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Curiosamente, Friedman acepta la justificación implícita que el presidente Obama ha hecho del uso de la tortura durante los conflictos que sucedieron al 11 de septiembre, pero no extiende su perdón a Bush y compañía, que la promovieron. O sea, cuando Obama condona la tortura promovida por los otros tiene razón, cuando Bush y compañía la implementan están equivocados.
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Buchanan plantea que la valoración moral de los actos depende de las circunstancias, y propone como ejemplo una comparación entre las muertes causadas por los dos francotiradores que aterrorizaron a la población de Washington hace unos años, con la aniquilación de los tres piratas somalíes por parte de los francotiradores de la Marina estadounidense hace unas semanas.
A continuación adelanta una idea más perniciosa. Nos dice que si Bush debe responder por el uso de la tortura a los presuntos terroristas, Obama debería asumir la responsabilidad por cualquier crimen que los terroristas pudieran cometer como consecuencia de no torturar a sus camaradas detenidos. La aplicación general de ese principio equivaldría a una pesadilla que ni siquiera me animo a describir, pero que el lector puede fácilmente imaginar.
En fin, que dos de los más conocidos columnistas de Estados Unidos, uno liberal y otro conservador, nos proponen hoy que aceptemos en la vida real la moral pantanosa que ya nos han estado sirviendo a cucharadas en Fox con la popular serie “24”, según la cual la tortura es aceptable mientras les toque a los otros. "Quiera el Cielo que vivas siempre en tiempos interesantes", dicían los antiguos chinos para maldecirte. Y no creo que estos sean nada aburridos.
Como habías dejado el artículo de Buchanan en el desktop tuve la oportunidad de leerlo anoche, aunque por supuesto no leí el de Friedman. Por tu post veo que los dos coqueteaban con la tortura aunque desde puntos de vista totalmente diferentes. Sí, vivimos tiempos interesantes y ojalá no lo fueran tanto.
ReplyDeleteAunque la idea de la tortura me repugna y me parece una bestialidad, cualquier cosa que surta efecto para que los chiquillos que duermen allá arriba vivan una vida más o menos normal me parece aceptable. La pregunta está en si la tortura realmente propicia un parte de la “paz” que vivimos en EU desde 9-11 y no resultados que al final ponen en peligro la misma. No creo que nadie tenga la respuesta. Dios nos ayude.