Foto: Tersites Domilo |
"...el baño en el Contramaestre: la caricia del agua que corre; la seda del agua", anotaba en su Diario el día 15 de mayo. Dos días más tarde, escribe: "Está muy turbia el agua crecida del Contramaestre". Es la penúltima oración de su Diario. Más turbia se pondría el agua dos días después.
La estatua del Parque Central de Nueva York, de la escultora norteamericana Anna Vaughn Hyatt Huntington, lo muestra en el momento mismo del balazo. Hay una exquista incongruencia en este señor que va a caballo vestido de abogado, que no parece tener arma alguna en medio de la guerra, que no se sabe si cabalga o si se está cayendo de su caballo relinchante.
Es habitual escuchar elogios a Anna Vaughn por haber logrado congelar a Martí en ese momento último de su vida, ese primer momento de su larga muerte. La estatua sugiere también otra idea: la de un país, la de una narrativa que quedó petrificada en ese momento, que nunca logró caer ni cabalgar tras el balazo. No es Martí muriente quien habita ese bronce: somos nosotros, un pueblo que no logra arrancar sus ojos del suceso. Es como si la historia de Cuba hubiese estado destinada a ahogarse, con inmovilidad de estatua, en el agua turbia del Contramaestre.
Si, ahogados en el agua turbia del Contramaestre, en el bronce de algunas estatuas.
ReplyDeleteUn abrazo
Bello texto que arrastra terrible verdad en sus aguas, más límpidas que las del Contramaestre el 17 de mayo de 1895.
ReplyDeleteFue asesinado por la intolerancia no solo del español que se resistía aceptar la mayoría de edad del cubano, sino de los suyos que ni lo aceptaron, ni lo intuyeron porque NO era un guerrero entre los hombres, sino un hombre de paz, de ideas, de principios, en el bando de los que aman y construyen,...
ReplyDeleteUna persona de tales quilates, se les teme, por eso le dieron grados militares para ponerlo por debajo de los que solo conocían la lucha armada,... Martí NO temía a ningún gigante, ni a los Imperios, Martí es un Hombre de ideas libertarias,...
Estuvo entre nosotros y no le percibimos la grandeza de este Apostol, por la mezquindad, la envidia y el odio de los hombres,... Nunca quiso ser cacique, sino servir de cara al sol a los cubanos,... Todaví HOY es temido por muchos, confundido por otros para enfangarlo en el sucio mensaje comunista,...
Muy cinetico esta reseña, que tiene la pasion contenida, y sugerida para un lector sagaz!. Todo lo que se escriba bueno sobre Marti, me parece encomiable, "ese misterio que nos acompaña", como dice Jose Lezama Lima; el mas puro, el mas alto, el primero de todos los cubanos.
ReplyDeletelindo, bueno
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