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Tuesday, June 15, 2010

Táctica y estrategia

La isla filipina de Mindanao será siempre la Gran Molucas para este nostálgico lector de Salgari. Por esos mares navegó Sandokan acompañado de Yánez y Tremal-Naik, para desgracia de los colonizadores británicos y divertimento infinito de mi infancia.

A pesar de que su nombre quiere decir "Tierra prometida", Mindanao no está habitada por el pueblo elegido. En la parte suroccidental de la isla se encuentra la región de Bangsamoro o Moroland, es decir, el "país de los moros". Esos moros son musulmanes, por supuesto, y desde los tiempos de Sandokan y Tremal-Naik se han querido independizar sucesivamente de España, Estados Unidos y Filipinas con infinita constancia y no menos infinitos fracasos.

Resulta que los moros tienen ahora dos grupos separatistas, que es como se les dice a los independentistas cuando se los quiere ningunear. Por un lado están los del Frente de Liberación Nacional Moro, cuya banderita pueden ver más arriba, y el grupo Abu Sayaf, que es el que nos ocupa en este post.

Son los muchachos de Abu Sayaf, separatistas de pura cepa, los que han logrado una plena identificación de la táctica y la estrategia. (Lo siento por los que esperaban que iba a hablar de Benedetti, primero me haría separatista moro.) Resulta que a esos chicos no les ha ido bien últimamente. En la segunda quincena de febrero, que es la más corta del año, el Ejército filipino dio muerte a su líder, Albader Parad, junto a otros tres "abusayafitas". Nos cuenta El País que el "teniente general Ben Dolorfino ha asegurado que el cadáver de Parad, por cuya captura Estados Unidos ofrece una recompensa de un millón de dólares, fue identificado por cuatro ciudadanos". Y si lo dice un teniente general de apellido Dolorfino, el cuento tiene que ser cierto, ¿no?

Además, el general que dirigió la operación afirmó que "sus tropas se enfrentaron a más de 50 militantes entre los que considera 'posible' que 'a juzgar por las armas incautadas' se encontraran algunos líderes prominentes de Abu Sayaf". ¿Que cómo se llamaba el general? Rustico Guerrero. Si ya creen que les estoy tomando el pelo, consulten el artículo de El País, caray.

Pues bien, esa muerte de su líder Albader Parad a manos de Dolorfino y el Rustico Guerrero no les podía caer nada bien a los muchachos de Abu Sayaf. [Me imagino que Mr. Parad les dijo: "Parad, deteneos", pero Dolorfino y el muy Rustico Guerrero hicieron caso omiso del occiso.] ¿Y que hacen los separatistas de Abu Sayaf cuando tienen un dolor grueso como el que les causó Dolorfino? Pues separan, que para eso son separatistas.

Por ejemplo, nos contaba ayer el New York Times que los "abusayafitas" secuestraron a tres pobres leñadores y, para dejar en claro su disgusto, los decapitaron. Evidentemente, estos muchachos tienen pasión por separar, y mientras no puedan separar su Morolandia de las Filipinas, le separan la cabeza del tronco a cuando leñador despistado se encuentren en esos bosques. Eso me parece una perfecta conjunción de táctica y estrategia, aunque podría llevar a algún malpensado a decir que esos muchachitos no son más que una banda de asesinos...

Por otra parte, hay que reconocer que los filipinos tienen una gracia para poner nombres que ya quisieran para sí los idiotas que acaban de ponerle "Mayabeque" a una provincia de Cuba. El bosque tan mal usado por los separatistas decapitadores se llama Maluso. Y la teniente del Ejército que dio la noticia se llama Stefanni Cacho. Me imagino que el Rustico Guerrero pensó, "si se trata de cachos de seres humanos, que dé la noticia la Cacho".

No debe ser nada fino el dolor de vivir en la muy rústica Morolandia en estos días, digo yo.

¿Y a qué viene todo esto, dirá el lector? ¿Por qué habla este de filipinos y moros y el Tigre de Malasia? Bueno, es que me había prometido escribir un post en estos días mundialistas sin mencionar las malditas vuvuzelas... ¡y estuve a punto de lograrlo!

2 comments:

  1. Uh, las putas vuvuzelas! Perdón por el exabrupto. Buenos días.

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  2. Y yo que pensé que era el poema de Benedtti!

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