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Tuesday, May 31, 2011

Fotos de un desfile (01)

Foto: Tersites Domilo, 2011
Uno se levanta y es el Día de Recordación, y vuelve a añorar el Alzheimer. ¿Cuándo celebraremos el Día del Olvido? Después de todo, quizás no es tan perversa esa costumbre americana de diluir a los héroes en los "Memorial Weekend Specials" que anunciaban las tiendas esta semana. 

El más pequeño de los hijos va a desfilar con su equipo de pelota, de modo que nos levantamos todos y vamos al desfile. Haber nacido en cierta isla y en cierta década lo hace a uno estar vacunado contra todos los desfiles. (Uno recuerda a Milan Kundera hablando de la repugnante alegría del ser en el desfile del Primero de Mayo.) Pero el benjamín de la familia no puede hacer quedar mal a su equipo. De modo que allá vamos, y cargo con la cámara.


De pronto, pasa esta muchacha minusválida. 
El señor que empuja su carrito, un catequista a quien saludo cada domingo, me ignora: sólo la mira a ella con arrobo. Pero ella me mira a mí en el momento mismo en que voy a hacer la foto y me saluda agitando su bandera americana. Avergonzado, aprieto el obsturador. 

Recuerdo de pronto a otra chica minusválida en otro desfile el mes pasado, allá en La Habana. Otro detalle que proclama —cuando quisiera también olvidarlo— que todos los desfiles son el mismo, el único desfile de los entusiastas.


Foto: Tersites Domilo, 2011
Pasa después el líder de una tropa de Boy Scouts. Lo veo a través de la lente y temo que en cualquier instante levante la mano y comience a gritar "Sieg Heil!, Sieg Heil!" Pero el señor pasa en silencio al frente de su tropa sin dar chillidos germanos de salve a la victoria.

Uno se pregunta, sin embargo, quién sería él en otra década, en una ciudad de Alemania, por ejemplo. Quien ha vivido ciertos experimentos se pregunta cómo se comportaría cada quien si le pideran que pateara al que se sienta a su lado en la escuela, si le ordenaran espiar a los vecinos o delatar a los amigos como un deber patriótico. 

Y sin embargo, este señor no ha hecho nada que debiera ofenderme, y nadie debería reprocharle ser rubio, tener treinta libras de más, llevar el pelo muy, muy corto, o desfilar con un uniforme que recuerda al de los camisas pardas. Dos o tres coincidencias no deberían inquietar a nadie.

Foto: Tersites Domilo, 2011

Después pasa la banda, en filas y marchando. Tocan una música vagamente marcial, como si estuvieran invitando a alguien a irse a la guerra. Porque es eso: cada muestra de gratitud por quien murió oliendo pólvora y lodo es una invitación, una validación de lo que hicieron. Y ante ese homenaje, podría parecer una señal de ingratitud buscar matices, pensar dos veces, preguntarse. 

Thursday, May 26, 2011

Las cuentas claras

Sin título, 1989. Óleo sobre cartulina. Jorge Báez

Hoy hace un año que puse un contador de visitas en este blog. Indica unas 14 600 visitas, es decir, exactamente 40 por día. Ese es un número engañoso: si descontamos las veces que entré yo antes de saber cómo excluir mis visitas de la cuenta, la cifra sería quizás 30 visitas al día, o menos.

Ahora bien, hay que tomar en cuenta que uno de mis post llevaba por título "Las bellas tetas de Marina Abramovic". Ese post es uno de los que más visitas recibe. Al principio pensé que se trataba de un alza súbita en la popularidad del arte conceptual o el efecto de mi 'agudeza' como crítico de arte. Después descubrí que las palabras de búsqueda que llevaban a tanta gente al post eran "bellas tetas". Me disculpo con esas personas. Debe ser una lata estar buscando pornografía en Internet y caer en el blog de un tipo que no tiene nada mejor que hacer que hablar de arte conceptual. De veras lo siento.

Si descontamos pues, las bellas tetas de Marina —por duro que sea—, llegaríamos a la conclusión de que no son 40, ni 30, las visitas, sino más bien diez o doce. Si descontamos a mi familia inmediata, quedarían —creo yo— unas seis personas que entran "voluntariamente" cada día. (Ustedes saben quiénes son.) Esa cantidad me parece exorbitante. Si le dijera a mi madre que diariamente entran seis personas a mi blog se moriría de la risa y diría: "Mira que hay gente extraña en este mundo."

He leído muchos consejos sobre cómo escribir un blog. Yo he seguido uno, casi sin darme cuenta: escribir de lo que me dé la gana, cuando tengo tiempo y ganas. Bueno, y he tratado de que las oraciones estén bien escritas. A varias personas, creo que son seis, eso les ha bastado. Les digo aquello que decían los horribles restaurantes estatales de nuestra juventud: "Gracias por su visita. La Admón".

Sunday, May 22, 2011

¡Viva cubalibre!

Uno se levanta y es 20 de mayo y se acuerda de la República. Carajo, cómo se demora el maldito Alzheimer, dice uno desolado para sus adentros. 

Uno tiene un dolor más o menos inaguantable en la parte izquierda de la cara, regalo de su dentista cubano y hebreo angloparlante, pero uno, de todas formas, piensa en la República. Es 20 de mayo, cubano, hay que pensar en la República. Y entonces uno ve a Máximo Gómez dándole la mano a todo el mundo hasta que se cansa y da la espalda y se muere. Hemos llegado, dice el dominicano, y uno piensa qué le habrán echado en el mangú esa mañana o qué sabría de partidas o llegadas ese señor de malas pulgas. Porque es de suponer que sólo sabría de campamentos después de tantos años, y uno se acuerda de Martí, claro, general, un pueblo no se funda... ¿Y quién le habrá dicho al abogado cómo se fundaba nada?


Uno piensa en las dos intervenciones, en Estrada Palma que iba a Palacio montado en su tranvía, con su bigote almidonado y la perversión gringa y protestante del ahorro, y en Menocal, que según decía su biznieto aceptó de mala gana dar la "brava" para que no volvieran los americanos, muchacho, tú no te imaginas, y en el Chino Zayas escribiendo poemitas modernistas y estatuas de mármol, y en Machado, repartiendo palillos de dientes a los horrorizados comensales tras una cena en un restaurante de lujo en el New York de 1918. 


Y uno ve luego a Tony Guiteras con la rayita al medio disparando y a Capablanca templando rusas frívolas (pero no frías, es de imaginar). Y uno ve a Lorca entrando en casa de Dulce María, que anda la pobre —la rica—, como siempre, sin brassiere, y que, por supuesto, no logra interesar a Lorca en esos senos saltarines, gacelas son tus senos en la llanura de Galaad, verde que te quiero verde. Uno va y se toma un Motrin de 600 miligramos, se pone hielo en la quijada izquierda, se prepara un cubalibre patriótico con el hielo que sobra, ¡viva cubalibre!, y piensa en el Diario de la Marina, ¡fusilen a los estudiantes, joder!, Sones para turistas, mulato, las guayaberas de hilo, los espejuelos calobares, el centenario... y empieza uno a ver fuegos artificiales sobre el traje blanco del drill cien de Fulgencio el Taquígrafo. 

Uno se acuerda de la firma de su abuelo en una página de los "Cincuenta años de poesía cubana" que Cintio escogió antes del sarampión. Uno rememora a Hemingway borracho al final del mostrador de El Floridita, el Premio Nobel en El Cobre y el besito a la bandera en el aeropuerto, que no lo repito, que es muy sincero, y entonces Batista se toma el vaso de agua en la foto de Bohemia, porque esa carrerita hasta la posta de Columbia da una sed tremenda, inaplazable, éste es el hombre, decían los comunistas del 40, y el hombre se toma el agua toda como si fuera una isla diminuta, y el Benny se fuma su marihuana y llega tarde a todo como Marilyn... y canta Santa Isabel de las Lajas, y esa es toda la suerte que nos queda, cubano, invítame a un trago, me decía Argilio que el Benny le dijo en El Martillo de Bejucal en 1961... cuando ya la marihuana estaba a punto de acabarse —de acabarlo— como se había acabado la República.

Uno piensa que ya es hora de tomarse otro Motrin de 600 miligramos y piensa entonces en el Capitolio saqueado por la muchachada auténtica en 1933, vendiendo los libros de la biblioteca capitolina para comprar tragos, putas y marihuana. Y uno se acuerda de que el Capitolio está lleno de animales disecados. Y uno se pregunta si habrán disecado también a la República y la tendrán allí, con los ojos de vidrio y el culo apolillado, esperando tiempos mejores. Es hora de preparse un tercer cubalibre. 

Thursday, May 19, 2011

José Martí: el agua turbia

Foto: Tersites Domilo
Hoy, como cada 19 de mayo, Martí se nos muere de calor y plomo, de valor equívoco y tozudez patriota.

"...el baño en el Contramaestre: la caricia del agua que corre; la seda del agua", anotaba en su Diario el día 15 de mayo. Dos días más tarde, escribe: "Está muy turbia el agua crecida del Contramaestre". Es la penúltima oración de su Diario. Más turbia se pondría el agua dos días después.


La estatua del Parque Central de Nueva York, de la escultora norteamericana Anna Vaughn Hyatt Huntington, lo muestra en el momento mismo del balazo. Hay una exquista incongruencia en este señor que va a caballo vestido de abogado, que no parece tener arma alguna en medio de la guerra, que no se sabe si cabalga o si se está cayendo de su caballo relinchante.

Es habitual escuchar elogios a Anna Vaughn por haber logrado congelar a Martí en ese momento último de su vida, ese primer momento de su larga muerte. La estatua sugiere también otra idea: la de un país, la de una narrativa que quedó petrificada en ese momento, que nunca logró caer ni cabalgar tras el balazo. No es Martí muriente quien habita ese bronce: somos nosotros, un pueblo que no logra arrancar sus ojos del suceso. Es como si la historia de Cuba hubiese estado destinada a ahogarse, con inmovilidad de estatua, en el agua turbia del Contramaestre.

Monday, May 9, 2011

Las trampas de la ilusión

General de Ejército Raúl Castro Ruz,
Primer Secretario del Comité Central
del Partido Comunista de Cuba,
Presidente del Consejo de Estado y
Presidente del Consejo de Ministros
de la República de Cuba
Una persona bien informada sobre los asuntos de Cuba recientemente me dijo algo que me pareció sorprendente: "Raúl Castro realmente quiere separar las funciones del Partido Comunista y del Estado cubanos".

"¿De veras?", pensé. Es cierto que Raúl Castro mencionó algo así en el reciente Congreso del PCC. Pero uno tiene esa manía de consultar ciertos datos. Veamos qué ha pasado desde que él es la máxima figura del gobierno de Cuba...
  
•    6 de los 15 miembros del Buró Político del Partido Comunista de Cuba recién electo son a su vez miembros tanto del Consejo de Estado (rama legislativa) como del Consejo de Ministros (rama ejecutiva) de la república. Raúl Castro ocupa el cargo principal en las tres instituciones, y José R. Machado Ventura ocupa el segundo cargo más importante en las tres.

•    10 de los 15 miembros del Buró Político son a su vez miembros del Consejo de Estado.

•    7 de los 15 miembros del Buró Político son a su vez miembros del Consejo de Ministros.

•    Ricardo Alarcón no es miembro de los Consejos de Estado ni de Ministros pero es Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

•    Las únicas 2 personas —entre los 15 miembros del Buró Político del Partido Comunista— que no tienen altos cargos en las ramas legislativa y/o ejecutiva del gobierno son el general Ramón Espinosa Martín (Jefe del Ejército Oriental) y Mercedes López Acea (Primera Secretaria del PCC en la Ciudad de La Habana).

•    Todas estas personas han sido elegidas o designadas para ocupar estos cargos después de que Raúl Castro asumiera el liderazgo de cada una de las tres instituciones.

Aquí se puede ver un resumen. La lista es de los miembros del Buró Político. Los que aparecen en rojo son también miembros del Consejo de Estado. Los que aparecen subrayados son también miembros del Consejo de Ministros.

Raúl Castro Ruz
José Ramón Machado Ventura
Ramiro Valdés Menéndez
Abelardo Colomé Ibarra
Julio Casas Regueiro
Esteban Lazo Hernández
Ricardo Alarcón de Quesada
Miguel Díaz-Canel Bermúdez
Leopoldo Cintra Frías
Ramón Espinosa Martín
Álvaro López Miera
Salvador Valdés Mesa
Mercedes López Acea
Marino Murillo Jorge
Abdel Izquierdo Rodríguez

Ahora bien, queda el misterio, ¿cómo llegó esa persona a la conclusión de que Raúl Castro quiere separar las funciones del Partido Comunista de las del gobierno cubano? ¿Cuáles serán los datos en los que basa sus conclusiones? Me gustaría saberlo.

Friday, May 6, 2011

Un gramo de ternura para el terrorista muerto

La sangre parece un descuido de algún especialista en efectos especiales. Debe ser, definitivamente, falsa. Los cables muy bien podrían ser tubos de una sala de cuidados intensivos. No hay modo de explicar qué hacen en el suelo. La lata de leche condensada le da un carácter casero y dulzón a la escena. Las manchas de sangre de la cara no permiten hilvanar ninguna historia coherente para los minutos que precedieron a su muerte.

La mano parece haber sido colocada sobre el pecho por un fotógrafo perfeccionista, no por el azar de la agonía. Los ojos podrían ser los de un actor que se simula muerto. El paquetito blanco sería un condón que ya no frenará el flujo de ningún espermatozoide nadador y voluntarioso.


La pistola de agua, verde y anaranjada, permite adivinar a un niño jugando en esa misma habitación unos minutos antes. Permite imaginar también a una madre extenuada por los quehaceres diarios que se dice soñolienta: "Mañana la recojo en cuanto me levante". 


¿Habrá pensado esa madre en que el condón del sobrecito blanco evitaría la llegada de otro hijo de piel aceitunada que dejaría en cualquier esquina otra pistola de agua anaranjada y verde? ¿Estaría en ese instante tratando de convencer al hombre de tímido bigote para que se quitara el austero camisón blanco y se adentrara en ella?


¿Cuántas veces habrá lamentado este joven tener una barba tan rala, tan poco musulmana?


¿Cuántas veces habrá soñado este joven dinamitar la escuela donde estudian mis hijos? 

Obama y Osama: Muerto el perro, comenzó la rabia

Los americanos, definitivamente, ven demasiada televisión. Muerto Osama, comenzaron a gritar "¡U, S, A!, ¡U, S, A!". Pero han pasado más de tres días y el cadáver nada exquisito del carnicero saudita comienza a oler mal. Cosas veredes: En unos días más, querrán ajusticiar a Obama. Parece oportuno entonces aclarar ciertas nociones. (Asuma el lector que, delante de cada uno de los enunciados que siguen, está la palabra "probablemente", pues de no tengo certeza de lo que digo más allá de la que regala el sentido común.)

1. Los Navy SEALs no tuvieron nunca la intención de apresar a Bin Laden vivo, como nunca tuvieron intención alguna de tomar un té con él discutiendo los valores arquitectónicos de la mezquita de Córdoba. Fueron a matarlo como un perro. Y eso fue lo que hicieron.

2. No hay modo de justificar legalmente la entrada a otro país soberano, la realización de una operación militar, el asesinato de cuatro personas y el robo de computadoras, diversos equipos y un cadáver.

3. Si Bin Laden dio señales de rendirse, y los Navy SEALs lo asesinaron de todas maneras, ninguna de las normas comúnmente aceptadas en la guerra lo justificaría.

4. La decisión de matar a Osama bin Laden mediante la operación realizada el domingo fue no solo correcta, sino imperativa.

5. El método elegido fue horripilante, pero esencialmente correcto. Y perfectamente ejecutado. (Pun intended.)

Me imagino que los puntos 4 y 5 requieren justificación. Allá vamos.

Osama bin Laden fue el responsable de los ataques del 11 septiembre, donde murieron miles de ciudadanos de EE.UU. El horror de esas muertes, el horror de esas personas colgando de las columnas del Word Trade Center antes de lanzarse al vacío, marcó la historia de los EE.UU... como se marcan las reses con hierro candente.

Osama bin Laden fue responsable de varios miles de muertes más. (Algunos comentaristas indican que más de 20,000.) Y fue el arquitecto de una red terrorista internacional que ha causado innumerables muertes y daños materiales. Más allá de las razones que se puedan aducir para explicar sus actos —y serían muchas, y la política internacional de EE.UU. forma parte esencial de ellas—, Bin Laden era un enemigo implacable, amoral, sanguinario y eficaz, y una amenaza constante para los EE.UU. Para el presidente del país, dejar pasar la oportunidad de sacarlo de escena hubiese sido un acto irresponsable. [Por cierto, ya se divulga en las computadoras ocupadas en el asalto han hallado planes de ataque para el décimo aniversario de Septiembre 11.]

"Falling man", 11 de septiembre de 2001 
Si aceptamos que el deber de Obama era hacer todo lo posible por eliminarlo, quedan otras preguntas. ¿Por qué no ir "por los canales normales" y pedir su extradición a Pakistán? Bueno, se sabe que los servicios de inteligencia pakistaníes jamás hubiesen detenido y entregado a Osama bin Laden. (Las pruebas son conocidas y no hay que repetirlas.)

Y entonces, si había que sacarlo de escena, y había que violar las normas internacionales y entrar a Pakistán por la fuerza y capturarlo, ¿por qué no apresarlo? ¿Por qué ese asesinato al estilo de los Corleone? (Las fotos disponibles hasta ahora parecen indicar que se trató más de una ejecución que de una batalla.)

Enjuiciar a Osama bin Laden hubiese sido, desde el punto de vista jurídico, un laberinto imposible de salvar, como lo demuestran los casos —mucho menos complejos— de los prisioneros de Guantánamo. (Los detalles del asunto rebasan un simple post, pero son bastante claros y convincentes.)

Y políticamente hubiese sido inviable también. Primero porque hubiese ofrecido a Osama bin Laden el tiempo y los medios para proseguir su labor de patrón universal del terrorismo islámico, y segundo porque las propias violaciones del derecho internacional que el gobierno de los Estados Unidos ha cometido en Guantánamo harían imposible la conducción de un juicio aceptable para la opinión pública internacional. Y tercero porque Osama bin Laden era una persona suficientemente carismática —al menos para su audiencia natural: el mundo árabe e islámico— como para causar muchísimos males en los años de juicio y prisión. ¿Por qué habría que ofrecer esa carta al asesino de miles de estadounidenses? ¿No sería eso, desde el punto de vista del presidente de EE.UU., una irresponsabilidad?

Póngase el lector en el lugar del presidente Obama. Un asesor llega y le dice que saben dónde está Osama bin Laden. ¿De veras cree que podría hacer algo diferente? La decisión que tomó Obama tiene sus esquinas repugnantes, su olor a crimen, su sabor a sangre y a matanza. Pero fue la decisión correcta. Y hay que agradecerle que cargue en su conciencia con una decisión horrible de la que todos, incluso los que lo critican, nos beneficiamos.

Las quejas y las críticas que se oyen ahora son, por una parte, la reacción natural de cualquier persona ética y sensible ante hechos de dudosa moralidad, de evidente ilegalidad y de grotesca violencia. Pero esas críticas son también un síntoma de nuestra falta de entereza para aceptar que el mundo no es una película donde los actos de los buenos (y "los buenos" siempre somos "nosotros") no tienen resonancias malignas. ¿Quién dijo que la vida era una película donde el bueno se queda siempre al final con la muchacha de los ojos húmedos?

Thursday, May 5, 2011

Los desvelos de la Sra. Pillay

Liu Xiaoboen, Premio Nobel de la Paz 2010
Navanethem Pillay, popularmente conocida como "Navi" Pillay, es la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. La señora, nacida en Sudáfrica, provocó numerosas críticas el pasado mes de diciembre cuando decidió no asistir a la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz al disidente y preso político chino Liu Xiaoboen en Estocolmo. Que la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos no asista a la entrega del Premio Nobel de la Paz es como que el Papa se niegue a celebrar la misa de Navidad en el Vaticano. La prensa comentó en esa ocasión que la Sra. Pillay había cedido a las presiones del gobierno chino.

De modo que un hombre solo, que se enfrenta a uno de los gobiernos más poderosos y represivos de la Tierra para defender los derechos de sus conciudadanos, no merece la solidaridad de la Sra. Pillay. ¿Con quién entonces se solidarizaría esta mujer que ocupa el cargo más importante del planeta en relación con los derechos humanos?

Bueno, la Sra. Pillay, esta semana, finalmente encontró una causa que sí merece su simpatía. Según comentaba The New York Times ayer y reportaba la Associated Press, "Navi" Pillay ha pedido públicamente que el gobierno de los Estados Unidos ofrezca más detalles sobre la operación en que fueron ejecutados Osama bin Laden —terrorista responsable por más de diez mil muertes— y tres de sus secuaces. Lo que no deja dormir a "Navi" Pillay no es que Liu Xiaoboen se pudra ilegalmente en una cárcel china, sino que los Navy Seals hayan disparado contra Osama bin Laden si éste no les había disparado antes a ellos.

Y luego nos quejamos cuando algún redneck dice que las Naciones Unidas no es más que una banda de inútiles con placas diplómaticas en sus autos de lujo.

Monday, May 2, 2011

Un post viejo sobre Osama y Obama

Hace dos años colgué este post. Osama y Obama jugaron su partida de poker por veintiséis meses. Y Obama logró cazarlo antes de que Osama pudiese descarrilar su presidencia con un acto terrorista. Es una desgracia vivir en un mundo donde la muerte de alguien sea buena noticia. Pero jamás hubiese deseado el otro posible final de la partida.   


MONDAY, APRIL 6, 2009

Obama y Osama

El 17 de febrero pasado, sin mucha fanfarria, el Pentágono anunció que el presidente Obama había aprobado un incremento de 11,000 soldados para las fuerzas militares estadounidenses en Afganistán.

El 4 de abril, la OTAN aceptó —tras insistentes pedidos de la Administración Obama— enviar 3,000 soldados a Afganistán. El mismo despacho indicaba que la administración estadounidense había solicitado a la OTAN suministrar la misma cantidad de nuevas tropas que Estados Unidos se propone enviar a Afganistán este verano: 21,000 soldados. O sea, el presidente Obama aspira tener casi 60,000 soldados más en Afganistán para agosto. Nada mal para un político que hizo "su agosto" y su carrera a la presidencia denunciando el uso excesivo de la fuerza militar, y que el día de su victoria nos recordó “que la fuerza auténtica de nuestra nación procede no del poderío de nuestras armas ni de la magnitud de nuestra riqueza sino del poder duradero de nuestros ideales”.

[Al margen, reportes de prensa indican que las condiciones en la prisión de Guantánamo han empeorado desde la elección de Obama. Y el New York Times aseguraba hace dos días en un editorial (Did They Miss the Memo?) que a pesar de las enfáticas promesas de transparencia del actual presidente, la administración ha seguido la detestable tradición de secretismo que nos regalaron Bush y compañía. ¿Dónde estarán todos aquellos campeones del pacifismo, el respeto a los derechos humanos de los prisioneros y la transparencia gubernamental, que se rasgaban las vestiduras por los desmanes de Bush hasta hace unos meses? ¿Será que las preocupaciones éticas sólo nos asaltan cuando nos cae mal el que está en el poder?]

Y sin embargo, en este caso, Obama está haciendo lo que debe hacer. Es un hombre sediento de mármol (nada raro ni escandaloso, mucho menos en un político) y tiene que saber —tiene que saberlo— que el mayor peligro para sus planes es que se produzca un ataque terrorista en Estados Unidos. Ante semejante suceso, su considerable capital político se evaporaría de la noche a la mañana como si lo hubiese tenido invertido en acciones de Lehman Brothers.

Sí, Obama lo sabe. Y es de suponer que Osama también. Y los dos saben que el mejor profiláctico contra esa debacle sería la captura o la eliminación física de sheik del terror, para decirlo como si fuera el título de una película de Bollywood. Con Osama Bin Laden preso o muerto, el capital político de Barack Obama se multiplicaría. No se trata de la importancia real que ese hecho tenga hoy para la seguridad de los Estados Unidos, por supuesto, sino de su poder simbólico.

Por lo tanto, esa concentración de tropas en Afganistán, es de suponer, no tiene como objetivo exclusivo sacarle las castañas del fuego a Hamid Karzai. Donde quiera que esté, Osama Bin Laden debe estar preocupado. Dígase o no, Osama y Obama están en una carrera contra el reloj: la vida de uno, y la vida política del otro, podrían estar en juego.