido Comunista estaban subvencionados Moscú, con dinero que, como ustedes saben, a veces pagan New York o Londres.)
¿Pero cómo?, me pregunté, y enseguida me di cuenta de que el discurso, transmitido el 22 de marzo de 1942, se titulaba precisamente así: "But How?". ¿De modo que Ezra Pound llamaba "bolos" a los rusos en 1942? Una rápida búsqueda en Internet me revelaría que el asunto no quedaba ahí.
M1921 "Bolo" Mauser |
La omnipresente Wikipedia me reveló que la Mauser C96 de cañón corto recibió el apodo de "Mauser Bolo" porque entre 1921 y 1930 el gobierno ruso (soviético a partir de 1922) compró una gran cantidad de pistolas de ese modelo. El adjetivo bolo, explica Wikipedia, se usaba como abreviación de "bolchevique".
También descubrí —es un decir—, que G. R. Singleton-Gates escribió en 1920 un libro basado en los testimonios del general de brigada británico Lionel Warren de Vere Sadleir-Jackson y el capitán Edward Altham titulado Bolos & Barishynas: being an account of the doings of the Sadleir-Jackson Brigade, and Altham Flotilla, on the North Dvina during the summer, 1919. En el libro, que se puede leer íntegramente en Internet aquí, Singleton-Gates describe la campaña de una brigada británica, en apoyo a los rusos blancos y en contra del Ejército Rojo en 1919. Es una lectura imprescindible para los interesados en el tema.
Curiosamente, Singleton-Gates usa el adjetivo "bolo" cien veces en su libro, pero nunca aclara —aunque se hace evidente a partir de la lectura— que significa "bolchevique". Ese detalle hace suponer que llamar "bolos" a los rusos comunistas era tan habitual en el Londres de 1920 que no era necesario aclarar el significado del término.
Sospecho que los cubanos deberíamos abstenernos de reclamar la invención del vocablo. Sin embargo, aún podremos enorgullecernos de la viva imaginación de nuestros intelectuales, que pueden explicar cualquier cosa sin el farragoso trámite de pasarse media hora investigando el origen de un término en Internet.