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Saturday, August 7, 2010

El demócrata contra el Cardenal

El nuevo demócrata no fue siempre demócrata, ni el Cardenal fue siempre cardenal...

Los padres del nuevo demócrata, allá por los sesenta, eran unos muchachos entusiastas que apoyaban la Revolución. "Estaban con el proceso", vamos, eran de los que gritaban aquello de que "si Fidel es comunista, que me pongan en la lista". Por esa época, el Cardenal —que aún no era cura ni cardenal— estudiaba en un frío seminario canadiense.

En el verano del 64, mientras los padres de nuestro demócrata inauguraban apartamento en el reparto Pastorita y parían a los futuros demócratas, el futuro cardenal regresaba a Cuba y era ordenado sacerdote, o "cura", como ya decían despectivamente los padres de nuestro demócrata de hoy.

El futuro cardenal se fue a trabajar a pueblos ignotos de Matanzas, entre la burla y la persecución de los afiebrados revolucionarios del momento. Nuestro demócrata era muy chiquitico en esa época y no se acuerda, pero sus padres participaban con entusiasmo en los abusos contra el cura y sus feligreses.

Dos años más tarde, en la época en que los padres de nuestro demócrata se hiceron miembros del partido y consiguieron su primer ascenso en el trabajo, el futuro cardenal, que era por entonces el cura más popular de Matanzas, fue enviado a los campos de concentración —sí, los campos de concentración— de la UMAP. Los padres de nuestro demócrata redoblaban mientras tanto su apoyo a la Revolución.

Para 1970 el futuro cardenal había salido del campo de concentración —donde celebraba la misa clandestinamente usando un jarro de aluminio como cáliz— y estaba de vuelta en Matanzas. Ahora celebraba la misa en medio de las congas que organizaban en el parque los padres del futuro demócrata (o sus "compañeros") para impedir a los católicos escuchar la ceremonia. El futuro demócrata comenzaba ya a ir a la escuela. Sus padres le habían advertido que no se juntara con los calambucos (los católicos y los testigos de Jehová), porque esa gente sólo podía traerle problemas.

El consejo tomó especial significado después del Primer Congreso de Educación y Cultura, en la primavera del 71. El futuro demócrata vio como desaparecían de su escuela los maestros que iban a la iglesia o eran "flojitos". Fue una lección que nunca olvidaría. El futuro cardenal, allá en Matanzas, trataba inútilmente de defender a los jóvenes de su parroquia a los que no habían dejado entrar a estudiar psicología, periodismo, filosofía y diez o doce carreras más por el imperdonable pecado de ir a la iglesia los domingos. Los padres de nuestro futuro demócrata, mientras tanto, aplaudían a rabiar cada discurso de Fidel contra esas "lacras sociales" que eran los curas y los católicos. El futuro demócrata recitaba ya en la escuela sus primieros poemas revolucionarios en la Jornada Ideológica Camilo-Che.

En 1980, el futuro demócrata estaba en la secundaria o el preuniversitario, y el futuro cardenal era obispo de Pinar del Río. Cuando llegó el Mariel, nuestro futuro demócrata, siguiendo otra vez los consejos de sus padres, pateó, escupió y persiguió a su mejor amigo que se iba por el Mariel. Se justificó pensando que su (ahora ex) mejor amigo era enemigo del progreso social, no amaba a su pueblo y hasta parecía ser "flojito". "En el fondo —se decía— los compañeros del Minint que han organizado todo esto saben bien por qué lo hacen". El futuro cardenal protegía en su casa a los aspirantes a exiliados que eran pateados por las turbas comunistas en los alrededores de su iglesia.

A principio de los ochenta el futuro cardenal fue nombrado arzobispo de La Habana. El futuro demócrata, gracias a los méritos revolucionarios (la pateadura que le dio a su ex mejor amigo), consiguió irse a estudiar a Moscú, a Praga, al Berlín que tenía un muro para que nadie se escapara. A fines de la década el futuro demócrata —después de regresar a Cuba quizás— se dio cuenta de que el comunismo no tenía futuro y se consiguió un pasaje a Miami, a Barcelona, a New York, a Roma o a Santiago de Chile y en ese vuelo decisivo se hizo un demócrata de pura cepa. El futuro cardenal, a punto ya de ser definitivamente cardenal, recibía en su oficina a los parientes de Fidel que iban a aclararle en esa época que ellos "nunca se habían metido en nada".

A mediados de los noventa, a uno lo hicieron finalmente cardenal, y el otro, finalmente comenzó a "ejercer" como demócrata.

Hoy en día, el Cardenal trata de que le den menos palos a las Damas de Blanco, que Fariñas no se muera, que la madre de Zapata sobreviva. El demócrata, desde New York o Barcelona, Union City o Santiago de Chile, está lívido de indignación. Por eso grita, desde su blog o su periódico, para denunciar a ese horrible Cardenal que no lucha con suficiente gallardía por la libertad de Cuba, que no se enfrenta con verdadera pasión al castrismo que el demócrata denuncia. ¿Por qué el demócrata odia al Cardenal? Por ser un enemigo del progreso social, por no amar a su pueblo, por parecer "flojito". Por los mismos crímenes, en fin, que un día lo hicieron patear, escupir y acosar a su mejor amigo allá en secundaria.

Nuestro demócrata conserva lo mejor de su educación revolucionaria, lo mejor que le enseñaron sus padres: ese fervor que le quema las entrañas cuando se trata de defender lo que más le conviene. Y esos demócratas son numerosos, como numerosas son las razones para confiar en el futuro de su patria...

22 comments:

  1. Y que tal, por casualidad esos democratas que estudiaron en la URSS y ahora viven en españa son blogueros todos? Escriben, algunos para un Diario sobre Cuba?
    ISABEL

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  2. "El futuro demócrata... consiguió irse a estudiar a Moscú... A fines de la década el futuro demócrata —después de regresar a Cuba quizás— se dio cuenta de que el comunismo no tenía futuro y se consiguió un pasaje a Miami, a Barcelona..."

    CANDELA.
    Y UNA VEZ ALLI RECOMIENDAN EL BLOG DE TERSITES!

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  3. En realidad, y doy fe de ello, son precisamente los católicos de vieja data que nunca simularon adhesión al castrismo ni abjuraron de su fe, incluyendo a prestigiosos laicos y sacerdotes, los que están más molestos viendo al cardenal convertido en vocero del régimen castrista.

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  4. otro que ama al cardenal y odia a los democratas.

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  5. Articulo interesante.., pero veamos lo que dice el Blog Religion en Revolucion:
    Es que con frecuencia encontramos el traído asunto de que la Iglesia en Cuba es chantajeada, es la Iglesia católica la que es mangoneada quien sabe a partir de que mecanismos oscuros, porque como dice este escritor: “es la que se le sabe más”. ¿A las otras, se les sabe menos? Los tales argumentos no tienen validez hasta tanto no se conozca con detalle que es lo que se quiere decir con esto de un “chantaje” y de “que le saben algo”. Esto me recuerda aquella canción que dice: “yo sé que tu sabes que yo sé”.

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  6. Buen articulo, by the way. Me encantó. Besitos. Isa

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  7. Gracias a Isabel Alfonso por recomendar este texto. Me sume a una de las comunidades religiosas cubanas en mis veinte viniendo de una familia partida en dos, con la mitad viviendo en el exilio y la otra apoyando al gobierno pero conoci a personas que habian vivido experiencias parecidas a las del Cardenal. Por ellos solo tengo respeto, por su paciencia en construir una cultura de tolerancia sin ser cruzados de ninguna causa. Creo que hay alguna caricatura lamentable en el escrito (Hubo partidarios del gobierno que nunca dejaron de escribirse con sus familiares fuera de Cuba, nunca aprobaron la represion contra los religiosos, y criticaron los actos de repudio. Personas decentes ha habido en todos los bandos de la politica cubana. Nunca se olvide que Manach dejo mucha de su memorabilia martiana a Marinello) pero la idea fundamental del articulo es valida. Adoptar una etica democratica no es cambiar de intransigencias.

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  8. Esto encaja como anillo al dedo a Jorge Ferrer y su bloguito de mierda El Tono de la Voz, que mantiene desde Barcelona. Mas intelectual y democrata que nadie.

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  9. A JF, Anonymous 8:59, Anonymous 3:01, Popeye, Juana, Mickey, y a todos en general: Muchas gracias por leer y comentar.

    Anonymous 2:35: Que esas personas recomienden un post que algunos, erróneamente, podrían considerar crítico contra ellas, me parece una muestra de generosidad y espíritu democráctico.

    Anonymous 8:54: Hay opiniones divergentes sobre el Cardenal Ortega en todos los grupos, como es normal en esta vida, donde lo único que no se puede creer es que un grupo grande de personas piensen exactamente igual.

    Isa: No hablo de nadie, hablo de una actitud, de críticas extremas al Cardenal que me parecen desmedidas y de tono inaceptable. Todos de vez en cuando condescendemos al extremismo, y trato de que la gente vea la viga en el ojo propio... pero no estoy condenando a ninguna persona, porque no me atrevo a juzgar —o a dudar de— la sinceridad de nadie. Gracias por tus comentarios.

    Anonymous 5:42: Como es normal, discrepo a veces de Jorge Ferrer, coincido con él con mucha más frecuencia, y leo con gusto y admiración su blog cada día. De ninguna manera me refiero a personas concretas en este post. Hablo de actitudes que todos, de vez en cuando asuminos. Las críticas al Cardenal en algunos blogs últimamente, por el tono irrespetuoso y la estridencia, parecen más un acto de repudio que una crítica. Es eso lo que me parece inaceptable.

    Una vez más, gracias a todos por leer y comentar. Y gracias a Penúltimos Días por "enlazar".

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  10. Señor, mis respetos. Gracias.

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  11. Ya lo sé. No digo que lo haga usted, mi querido Tersites. Lo hago yo! Gracias!

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  12. Apreciado amigo, gracias por tener la valentia de desenmascarar a los democratas de turno.

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  13. Tersites, ¡qué post tan bueno! Todos mis respetos para tí, pues sé que eres católico. Gracias por tener la valentía de exponernos la situación de esta forma que no recurre a la vulgaridad. Como bien dices, señala la viga, la intolerancia de la que hacemos gala con tanta frecuencia en nuestro propio ojo. ¡Ah, nuestro pueblo y sus pasiones desmedidas! Tan cargado de emociones encontradas siempre... Un abrazo para tí en estos, los últimos días del verano.

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  14. Yo soy testigo de lo que ahí se dice: lo vi y lo viví en carne propia. Por suerte, me tocó estár en el lado contrario al "nuevo demócrata". Todavía me quedan heridas, las llevo como una condecoración silenciosa, aprendí a no continuar sangrando por ellas y cada día pido a Dios que elimine mis rencores. No puedo decir que estoy curado del todo, pero cada día Dios me da lo suficiente como para considerarme un afortunado (a pesar de todo).

    Ahora intento aprender a escuchar a los demás sin y a discriminar entre lo bueno y lo malo sin condenar a las personas.

    No me siento un demócrata porque no creo en la democracia que todo lo permite y que también, históricamente, separa en castas y grupos a las personas: los triunfadores y los no triunfadores. Pero sí me siento un humanista cristiano. Jesucristo no era un demócrata, sino un humanista incondicional (en el buen sentido de la palabra y sin ánimo de cometer errores teológicos).

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  15. Que VIVA el Cardenal Jaime Ortega y Alamino por ser un verdadero CRISTIANO

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  16. cuanta basura hablan del cardenal , un pricipe de la iglesia . . pena deberian de darle . por eso que entre los cubanos no puede haber reconciliacion . yo los mandara a todos los de aca a fidel paARA QUE LOS PONGAN A PICAR CANA A LAS 12 DEL DIA Y SIN AGUA , POR HABLA BASURA . PONGANSE A TRABAJAR . YO CONOZCO A JAIME Y NO VALE LA PENA EXPLICARLES . UDS SON BRUTOS ..

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