Al día siguiente me di cuenta de lo que había sucedido realmente. Hace tres semanas, un día que había colgado como doce cosas distintas, decidí borrarlo de mi muro. Así de simple. Me imagino que es lo que hace todo el mundo. Llega el momento en que uno dice, "¿Y quién demonios se cree este tipo que es?", y lo borra del muro.
El asunto me hizo recordar una tierna anécdota de Stalin. (Casi todas las anécdotas de Stalin son tiernas.) Cuenta Nikita Kruschov en sus memorias (Khrushchev Remembers, Little, Brown and Company, 1974), que en los últimos años de su vida, Stalin invitaba casi todas las noches a los miembros del Politburó a cenar en su dacha de Kuntsevo. (Como las ofertas de Vito Corleone, esas invitaciones no se podían rechazar.)
A las cenas seguían largas veladas de vodka y conversación que a veces terminaban en grotescas escenas donde los líderes del proletariado mundial competían a ver quién podía disparar los pedos más olorosos o Stalin ordenaba al porcino Kruschov que bailara un jopak para burlarse de él. Nikita se daba cuenta de lo humillante de la situación pero, como él mismo dice en las memorias, “cuando Stalin te dice que bailes el jopak, tú bailas el jopak”.
But I digress... Nikita dice que, cuando no le daba por soltar pedos o hacerlo bailar, Stalin podía ser un borracho melancólico. Se ponía a hablar de los tiempos de la Guerra Civil, de su exilio en Siberia... De vez en cuando, les preguntaba: "¿Y qué fue de Fulanovich? Hace años que no lo veo..." Muchas veces el Fulanovich en cuestión había sido fusilado por órdenes de Stalin. (Es una de las desventajas de asesinar a veinte millones de personas, que uno no puede acordarse después de a quién mató y a quién no.) El asunto era sumamente embarozoso para los presentes. Alguien tenía al fin que decirle: "Iosif Vissarianovich, a Fulanovich lo fusilaron en el 37 por ser espía británico."
Bueno, uno en Facebook se vuelve un Stalin virtual. En lugar de borrar a la gente de la historia poniéndolas contra un muro para fusilarlas, lo que hace es borrarlas del muro. Al que molesta mucho se le declara "enemigo del pueblo" y se le destierra a esa Siberia que se llama "Hide All By". Y aprietas el botoncito y se acabó. Y dos semanas, o dos años después, se pregunta uno como Stalin, "¿Y qué habrá sido de Fulanovich que ya no cuelga nada en el muro?"
Y uno se va dando cuenta de que en la vida real, ésa que está fuera de Facebook, también es así. Llega el momento en que todas las amistades son una carga, además de una bendición. Y cuando la carga supera las bendiciones... ¡a Siberia!
Nos creemos mejores que Stalin porque sólo desterramos a la gente en Facebook, o porque sólo dejamos de contestarles el teléfono cuando molestan demasiado. Quién sabe de qué seríamos capaces si tuviéramos el poder absoluto del zar comunista. Si algo me ha enseñado Facebook es que somos pequeños Stalin a los que sólo nos falta tener a nuestras órdenes a los esbirros del KGB. Lo único que nos salva es nuestra mediocridad.
Notificación: Los lectores que hagan comentarios discrepantes sobre este post serán declarados enemigos del pueblo. Y sin son amigos míos en Facebook...
Buenísimo post. Una genialidad. Qué lumbrera que es usted. Lo encuentro magnífico!!!!!!!
ReplyDeleteAnonymous:
ReplyDeleteGracias. Evidentemente, Ud. no será declarado(a) enenmigo del pueblo.
Tersites
Uy, si supiera usted la cantidad de Fulanovichs a los que me he escabechado yo... no sólo en el FB, sino también el 'chuirer'
ReplyDeleteSalud, señor. Se le extraña...
Ea, lo he considerado divertido, interesante y majo, que no quiero que me "siberies". Genial, profe, aunque me cueste decirlo. :P
ReplyDeleteLaura: Gracias por la visita, la lectura, el comentario... "Mi blog es tu blog", como dice alguna gente por ahí. Es cierto que "Chuirer" también se puede estalinizar... las posibilidades son infinitas.
ReplyDeleteSandra: No te "siberiaré", pues entonces tendría que decir que estás "siberiada" y la gente comenzaría a confundirte con la película de Nikita Mijalkov. (Te la recomiendo, dura 4 horas y 35 minutos nada más.) Gracias.