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Tuesday, April 19, 2011

Un congreso para elegir a Judas

El beso de Judas, Giotto
Quizás la única noticia que pudiera producir el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba sería el nombre del nuevo Segundo Secretario del Comité Central. Fidel Castro ha anunciado que no seguirá siendo Primer Secretario. Se sabe que su hermano Raúl ocupará ese cargo. Pero, ¿quién sustituirá a Raúl Castro como heredero?

La misma pregunta se hacían muchos hace tres años cuando tocó elegir al sucesor del Raúl Castro como Vicepresidente Primero del Consejo de Estado. La respuesta fue devastadora: José Ramón Machado Ventura, un médico de apellidos infelices, y un hombre en quien el adjetivo "gris" se vuelve piropo. Y además, un señor casi octogenario en ese momento (que ya perdió el "casi"). El mensaje era claro: Quienes deciden esas cosas en Cuba no querían ni pensar en la sucesión. La coda de ese culebrón soso fue la defenestración de otro médico también calvo y gris, pero con menos edad y más afición a elucubrar sucesiones.

¿Qué pasará hoy? Parece haber cuatro posibilidades:


1. La solución onírica: Eliminar el cargo de "Segundo Secretario del Comité Central" y evitar nombrar a nadie como "sucesor oficial". En realidad, sólo en el Partido Comunista de Cuba ha existido ese cargo, hecho a la medida para Raúl Castro. Eliminar el puesto de segundo al mando sería la evasión más radical del tema —de la realidad— de la sucesión. “Après moi le déluge”, sería el mensaje.


2. La solución estalinista: Nombrar a uno de los ancianos canónicos, como se hizo con el cargo de 
Vicepresidente Primero del Consejo de Estado. Sería otra muestra de que el grupo de octogenarios a cargo del país no quiere, no puede o no le interesa pensar en la sucesión que necesariamente llegará en pocos años. Si este fuera el caso —y yo, que soy pesimista, lo espero—, creo que el elegido sería el Comandante de la Revolución y ex ministro del Interior Ramiro Valdés. Al fin y al cabo, Lavrenti Beria fue el sucesor inmediato de Stalin, y los revolucionarios suelen ser muy tradicionalistas. 


3. La solución dinástica. Elegir a un miembro del clan familiar —preferiblemente uno de los yernos, sin la incomodidad del apellido dinástico— como Segundo Secretario. E
n ciertas formas de gobierno, el vicio dinástico se debe disfrazar de meritocracia. Pero en ciertas formas de gobierno, donde lo institucional es escenografía, la única confianza radica en los vínculos de sangre. ¿Habrá alguien de la familia en quien confíen tanto?


4. La solución partidista. Nombrar un a
pparatchik cincuentón, radical, gris y absolutamente leal. El plan en ese caso sería chino: pasar del fundador carismático a una dirección colegiada. La diferencia es que los acutales dirigentes esperarían que este camarada radical no siga el modelo chino sino que les muestre aquello que Quevedo nombraba en el soneto: "Amor constante más allá de la muerte".


Los señores que rigen los destinos de Cuba hoy saben que ese apparatchik será un traidor. Al principio hará unos discursos furibundos, dirá exactamente lo que sus ancianos padrinos quieran escuchar pero, ¿qué hará cuando se quede solo en escena? Los traicionará. Los abandonará para rendir tributo a una amante imperiosa: la realidad.


El mejor ejemplo de esta estirpe es el rey Juan Carlos de España. Franco lo hizo jurar una y mil veces que mantendría el franquismo intacto. Juan Carlos, obsecuente, lo complació hasta el mismísimo día de su muerte. Franco se fue a su tumba de faraón convencido de que todo estaba "atado, y bien atado". Al otro día del entierro, Juan Carlos comenzó a traicionarlo. Judas podría haber sido su nombre. Y España jamás terminará de agradecerle esa traición ejemplar.


Jorge Luis Borges en su relato "Tres versiones de Judas" expone una antigua herejía según la cual Judas Iscariote, el traidor, es el personaje esencial de la redención, pues es quien la hace posible. Y además —dicen esos herejes—, lo hace sin reclamar para sí ningún mérito, sino el escarnio eterno. Según esa tesis, el sacrificio más grande es el de Judas, por lo que debe ser considerado el verdadero redentor. Este miércoles, en La Habana, quizás habrá un señor gris y radical, supuestamente fiel y de unos cincuenta años de edad, que se pasará el día en su casa de Miramar o el Vedado recibiendo visitas y llamadas por teléfono de ansiosos felicitadores. Ese día es también el Miércoles Santo, que en algunas iglesias orientales llaman el "Miércoles de Judas" o el "Miércoles del Traidor", pues fue el día en que Judas traicionó y fue premiado por traicionar a su Maestro. A lo mejor el elegido en La Habana se llame Juan Carlos, aunque su apellido no sea Borbón ni Iscariote. Dios dirá.

1 comment:

  1. EXPLENDIDO ANALISIS SOBRE JUDAS Y COMO ANILLO AL DEDO PARA LA TEMATICA DEL GEDIATRICO-OCTAGENARIO PARTIDO- GOBIERNO DE CUBA QUE TIENE MAS 'ARRUGAS Y PELLEJOS' QUE UN ELEFANTE... HASTA QUE EDAD LLEGAN LOS ELEFANTES?
    ..SERIA UN PERIODO ESPERANZADOR?

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